Miguel Cabrera de los Tigres de Detroit firma autógrafos durante un evento en el Comerica Park, el jueves 24 de agosto de 2023, en Detroit. (AP Foto/Paul Sancya) (Paul Sancya / Associated Press)
DETROIT — Miguel Cabrera se sentó en una silla gris al costado de sus dos casilleros en el camerino de los Tigres de Detroit al iniciar la última semana de su carrera para poner algo de orden con todas las cosas que deberá empacar.
El único ganador de la Triple
Corona de bateo en las Grandes Ligas desde 1967 metió decenas de zapatos de
béisbol y guantes para batear en una caja que tenÃa a sus pies. Cabrera
procedió a guardar un puñado de pelotas que habÃa firmado, cada una en una
bolsa de plástico, depositándolas todas en un bolso de tela.
La botella de vino, cubierta con
protector de burbuja, que los Atléticos de Oakland le obsequiaron la semana
pasada la semana pasada junto a sus pertenencias personales serán enviadas a su
residencia en Miami.
¿Dónde va a guardarlo todo?
“No tengo idea”, dijo el toletero de 40 años, sonriendo y
encogiendo los hombros.
Para Cabrera — y para los aficionados del béisbol — son
muchas las cosas que se deben evocar por la trayectoria de unos de los mejores
bateadores de la historia.
La carrera de Cabrera culminará la tarde del domingo contra
Cleveland en el estadio Comerica Park, donde el lleno completo incluirá a más
de un millar de aficionados que han adquirido entradas para ver de pie el juego
y ovacionarle por última vez.
Cabrera, quien debutó en las mayores con los Marlins de
Florida cuando tenÃa 20 años, está dentro de la conversación sobre los mejores
de todos los tiempos en el plato.
“Batear una pelota es una de las cosas más difÃciles que se
puede hacer en los deportes, y él y Albert Pujols son de los dos mejores que he
visto en mis 60 años en el béisbol”, dijo Jim Leyland, quien dirigió a Cabrera
en Detroit en una entrevista este semana. “Ahà están los registros”.
El año pasado, igualó a Hank Aaron y Albert Pujols para
quedar entre los tres únicos peloteros en la historia con 3.000 hits, 500
jonrones y 600 dobles.
“Una de las cosas que hizo tan especial a Miggy fue su
capacidad para conectar la pelota a su antojo por todas partes”, comentó el
presidente de los Filis de Filadelfia Dave Dombrowski, quien estaba a cargo de
los Marlins cuando firmaron a Cabrera como un adolescente y luego le adquirió
mediante un canje. “PodÃa batear al jardÃn derecho de la misma manera que lo
hacÃa un zurdo conectaba la pelota a su banda”.
Cabrera nació en Maracay, ciudad venezolana reconocido por
producir toreros y peloteros, como José Altuve — el segunda base de los Astros
de Houston. Creció teniendo como Ãdolos a sus compatriotas Davey Concepción,
Omar Vizquel y Andrés Galarraga.
“QuerÃa seguir sus pasos y llegar a las Grandes Ligas”,
dijo Cabrera en una entrevista con The Associated Press. “Puedo decirle a la
gente de Venezuela esto: ‘nuestro béisbol está en buenas manos con Ronald
Acuña’”.
“Son tantos los venezolanos que están brillando”, dijo
Acuña. “Creo que todos estamos haciendo un excelente trabajo de continuar asÃ.
Pero en cuanto a los peloteros de Venezuela se refiere, Miguel Cabrera es lo
máximo, es un Dios”.
Los Marlins le dieron a Cabrera 1,8 millones de dólares
para firmar cuando tenÃa 16 años. Después de tres temporadas en las menores, le
subieron. Dio el primer aviso de su clase cuando conectó un jonrón en el 11mo
inning para sentenciar la victoria.
Fue un ‘All-Star’ en cada una de sus cuatro temporadas
completas en Florida. Una franquicia siempre asediada por sus finanzas,
decidieron traspasarle a los Tigres en 2007. Aún venÃa lo mejor.
Fue galardonado como el Jugador Más Valioso de la Liga
Americana en 2012 y 2013. Cabrera ganó cinco de sus siete Bates de Plate y
cuatro tÃtulos de bateo en Detroit. Fue el primer bateador en ambas ligas en
enlazar tres tÃtulos de bateo desde Rogers Hornsby a comienzos de la década de
1920.
Cabrera capitalizó su talento al firmar un megacontrato de
152,3 millones de dólares y ocho años en 2008, y otro que fijó un récord por
292 millones y 10 años en 2014.
En medio de esos dos contratos, Cabrera reconoció que tenÃa
problemas de alcoholismo y pasó tres meses bajo tratamiento tras una
publicitada borrachera en el último fin de semana de la temporada de 2010.
Aunque su producción ofensiva ha declinado y ha defendido
menos como primera base en años recientes, en un equipo inmerso en una
reconstrucción, nada ha menoscabado su popularidad en Detroit y Venezuela.
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El reportero de AP Charles Odum en Atlanta contribuyó con este despacho.