Migrantes
hacen fila para tramitar documentos frente a las instalaciones de la Comisión
Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), en Tapachula, estado de Chiapas
(México). Fotografía de archivo. EFE/Juan Manuel Blanco
EFE
México calcula que este año
140.000 inmigrantes llegados desde Centroamérica transitarán por su territorio
en camino a Estados Unidos, a un ritmo que “rebasa cualquier capacidad, tanto
de México como de EE.UU.”, dijo hoy en rueda de prensa la canciller Alicia
Bárcena.
Bárcena estaba haciendo balance
de lo que ha sido su semana de contactos y reuniones con ocasión de la apertura
de sesiones de las 78 Asamblea General de la ONU, y en ella la emigración ocupó
un papel fundamental.
Dijo, por ejemplo, que en estos
momentos sabe que 3.000 emigrantes atraviesan al día el paso del Darién -entre
Colombia y Panamá- y suben hacia el norte; por el camino se incorporan personas
de otros países centroamerianos hasta presentarse a diario 6.000 personas en su
frontera sur, principalmente en la ciudad de Tapachula.
Enumeró los siete países de los que procede la mayor parte
de emigrantes según los registros de México: Venezuela, Colombia, Ecuador,
Haití, Guatemala, Honduras y El Salvador; de ellos, solo tres (Guatemala,
Honduras y El Salvador) tienen un mecanismo de devolución de emigrantes, pero
no así los demás.
“Estamos viendo qué hacer con ellos, y ver cómo podemos
hacer con Panamá y Costa Rica”, dos países que podrían colaborar en procesar
los expedientes migratorios antes de que lleguen todos a territorio mexicano y
desborden sus capacidades.
Pero Bárcena insistió en no contemplar el tema de la
migración solo desde el punto de vista de la movilidad y los números, sino que
hizo suyas las palabras del presidente Andrés Manuel López Obrador de tratar
“las causas profundas: ¿es la violencia? ¿es la pobreza? ¿es la falta de
trabajo?”, se preguntó.
Con respecto a Venezuela, consideró que su país, que se ha propuesto como mediador entre Caracas y Estados Unidos, puede empujar por la celebración de elecciones en ese país, lo que a su vez podría contribuir a levantar las sanciones, y eso en última instancia frenaría el éxodo de venezolanos hacia el exterior.