El Papa recuerda Belén en Nochebuena, donde Jesús "sigue siendo rechazado por la guerra".
europa pressRoma,
Italia
El Papa
Francisco ha vuelto ha recordar este noche del conflicto en Oriente
Próximo durante la homilía que ha pronunciado en la celebración de la Misa del
Gallo en la Basílica de San Pedro del Vaticano, el primero de los ritos
litúrgicos en la que es su undécima Navidad en el Vaticano.
"Nuestro corazón esta noche está en Belén, donde el Príncipe de la Paz sigue
siendo rechazado por la lógica perdedora de la guerra con el rugir de las armas
que también hoy le impide encontrar una posada en el mundo", ha dicho.
Por otro lado, el
Pontífice ha preguntado a los presentes en qué Dios creen: "¿En el Dios de
la encarnación? ¿O en el del beneficio? Sí, porque existe el riesgo de vivir la
Navidad con una idea pagana de Dios, como si fuera un amo poderoso que está en
el cielo, un Dios que se esposa con el poder,
con el éxito mundano y con la idolatría del consumismo", ha advertido.
En este sentido, ha avisado de que siempre vuelve "la imagen falsa de un Dios distante e irritable"
que se porta bien con los buenos y se enoja con los malos, "útil solamente
para resolver los problemas y para quitar los males".
Ante ello, ha apuntado
que Dios no usa la "varita mágica", "no
es el Dios comercial del todo y ahora mismo". "No nos salva
pulsando un botón, sino que se acerca para cambiar la realidad desde dentro. Y
sin embargo, qué arraigada está en nosotros la idea mundana de un Dios alejado
y controlador, rígido y poderoso, que ayuda a los suyos a imponerse sobre los
demás. Pero no es así, ha asegurado.
Francisco ha subrayado
que Dios ha nacido para todos y ha pedido mirar "al
Dios vivo y verdadero". "A Él, que revoluciona la historia
habitándola; a Él, que nos respeta hasta el punto de permitirnos rechazarlo; a
Él, que borra el pecado cargándolo sobre sí; que no quita el dolor, sino que lo
transforma; que no elimina los problemas de nuestra vida, sino que da a
nuestras vidas una esperanza más grande que los problemas", ha descrito.
Para el Pontífice,
este es el "asombro" de la Navidad, no una mezcla de "afectos
melosos" y de "consuelos mundanos" sino la "inaudita
ternura" de Dios, que salva el mundo encarnándose.
Y ha insistido en que
para Dios cada hombre "no
es un número, sino un rostro". "¿Por qué permaneces en la prisión de
tus tristezas? Como los pastores que dejaron sus rebaños, deja el recinto de
tus melancolías y abraza la ternura del Dios niño", ha exhortado.
Francisco se ha
preguntado quién mira a Cristo en
"un mundo siempre ocupado e indiferente". Así, ha recalcado que es el
tiempo de la adoración y ha pedido redescubrirla.
CITA A J.R.R TOLKIEN
"Porque adorar no es
perder el tiempo, sino permitir a Dios que habite en nuestro tiempo (...)
colaborar con la obra de Dios que como fermento cambia el mundo", ha dicho
para recordar la frase que "un gran narrador de aventuras épicas",
escribió a su hijo, en referencia J.R.R Tolkien: "Te abro la única cosa
grande de amar el sur de la Tierra".
Finalmente, ha afirmado
que esta noche "el amor cambia la Historia" y ha pedido a Dios que
los hombres crean en el poder de su amor, "un poder tan distinto del poder
del mundo".