AGENCIA EFEMadrid, España
Entre bocadillos de calamares y
panceta, tapas de tripa de cordero, cerveza y sangrÃa se mueven con destreza
cientos de latinoamericanos que desconocÃan muchos de estos platos hasta llegar
a España, donde buscan una vida mejor y aprovechan las
oportunidades laborales de las populares fiestas de verano de Madrid.
La boliviana Teresa Sánchez llegó a la capital española
hace dos décadas y cuenta a EFE que en la verbena veraniega de San Cayetano,
que se celebra todos los años en el antiguo barrio de Lavapiés -uno de los más
populares del centro de la ciudad-, siempre la “reciben con los brazos abiertos
con una oportunidad" para trabajar.
En el puesto de comida y
bebida en el que trabaja Teresa sirven
cientos de raciones de comida tÃpica madrileña durante la primera semana de
agosto, cuando turistas y algunos vecinos que aún no han salido de
vacaciones pasan las noches en las calles aprovechando la bajada de las
temperaturas y el ambiente festivo del centro.
La boliviana Teresa Sánchez llegó a la capital española
hace dos décadas y cuenta a EFE que en la verbena veraniega de San Cayetano,
que se celebra todos los años en el antiguo barrio de Lavapiés -uno de los más
populares del centro de la ciudad-, siempre la “reciben con los brazos abiertos
con una oportunidad" para trabajar.
En el puesto de comida y
bebida en el que trabaja Teresa sirven
cientos de raciones de comida tÃpica madrileña durante la primera semana de
agosto, cuando turistas y algunos vecinos que aún no han salido de
vacaciones pasan las noches en las calles aprovechando la bajada de las
temperaturas y el ambiente festivo del centro.
“Hay gente que vuelvo a ver, hay
bastantes que son antiguos, pero he visto varias nuevas y nuevos”, menciona
la cocinera boliviana, quien explica que esto se debe a que hay personas “que
se van acomodando y ya no necesitan este trabajo, porque es muy duro”.
Fran, Daniela, Carolina y
Enrique son un grupo de jóvenes de origen venezolano, ecuatoriano y colombiano
empleados en las fiestas y saben que su jornada comienza “desde las 15.00 de la
tarde hasta las 3.00 de la mañana del dÃa siguiente”.
“Vengo
aquà porque siempre hay trabajo (...) a veces cuando no tienes papeles,
algunos feriantes te dan trabajo (...) pero cada vez es más difÃcil, tienes que
tener sà o sà tus papeles”, dice uno de ellos.
SE “APRENDE SOBRE LA MARCHA”
Teresa cuenta que aprendió a
cocinar los platos españoles “sobre la marcha”, principalmente en este tipo de
festejos populares y como empleada del hogar. En
las fiestas de Lavapies, ayuda a preparar los bocadillos de chorizo, de
panceta y de lomo, los "más vendidos".
En su caso, la venezolana
Génesis -que llegó hace cuatro años a España- destaca que “son los compañeros
españoles los que enseñan a hacer los platillos a los latinos”.
"Es fácil si le pones entusiasmo", asegura, al
tiempo que precisa que preparar comidas tradicionales españolas es un proceso
"diferente", ya que "la comida venezolana y la española no se
parecen en nada”.
También es algo nuevo para
Carolina, colombiana, quien trabaja por primera vez en estas verbenas y, a
pesar de las largas jornadas, sobre todo los fines de semana, tenÃa ganas de
hacerlo.
“Desde pequeña siempre he visto a mis familiares trabajando aquà y yo también querÃa, y cuando pudieron, me lo consiguieron”, relata esta trabajadora, que ha aprendido las recetas de las diferentes bebidas tradicionales de España (“muy diferentes a las colombianas”, dice), por lo que este trabajo le está dando “la oportunidad de aprender cosas que no sabÃa”.