wafaa sshurafa, samy magdy y lee keath apDeir Al-Balah, Franja de Gaza
Palestinos huyen de la ofensiva terrestre
israelí en Jan Yunis, Franja de Gaza, el 27 de diciembre de 2023MOHAMMED DAHMAN/AP
Miles de familias
palestinas huyeron el miércoles de la ofensiva terrestre israelí hacia los
pocos refugios que quedan en Gaza, mientras el ejército de Israel lanzaba duros
ataques contra el centro y el sur del territorio palestino, matando a decenas
de personas, según informaron las autoridades de salud palestinas.
A pie o montados en carretas tiradas por burros
cargadas con sus pertenencias, un río de personas llegó a Deir al-Balah, una
ciudad que normalmente tiene una población de unos 75,000 habitantes. Se ha
visto desbordada por varios cientos de miles de personas expulsadas del norte
de Gaza cuando la región quedó reducida a escombros por los bombardeos de
Israel.
Como los refugios de la
ONU están abarrotados, los recién llegados instalaron tiendas de campaña en las
aceras para pasar la fría noche de invierno.
La mayoría se aglomeró en las calles que rodean el
principal hospital de la ciudad, el Mártires de Al Aqsa, con la esperanza de
que estuviera más a salvo de los ataques israelíes.
Pero ningún lugar es
seguro en Gaza. La ofensiva israelí está hacinando a la mayor parte de la
población en Deir al-Balah y Rafah, en el extremo sur del territorio, así como
en una pequeña zona rural junto a la costa meridional. Estas zonas siguen
sufriendo ataques israelíes que destruyen casas llenas de gente.
Israel ha dicho que es
probable que su campaña en Gaza dure meses, y ha jurado desmantelar a Hamás en
todo el territorio y evitar que se repita el ataque del 7 de octubre contra el
sur de Israel.
Benny Gantz, uno de los tres miembros del gabinete de
guerra del país, dijo que los combates “se ampliarán, según las necesidades, a
otros centros y frentes”.
Él y otros funcionarios
israelíes también amenazaron con una acción militar más grande contra Hezbollah,
en Líbano, aumentando los temores de una guerra total en ese frente.
Las dos partes han
intercambiado disparos casi a diario a través de la frontera.
El ministro israelí de
Asuntos Exteriores, Eli Cohen, advirtió el miércoles que “todas las opciones
están sobre la mesa” si Hezbollah no se retira de la zona fronteriza, como
exige un alto el fuego de la ONU de 2006.
El líder de Hezbollah,
Hassan Nasrallah, “debe entender que él es el siguiente”, dijo Cohen.
MUERTE, DESPLAZAMIENTO Y HAMBRUNA
La ofensiva israelí en Gaza
ha sido ya una de las campañas militares más devastadoras de la historia
reciente. Más de 21,100 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, han muerto,
según el Ministerio de Salud de Gaza. El recuento no diferencia entre civiles y
combatientes.
Alrededor del 85% de los 2.3 millones de habitantes de
Gaza han huido de sus hogares. Funcionarios de la ONU afirman que una cuarta
parte de la población de Gaza se está muriendo de hambre por el asedio de
Israel, que impide la entrada de alimentos, agua, combustible y otros
suministros.
Los últimos desplazados
huyeron de varios campamentos de refugiados construidos en el centro de Gaza
que han sido blanco de la última fase del asalto terrestre israelí. Uno de los
campamentos, el de Bureij, fue objeto de intensos bombardeos durante toda la
noche mientras las tropas israelíes avanzaban hacia él.
“Ha sido una noche
infernal. No habíamos visto un bombardeo así desde el comienzo de la guerra”,
declaró Rami Abu Mosab desde Bureij, donde se refugia desde que huyó de su casa
en el norte de Gaza.
El ejército israelí
emitió el martes órdenes de desalojo para Bureij y las zonas vecinas del centro
de Gaza.
La zona era el hogar de
casi 90,000 personas antes de la guerra y ahora alberga a más de 61,000 desplazados,
en su mayoría del norte, según la oficina humanitaria de la ONU. El campamento
de Bureij, como otros de Gaza, alberga a refugiados de la guerra de 1948 que
marcó la creación de Israel y a sus descendientes, y ahora se asemeja a otros
barrios densamente poblados.
No se sabía cuántos
estaban evacuando. En Deir al-Balah, durante los dos últimos días, los terrenos
baldíos se han llenado de familias que duermen en tiendas de campaña o sobre
mantas en el suelo.
Para Ibrahim al-Zatari,
jornalero, éste era su tercer traslado hacia el sur. Primero, él, su esposa y
sus cuatro hijos se mudaron a casa de unos parientes en Ciudad de Gaza tras
sobrevivir a un ataque que destruyó su vivienda en el norte de Gaza. Más tarde,
huyeron a Bureij para escapar de los combates en la ciudad.
El miércoles por la
mañana emprendieron un viaje de varias horas a pie hasta Deir al-Balah, donde
—como muchos otros— deambularon por las calles en busca de un lugar vacío donde
tumbarse.
“Aquí no hay ningún lugar
donde asentarse”, dijo. ”¿A dónde deberíamos ir?”.
Con gran parte del norte
de Gaza arrasada, los palestinos temen que un destino similar aguarde a otras
zonas, como Jan Yunis, donde las fuerzas israelíes lanzaron operaciones
terrestres a principios de diciembre.
El ejército israelí
declaró el miércoles que había desplegado otra brigada en la ciudad, señal de
la intensidad de los combates.
Los ataques israelíes
alcanzaron el miércoles un edificio residencial de Jan Yunis próximo al
hospital Al-Amal, según la Media Luna Roja Palestina, que gestiona el centro.
El vocero del Ministerio
de Salud, Ashraf al-Qidra, dijo que al menos 20 personas murieron y decenas más
resultaron heridas.
Las imágenes del lugar de
los hechos mostraban varios cadáveres desgarrados tendidos en la calle mientras
los equipos de rescate cargaban en una camilla a un hombre con las piernas
amputadas.
A pesar de las continuas
peticiones de Estados Unidos para que Israel use ataques de mayor precisión, el
ejército parece seguir hasta ahora el mismo patrón utilizado en fases
anteriores de la ofensiva terrestre en el norte de Gaza y Jan Yunis. Antes de
que las tropas entren en acción, Israel bombardea intensamente lo que considera
túneles e infraestructura militar de Hamás.
A continuación, se
libran cruentos combates urbanos a medida que las tropas avanzan de manzana en
manzana, respaldadas por ataques aéreos y terrestres que, según el ejército,
pretenden expulsar a los combatientes palestinos.
La consiguiente
devastación ha sido masiva.