Los
cuerpos de las niñas fueron velados ayer en medio del dolor de familiares y
amigos.JORGE
MARTÍNEZ/LD
Santo
Domingo Este, RD.-Las muñecas y otros juguetes estaban todavía en el
suelo de la casa de zinc y madera, donde vivían Anyeiry y Yenderly De la Cruz
Ventura, quienes fallecieron de forma trágica tras ser embestidas por un vehículo
mientras se encontraban en la galería de la vivienda.
Todo ocurrió
a las 9:15 de la noche del pasado sábado, cuando las niñas de ocho y tres años
se encontraban sentadas en su vivienda ubicada en el sector Las Casitas, del
distrito municipal San Luis, donde vivían con su madre y su hermano mayor de 18
años.
Según narró
el padre de las pequeñas, Enyel Manuel De la Cruz Cáceres, las niñas cenaban
mientras esperaban a que su progenitor llegara, junto a su tío Rodolfo Cáceres,
de 66 años.
La madre de
las niñas, Leidy Ventura, narró entre sollozos que el joven ya había cruzado
varias veces por el lugar cuando el vehículo marca Honda Civic se subió a la
acera que colinda con la galería de la casa.
Según testigos, el vehículo iba a una alta velocidad cuando
impactó contra la parte delantera de la vivienda, llevándose todo a su paso,
dejando a los dos infantes sin vida casi al instante.
Los cuerpos de las niñas fueron retirados del lugar, mientras
su tío, quien en ese momento se encontraba con vida, fue trasladado al Hospital
Traumatológico Darío Contreras, donde falleció ayer en la mañana, producto de
los golpes y heridas del impacto, dejando a seis hijos en la orfandad.
Niñas
ejemplares
“Mis niñas eran todo para mí, mis niñas eran adoradoras y ese
individuo me las quitó, mis niñas eran unas niñas buenas y estudiosas”, sostuvo
la madre, mientras lloraba desconsoladamente por la pérdida de sus dos hijas
menores, a quienes describió como respetuosas y aplicadas en la escuela.
Ventura indicó que aunque conoce al joven conductor y a su
familia, ignora el nombre del que le arrebató la vida a quienes llamaba “sus
princesas”.
“Mi niña (la
mayor) duró tres años en la escuela y nunca fui a psicología, ninguna hizo
cosas malas, me decían “madre, yo la felicito”, vivía con mi frente en alto con
mis niñas, y me decían, siga trabajando así y yo les decía no soy yo que estoy
trabajando, es Jehová que trabaja con mis hijos”, expresó entre lágrimas Ventura.
Tras lo ocurrido, la persona que los atropelló huyó y los
comunitarios incendiaron en represalia el vehículo que conducía.
Según los vecinos, el joven era menor de edad y acostumbraba
a cruzar por la zona en vehículos diferentes a alta velocidad.
“Ese
desalmado, por qué no me mató a mi primero (...) cuando yo fui para el carro a
agarrarlo, ya él no estaba ahí”, indicó Ventura.
La escena de destrucción aún es visible en los alrededores de
donde ocurrió el hecho, lugar en el que fueron velados los restos de ambas
pequeñas.
Los dos ataúdes llenan la sala de la estrecha casa donde
solían vivir las pequeñas junto a su familia, cuya luz fue apagada esa fatídica
noche del sábado.
Sed de Justicia
Entre lágrimas de consternación y tristeza, familiares y
amigos le dieron este domingo el último adiós a Anyeiry y Yenderly, clamando
por justicia y para que este trágico hecho no quede en la impunidad y el
olvido.
Este hecho ha nublado de dolor e impotencia a la comunidad de
Las Casitas, donde los moradores claman por justicia. “Ni muerto, ni vivo, paga
lo que hizo”, expresó una de las lugareñas, mientras brindaba consuelo a la
familia de las víctimas.
“Esta familia está destrozada, una niña de ocho años y otra
de tres años, que estaban empezando a vivir su vida y ese desalmado delincuente
sin moral les quitó la vida”, narró la afligida madre.
El padre de las infantes explicó que hasta ese momento, las
autoridades no le habían dado ninguna información con respecto al paradero del
victimario.
“Que se haga justicia, que no quede impune, que las
autoridades correspondientes resuelvan este caso, porque en realidad es un caso
lamentable, eran dos niñas preciosas, dos niñas queridas por la comunidad y el
tío mío también que falleció”, indicó De la Cruz Cáceres.
Los vecinos describen ambas niñas como tranquilas y
ejemplares, y piden a las autoridades para que este caso sea investigado.
Solicitan a los familiares del victimario que éste sea entregado a la Policía.
“Queremos justicia, que lo agarren, que pague por lo que él hizo, sus familiares que hagan el favor de entregarlo, que lo entreguen, porque nosotros queremos justicia, que pague por lo que hizo, esas niñas estaban en su casa”, expresó entre lágrimas una vecina de las menores. Por: Génesis Fulcar, para listín diario