RFI
En colaboración con la
Academia Nacional de Medicina francesa, la Fundación Descartes, especializada en
temas relacionados con la información y la desinformación, interrogó a
4.000 franceses para establecer, en cifras, la relación entre sus fuentes de
información sobre noticias médicas y sus conocimientos sobre salud, así
como comportamientos como el rechazo de vacunas o el abandono de tratamientos
médicos convencionales.
Para establecer el nivel de conocimientos médicos de
los encuestados, los investigadores les propusieron una serie de afirmaciones,
unas verdaderas y otras falsas -las primeras acordes con los conocimientos
médicos actuales, las segundas no acordes y que circulan por las redes
sociales-, como "beber vino aumenta
el riesgo de desarrollar ciertos cánceres" (verdadero) o "comer
limones congelados ayuda a combatir la diabetes y ciertos tumores" (falso).
Efecto sobre los
conocimientos y comportamientos
La encuesta realizada por Laurent Cordonier, sociólogo
y director de investigación de la Fundación Descartes, muestra que los encuestados que prefieren utilizar las
redes sociales, YouTube o grupos de mensajería como WhatsApp para
informarse sobre estos temas, tienen un nivel de conocimientos médicos inferior
al de los demás.
La sensibilidad a las
creencias conspirativas y el interés por las terapias alternativas también son
factores asociados a un menor nivel de conocimientos, observaron los
investigadores. Además de sus conocimientos, la forma en que obtienen la
información también influye en su comportamiento, según la encuesta.
Por ejemplo, quienes se
informan "a menudo" o "muy a menudo" sobre temas de salud a
través de YouTube tienen 2,9 veces más probabilidades que los demás de haber
renunciado ya a un tratamiento médico en favor de una terapia alternativa.
Las personas que se informan principalmente a través
de TikTok tienen el doble de probabilidades de rechazar una vacuna para sí
mismas o para sus hijos (excluida la vacuna Covid) que las que eligen otro
medio de información.
La salud y el bienestar
se han convertido en temas prioritarios para la Miviludes, organismo
gubernamental de seguimiento de las derivas sectarias.
Desde la entrada en
vigor, a finales de agosto, de la nueva legislación de la Unión Europea sobre
los servicios digitales (DSA), las plataformas están obligadas a vigilar la
peligrosidad potencial de sus contenidos, en particular, en términos de salud.