En busca de evitar
llegar a fin de mes con las cuentas en “rojo”, son muchos los trabajadores
formales que se han visto obligados a buscar un ingreso adicional o a
mantenerse excesivamente limitados con sus gastos. Los más osados usan el
financiamiento con tarjetas de créditos como su acompañante fiel.
Solo unos
pocos trabajadores, solteros y de un estrato social de ingresos medio o medio
alto, que viven en casa de sus padres y con edades de hasta 30 años afirmaron
que les queda “algo” como ahorro en sus estados de cuentas de débito por el
salario devengado. Ese algo no pasa de RD$5,000.
La economía
es la ciencia de la escasez y, como tal, los trabajadores formales que son los
que reciben un ingreso fijo por medio de un empleador, se han visto obligados a
manejarse con la escasez que se acrecentó con la pospandemia .
Una joven señora empleada durante más de 25 años, con un
salario de RD$45,000 mensual en una gran empresa, aunque forma parte de una
proporción mínima de los salarios “más o menos buenos” en el país, afirma que
antes de la pandemia podía ver un sobrante de hasta RD$4,000 para el siguiente
mes, lo que no pasa ya desde la pandemia.
Cuatro empleadas que devengan un salario neto mensual de
RD$27,000 en una empresa grande, todas solteras, dicen que en sus cuentas
bancarias le pueden quedar RD$500 a una, RD$3,000 y a las demás RD$4,000 o
menos por mes, ya que viven con sus padres y no tienen hijos.
Ese panorama difiere mucho de otra empleada que devenga entre RD$55,000
mensual que aún con ingresos familiares adicionales superiores a ese monto
global no llega a ahorrar nada. Paga préstamo de vivienda, energía eléctrica,
comida y otros que se llevan casi todo.
DEMANDAS SOCIALES VIEJAS
La economía dominicana, a pesar de que es la de mayor crecimiento en la
región Latinoamericana y en términos de pobreza y desigualdad ha mejorado,
según organismos internacionales basados en cuentas nacionales oficiales,
todavía persisten viejas demandas sociales en educación, salud y servicios
públicos y privados como la electricidad y el agua potable, la necesidad de
gastar más en educación de calidad o bilingüe, y en medicinas y transporte
privado.
En cuanto a transporte, la población más joven que usa el metro para
movilizarse en la zona metropolitana de la Capital o el teleférico en la
suburbana refleja mejoría en ese gasto. Una joven empleada que devenga
RD$27,000 netos mensuales dice que destina RD$2,000 para moverse en metro y
teleférico de su casa al trabajo y de ahí a la universidad y viceversa.
Como ella, mucha gente de estrato bajo y medio, es decir, personas que
pertenecen a los grupos de personas con ingresos medios o bajos se benefician
de la facilidad de estos medios de transporte público, lo que mejora sus
finanzas.
Otra mejora ha sido el apoyo de los gobiernos tras la pandemia, mediante
transferencias tanto en subsidios al sector eléctrico, como a los combustibles,
y a algunos alimentos básicos ofertados vía el Inespre. Todo esto ha conllevado
que la inflación (Índice de Precios al Consumidor) haya bajado de 8.68 % en
enero 2023 a 4.41 % en septiembre de este mismo año, según el Banco Central.
SEPA MÁS
DATO
En momentos en los que la economía crece menos o deja de crecer las
familias sienten el peso de los gastos, ya sea porque se ha perdido el empleo o
porque el sector donde se ubique no tenga dinamismo.
DETALLE
República Dominicana, según técnicos de organismos oficiales del país
aquí y en exterior está avanzando hacia el desarrollo con reducción de la
pobreza de ingresos y la desigualdad.
Sin embargo, los gastos de una familia están directamente relacionados
con el ingreso del estrato social que tenga.