Residentes huyen de sus hogares
para escapar de los enfrentamientos entre bandas armadas en Puerto PrÃncipe,
HaitÃ, el martes 15 de agosto de 2023ODELYN
JOSEPH
MILO MILFORT EFEPuerto PrÃncipe,
HaitÃ
Los estudiantes vuelven
oficialmente a las aulas este lunes en HaitÃ, pero el futuro para miles de
ellos es incierto, ya que en muchos casos las escuelas se han convertido en
refugio de quienes han abandonado sus hogares escapando de las sangrientas bandas
armadas.
Un ejemplo de ello es el centro
educativo Lycée des Jeunes Filles, en pleno corazón de Puerto PrÃncipe, repleto
de desplazados que se han instalado en sus aulas con lo poco que han podido
salvar en medio de una de las peores crisis de este paÃs, en la que estudiantes
han muerto o resultado herido camino a las escuelas.
La mayorÃa proceden de
Carrefour-feuilles, un vasto barrio del sur de Puerto PrÃncipe, escenario de
repetidos ataques de bandas que ya han dejado muchos muertos y heridos en los
últimos meses.
Francesca Beaujour, maestra y a cargo del campamento del
Lycée des Jeunes Filles, que alberga a más de 3,313 personas, entre mujeres,
hombres y 530 niños, reconoce que "en este momento no es fácil que estos
niños vuelvan a la escuela".
"No sé si alguien piensa
en ellos. Los recibimos, pero no hay seguimiento", dijo a EFE Beaujour,
quien precisó que los desplazados querrÃan marcharse de la escuela, pero no
tienen adonde ir.
"Hay injusticia y
violencia, pero los niños deben poder ir a la escuela. A sus padres les
gustarÃa enviarlos a la escuela, pero ¿cómo van a poder hacerlo?", se
preguntó.
EDUCACIÓN EN LA ERA DE LAS BANDAS
En los últimos cinco años, los
estudiantes haitianos nunca han podido recibir el número recomendado de horas
de escolarización debido a la agitación sociopolÃtica del paÃs, lo que les hace
perder muchos dÃas lectivos a lo largo del año escolar.
Además, hay muchos alumnos que
han abandonado la escuela porque se han convertido en eternos desplazados,
obligados a huir de las zonas en las que viven en determinados momentos.
La zona metropolitana, que
concentra al menos una cuarta parte de la población y alberga un gran número de
centros educativos, está controlada en un 80 % por los grupos armados que
siembran el terror dÃa y noche en Haità ante la indiferencia de las
autoridades.
De hecho, algunas de las bandas
utilizan muchas escuelas como base o como zonas estratégicas para enfrentarse a
bandas enemigas.
Ya en junio pasado, Unicef
denunció un aumento vertiginoso de los secuestros de estudiantes, profesores y
personal sanitario, asà como los ataques a las escuelas.
ESFUERZOS DE LAS AUTORIDADES
El pasado 30 de agosto, el
Ministerio de Educación anunció que habÃa identificado a 3.100 niños en un
total de 24 escuelas públicas y privadas que ahora son refugio de desplazados
del área metropolitana de Puerto PrÃncipe.
Posteriormente, admitió que
"se trata de un problema importante que afecta a la sociedad y al
funcionamiento de varios centros escolares" y que una comisión
investigadora ha hecho "propuestas para encontrar locales no lejos de los
centros de acogida que permitan alojar a los niños en un breve espacio de tiempo".
Asimismo, aseguró que ha
adoptado medidas para proporcionar a los niños apoyo psicosocial y organizar
otras actividades extraescolares como deportes, talleres de lectura y arte.
NO HAY AMBIENTE PARA REABRIR LAS CLASES
"No hay iniciativa de los
padres para conseguir cuadernos y uniformes, ni siquiera para discutir la
posibilidad de enviar a sus hijos a la escuela", declaró Francesca
Beaujour, quien ha anunciado la puesta en marcha de actividades de ocio para
los niños del campamento.
En las calles de la capital y en
los mercados públicos, el clima y el ambiente no dan la impresión de que el
paÃs se acerque a la apertura de las clases.
Normalmente, durante este
perÃodo, los padres acuden en masa a los mercados públicos, librerÃas y
sastrerÃas para asegurarse los útiles y suministros de sus hijos.
El comienzo del nuevo curso
escolar "aún no está claro. Nos han quemado las casas y han vaciado otras.
La gente está empobrecida. Es más, todos tenemos que empezar de cero. Sigo sin
tener esperanza en las autoridades, solo en Dios. Si el Estado hubiera hecho su
trabajo, no habrÃamos llegado en donde estamos", afirma a EFE Joël, padre
de cinco hijos.
"No puedo hacer nada. Me
siento impotente", añade, y asegura que su familia lo ha perdido todo,
incluso el material escolar tradicional de años anteriores.
"TodavÃa no se dan las condiciones para la reapertura de las clases", afirmó.