El
delantero de Inter Miami, Lionel Messi, en el centro, llega con sus compañeros
para un partido de fútbol de la Copa de la Liga contra FC DallasLM OTERO
AGENCIA AFPTexas,
EEUU
En el sur de los Estados Unidos
puede que algún desavisado no lo conozca. "¿Lionel Messi? ¿De qué país
es?", pregunta el taxista David. Pero quienes lo esperan ansiosos este
domingo para su partido en Dallas, Texas, saben que el "Michael
Jordan" del fútbol ha llegado.
David, de 60 años, natural de Oklahoma, admite que
"algo" ha escuchado del nuevo crack del Inter Miami, que este domingo
enfrentaba a los locales de Dallas FC por octavos de final de la Leagues Cup,
torneo que aglutina a los equipos de la MLS y la liga mexicana.
En Texas, pese a que también
abunda la población latina, el football americano, el básquet, el béisbol y el
hockey -además del rodeo- son las disciplinas dominantes. Pero, en las afueras del Toyota Stadium, Jackie aclara
que la gente sabe a lo que viene.
"Messi es 'El Padrino', el Michael Jordan del
fútbol", dice esta mujer estadounidense de 33 años, dándole al argentino
la trascendencia global del personaje que Francis Ford Coppola llevó al cine,
así como la relevancia de la exbasquetbolista, superestrella de los Chicago
Bulls y la NBA en la década de los noventa.
Bajo
una temperatura que supera los 39ºC, Jackie está encargada de
custodiar el acceso asignado a los jugadores del Dallas FC en el Toyota
Stadium.
Fan declarada del cuadro local,
espera que su equipo venza al de Messi, quien tiene en su escuadra a los
españoles Jordi Alba y Sergio Busquets. Ella
dice que pueden dar la pelea con el crack Jesús Ferreira, aunque
reconoce la valía del mejor jugador del mundo.
"Si no sabes quién es Messi tienes que prestar más
atención a los deportes, porque hay incluso jugadores de football americano que
saben quién es Messi. Es como hablar de Willy Wonka, no se te puede olvidar el
nombre", agrega Jackie.
José Mendoza la escucha hablar
y retruca: "Messi no es 'El Padrino', es el Dios del fútbol".
Hondureño con larga residencia en Houston, manejó cuatro horas hasta Frisco, un
próspero suburbio de Dallas donde se ubica el estadio, para tratar de comprar
entradas.
Con
capacidad para 20.500 personas, los ingresos se acabaron
durante los primeros quince minutos de venta en línea y las reventas están por
sobre los 700 dólares.
- Hinchas de Messi -
Los hermanos Daniel y Ricardo
Romero también manejaron desde Houston este domingo para ver si consiguen ingresos. Daniel lleva la camisa rosa del Inter y Ricardo
la alterna de color negro. Ambas tienen estampado el nombre de Messi.
"Vamos a ver si
conseguimos entradas. Somos hinchas de Messi y venimos a verlo. A cada equipo
que va, lo apoyamos, incluso cuando estaba en el PSG. Somos hondureños",
cuenta Daniel, de 18 años.
Pero Messi no es el único que ha traído gente. Algunos
venezolanos también esperan saludar a su compatriota Josef Martínez, compañero
del argentino. Todos vestidos de rosa,
incluso su perro "Lion", lo aguardan bajo el intenso calor.
"Espero verlo, sentirme
orgulloso de mi país, que le siga dando esperanzas a Venezuela como
futbolista", comenta Amin González, de 29 años, quien llegó a Texas hace
tres meses.
En las afueras del estadio
también se observan a hinchas que visten las camisetas del Barcelona, cuadro
donde Messi se llenó de gloria, como la de la selección de Argentina.
- Sin
fútbol de barrio -
Horas antes del juego, en las
afueras del estadio, Morgan Spencer, de 44 años, su hijo y otros niños patean
el balón en un área con césped. Ellos vienen de Omaha, Nebraska, centro oeste
de los Estados Unidos, para participar
de un torneo local de fútbol cerca del estadio.
Morgan dirige una academia de
fútbol llamada Evolution Soccer, donde entrenan a niños, la mayoría caucásicos,
dada su localización geográfica. Él cree que la presencia de Messi en la MLS va
a incrementar la audiencia televisiva, pero no está seguro si eso atraerá a más
deportistas.
"(David) Beckham no pudo, y es una superestrella, tal vez no al nivel de
Messi. Pero sí me gustaría que ocurra, que tengamos pequeños campos de
fútbol (gratuitos) disponibles en las comunidades de Estados Unidos", algo
que sí existe en América Latina, considera.
"El principal problema es
el costo de un buen entrenamiento de fútbol, tener instalaciones. En Estados
Unidos tienes que pagar para jugar fútbol. Pero en Sudamérica los chicos van al
campo, sin entrenadores", detalla.
"Lo que tu ves en los
barrios aquí es que los chicos juegan básquet, tienes campos de béisbol en
varios lados, pero aquí no hay acceso a lugares decentes para jugar
fútbol", agrega.