El ruso Daniil Medvedev, hace una devolución a su compatriota Andrey Rublev el miércoles 6 de septiembre de 2023, en el US Open(AP Foto/Seth Wenig)
(Seth Wenig / Associated
Press)
NUEVA
YORK —
El británico de 36 años programó
la humedad en 70% y pasó varias horas ejercitándose en una bicicleta fija ahi,
con el termostato en 35 grados Celsius (95 Fahrenheit). Causó asà que el aire
resultara tan pegajoso como lo es cada verano en Flushing Meadows, donde el
último torneo del Grand Slam en el año concluye el domingo.
“Simplemente traté de ayudarme
con la adaptación al calor”, explicó Murray, quien se llevó el tÃtulo en Nueva
York en 2012 pero cayó en condiciones menos cálidas en la segunda ronda de este
año.
El comienzo del torneo de este año fue más bien benévolo
con los tenistas, recogebolas y espectadores bajo temperaturas de unos 20
grados Celsius (70 F), pero la situación ha cambiado.
El termómetro llegó a los 32 grados Celsius (90) el domingo
y de nuevo el martes. Los jugadores debieron buscar alivio mediante hielo
colocado en bolsas de plástico o tubos que soplaban aire frÃo junto a la lÃnea
de banda.
Los organizadores del certamen modificaron las reglas y
cerraron parcialmente el techo del estadio Arthur Ashe para ofrecer algo de
sombra adicional.
Daniil Medvedev tomó una toalla para secarse el copioso
sudor durante una pausa del partido y se fijó en la cámara que le apuntaba de
cerca. Lanzó una advertencia: “Ni te imaginas. (Algún dÃa) un jugador va a
morir, y ahà van a ver”.
El calor extremo no es una sorpresa. Un análisis de The
Associated Press muestra que las temperaturas promedio en el US Open y en los
otros tres majors se han vuelto mayores y más peligrosas en las décadas
recientes, lo que refleja el cambio climático que ha generado olas de calor sin
precedentes en el mundo durante este verano.
Las condiciones pueden impedir que los tenistas alcancen su
mejor nivel o, peor aún, corran más riesgos de desarrollar enfermedades por el
calor.
La AP rastreó el Ãndice de comodidad térmica, que mide la
temperatura en grados y también toma en cuenta la humedad, radiación, viento y
otros factores que afectan la manera en que responde el cuerpo. Analizó cada
torneo del Grand Slam desde 1988, el primer año que los cuatro certámenes
contaron con 128 participantes en las ramas de hombres y mujeres.
De manera colectiva, las temperaturas máximas en esos
torneos han subido casi 3 grados Celsius (5 F).