Las piernas de un hombre descuartizado sobresalen de una bolsa tirada en una calle donde hay niños jugando y perros, en el vecindario de Colinas de La Florida, en Guayaquil, Ecuador, el 1 de octubre de 2023. Las piernas estuvieron tiradas en la calle durante horas hasta que fueron recogidas por las autoridades. El resto del cuerpo se encontró esparcido a unas cuadras de distancia. (AP Foto/Rodrigo Abd) (Rodrigo Abd / Associated Press)
POR RODRIGO ABD
ASSOCIATED PRESS
DURÁN, Ecuador —
DURÁN, Ecuador (AP) — Miembros
mutilados yacen en una calle junto a unos niños que juegan. Las prisiones son
escenarios de las guerras entre pandillas. El derramamiento de sangre mantiene
las escuelas cerradas. Y un candidato presidencial es asesinado a plena luz del
día.
Este es el nuevo Ecuador.
La nación sudamericana de 18
millones de habitantes fue durante mucho tiempo un remanso de paz en una región
sacudida por la agitación política, el caos económicos y la guerra de
guerrillas. Pero la ola de violencia criminal desatada en los últimos años ha
perturbado la vida de los ecuatorianos.
El derramamiento de sangre es la
consecuencia que las bandas de narcotraficantes se hayan cansado de jugar al
gato y al ratón con las autoridades de países mucho más militarizados como
Colombia y México y busquen rutas de contrabando en lugares con menos
vigilancia.
Las autoridades documentaron 4.603 homicidios en 2022, casi
el doble de los registrados un año antes, que convierten a Ecuador en uno de
los países más peligrosos de Latinoamérica.
Este año, la violencia y las incautaciones de droga se han
disparado en vísperas del balotaje de las elecciones presidenciales previsto
para el 15 de octubre.
Ningún lugar se ha visto más azotado que la ciudad más
grande de Ecuador, Guayaquil, que cuenta con el puerto de más actividad del
país, desde donde salen drogas y otros productos ilegales.
Mientras el gobierno trata de controlar a un creciente
número de bandas de narcotraficantes, la situación alcanzó un punto crítico en
agosto cuando Fernando Villavicencio, un candidato a la presidencia abanderado
de la lucha contra la corrupción, fue abatido a tiros tras un acto de campaña a
menos de dos semanas de la primera vuelta de los comicios.
Antes de su muerte, el candidato había enviado un mensaje:
“No tengo miedo”.
La periodista de The Associated Press Megan Janetsky en la Ciudad de México contribuyó a este despacho.