Alimentos en un supermercadoEFE
Europa Press
El coste de los alimentos puede ser un factor crucial en las decisiones
de la dieta; una cesta de la compra saludable es considerablemente más cara que
llevar una alimentación poco sana, por este motivo, un equipo de la Universitat
de les Illes Balears y el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER)
observa en un estudio que la subida del precio de los alimentos repercute en la
salud.
Un mayor
coste de la dieta está relacionado con un mayor consumo de frutas y verduras,
granos enteros, pescado y mariscos, carne blanca y procesada, café y té,
bebidas edulcoradas y bebidas alcohólicas. A medida que el coste de la dieta es
más bajo, el consumo de varios alimentos era mayor: patatas y cereales
refinados, huevos, leche y productos lácteos, grasas y aceites (incluido el
aceite de oliva), dulces y pasteles, y alimentos procesados.
El estudio, publicado en la revista 'Frontiers in Public
Health', está enmarcado dentro del proyecto PREDIMED-Plus, ha sido liderada por
Josep A. Tur, investigador principal del área de Obesidad y Nutrición del CIBER
(CIBEROBN) y de la Fundación Instituto de Investigación Sanitaria Islas
Baleares (IdISBa). El objetivo del trabajo era analizar cómo el precio de los
alimentos puede influir en la elección de la dieta y su impacto en la salud.
Entre los
parámetros del sÃndrome metabólico (condiciones médicas interrelacionadas que
aumentan significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades
cardiovasculares), la hiperglicemia, hipertrigliceridemia y la prevalencia de
obesidad abdominal estaban más relacionados con el costo económico de la dieta
solo para los hombres, mientras que el colesterol HDL estaba relacionado con
ambos géneros. Por su parte, la hipertrigliceridemia, el colesterol HDL y la
obesidad abdominal estaban relacionados con el costo económico de la dieta sólo
en los niveles más bajos de educación.
Las participantes femeninas, asà como aquellas que viven
solas, tenÃan más probabilidad de gastar más dinero en su dieta. Ingestas de
energÃa más bajas y mayores niveles de gasto de energÃa estaban relacionados
con mayores costos de la dieta por cada 1.000 kcal/dÃa. Aquellas con una
educación superior y no fumadoras gastan más dinero en su dieta. Por otro lado,
el costo de la dieta estaba directamente asociado con la prevalencia de
hiperglicemia y obesidad abdominal, e inversamente asociado con la prevalencia
de hipertrigliceridemia y colesterol HDL bajo.
Además, el análisis ajustado reveló que el género y el nivel
educativo eran factores de confusión para la mayorÃa de las variables
sociodemográficas. La edad, la ingesta y el gasto de energÃa no estaban
relacionados con el costo económico de la dieta después de ajustar por una o
ambas variables. P
Por otro lado, se determinó que vivir solo era relevante sólo para las mujeres
y aquellos con un nivel educativo intermedio, mientras que el hábito de fumar era
relevante en el costo económico de la dieta para los hombres, y para aquellos
con un nivel educativo bajo-intermedio.
El estudio mostró que, teniendo en cuenta los hábitos
alimenticios de las personas participantes, más de 6.800, aquellas con una
mayor adherencia a la dieta mediterránea, una dieta antiinflamatoria o una
versión saludable del patrón dietético pro-vegetariano tuvieron mayores costes
en su cesta de la compra. En la investigación se ha calculado la ingesta
dietética de los participantes a través de un cuestionario de frecuencia
alimentaria, considerando diversos factores como la gravedad del sÃndrome
metabólico o la adherencia a la dieta mediterránea.
El coste económico de los alimentos se ha obtenido de la base de datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación durante el perÃodo de reclutamiento de los participantes (2015-2017), y se ha calculado el coste total de la dieta ajustado por 1.000 kcal.