Científicos han desarrollado un sistema que
utiliza los movimientos del diafragma a través de la respiración, y con el que
un ser humano podría operar un tercer brazo robóticoALAIN HERZOG/EFE
agencia efeGinebra, Suiza
Científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) han
desarrollado un sistema de manejo de aparatos articulados que utiliza los
movimientos del diafragma a través de la respiración, y con el que un ser
humano podría operar un tercer brazo robótico para distintos usos.
El sistema
forma parte del Third Arm Project, un proyecto de colaboración científica con
el que se quiere dotar a seres humanos de un miembro robótico que les ayude en
tareas de la vida cotidiana o pueda ser utilizado, por ejemplo, en operaciones
de rescate.
Inicialmente pensado para ayudar a personas amputadas, el
proyecto de investigación ha extendido su campo y ahora también se concibe como
una posibilidad para personas que tienen sus dos brazos en perfecto estado,
pasando del enfoque rehabilitatorio al del perfeccionamiento humano, destacó un
comunicado de EPFL.
"Nuestros
trabajos abren nuevas y apasionantes posibilidades, mostrando que podemos
controlar brazos suplementarios, de manera simultánea al uso de los
naturales", destaca el neuroingeniero Silvestro Micera, uno de los
responsables de la investigación y profesor de bioelectrónica en la Escuela
Superior Santa Ana (Italia).
En el estudio, donde han participado 61 personas como
voluntarias en test, primero se creó un entorno virtual donde ya se buscaba el
uso del diafragma (el músculo en forma de cúpula que separa los pulmones y el
corazón del abdomen) para accionar un brazo, en esos iniciales experimentos
meramente digital.
En las últimas etapas de la investigación, publicada en la
revista especializada Science Robotics, se creó un verdadero brazo robótico por
ahora muy simplificado, apenas una varilla que puede ser extendida o replegada
para señalar cosas.
"El
control del tercer brazo con el diafragma es muy intuitivo, sus usuarios
aprenden a operarlo muy rápidamente (...) y ese control no afecta a la
capacidad del usuario de habar de forma coherente", indicó Giulia
Dominijanni, investigadora del proyecto.
Uno de los objetivos principales del estudio es comprender el
sistema nervioso, viendo cómo afecta al cerebro la posibilidad de efectuar
operaciones completamente nuevas, y ver si ello puede afectar a la capacidad de
aprendizaje, una investigación que puede ser útil para personas discapacitadas
o afectadas por ictus.
"Se trata de adquirir nuevas funciones motrices, mejoras
que vayan más allá de las funciones existentes, sea en una persona sin
discapacidad o discapacitada, enlazando la rehabilitación con el
perfeccionamiento", señaló el coautor del estudio Solaiman Shokur.
El equipo
que realiza esta investigación podría ofrecer en el futuro nuevas sorpresas, ya
que estudia también la posibilidad de usar los músculos de las orejas,
responsables de muy leves movimientos, para desempeñar nuevas tareas, tales
como desplazar el ratón de un ordenador.