En esta imagen de archivo, agentes de policía se enfrentan con seguidores del líder opositor keniano Raila Odinga durante una protesta en Nairobi, Kenia, el 20 de marzo de 2023. EEUU elogió el interés de Kenia en encabezar una fuerza multinacional en Haití pero advirtió abiertamente a los policías del país africano que se abstengan de cometer abusos. Ahora 1.000 de esos agentes podrían dirigirse a Haití para enfrentar a las pandillas. (AP Foto/Brian Inganga, archivo)
(Brian Inganga / Associated Press)
PUERTO
PRÍNCIPE, Haití —
PUERTO PRÍNCIPE, Haití (AP) —
Los haitianos se muestran escépticos ante la oferta de Kenia para dirigir una
fuerza policial internacional destinada a combatir la violencia de las
pandillas que ha asolado la nación caribeña.
Los abusos sexuales y el
devastador brote de cólera que acompañaron a las fuerzas extranjeras en las
últimas décadas no inspiran demasiada confianza. Pero los haitianos sostienen
que el derramamiento incontrolado de sangre deja muy pocas opciones más.
Florence Casimir, una maestra de
primaria, dijo que aunque las intervenciones internacionales pasadas han
perjudicado a Haití, sus abusos no se comparan con la brutalidad de las bandas,
que secuestran a sus alumnos y obligan a sus padres a pagar cuantiosos rescates.
“Nunca será mejor (que las intervenciones pasadas), pero en
este momento la población haitiana no tiene elección”, afirmó Casimir. “El
pueblo haitiano no puede luchar solo”.
Desde que en octubre el primer ministro, Ariel Henry, instó
al mundo a desplegar una fuerza armada para luchar contra las pandillas,
Naciones Unidas ha tenido dificultades para convencer a un país de que lidere
los esfuerzos para restaurar el orden en la nación caribeña, debido en parte a
la polémica por las misiones de mantenimiento de paz previas. Una posible
iniciativa liderada por Estados Unidos o la ONU no ha despertado demasiado
interés y Washington tsin éxito de convencer a Canadá para que se pusiese al
frente del operativo.
Mientras esa búsqueda continuaba, la guerra entre las
pandillas siguió empeorando y provocó una oleada de cientos de secuestros y la
aparición de fuerzas parapoliciales que se toman la justicia por su mano. A día
de hoy, se estima que los grupos armados controlan un 80% de la capital, Puerto
Príncipe.
“Esta no es una fuerza de mantenimiento de paz
tradicional”, apuntó la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda
Thomas-Greenfield, en una conferencia de prensa.
La propuesta de Kenia ha generado debate entre los
haitianos ya que muchos desconfían de las intervenciones internacionales tras
los fracasos y los abusos cometidos por los integrantes de estas fuerzas
durante décadas.
Pero los éxitos suelen verse empañados por las cicatrices
de los abusos perpetrados por esos mismos operativos que arrastra la población.
Una misión de mantenimiento de paz de la ONU desplegada
entre 2004 y 2017 estuvo plagada de denuncias de abusos sexuales masivos,
incluyendo la denuncia de que integrantes de la misión violaron y dejaron
embarazas a niñas de apenas 11 años. Investigaciones de The Associated Press
hallaron evidencias de altos niveles de impunidad.
“Esto dejó un sabor amargo en la boca de la población
haitiana”, aseguró Valdo Cenè, que vende gas para cocinar. “Traer fuerzas
internacionales podría significar repetir nuestra historia”.
Esta fuerza policial internacional podría no ser una fuerza
de la ONU. Si se despliega, la policía keniana estaría a cargo en lugar de
responder ante un comandante de las fuerzas de la ONU, como ocurre en las
misiones tradicionales.
Pero los haitianos no son los únicos que cuestionan el
plan. Los grupos de monitoreo están llamando la atención sobre el historial de
abusos de los derechos humanos de la policía de Kenia e indican que podría
exportar esas conductas.
Desde hace tiempo, se acusa a la policía de la nación de
África oriental de asesinatos y tortura, como abatir a disparos a civiles
durante el confinamiento contra el COVID-19. Un grupo local apuntó que los
agentes mataron a tiros a más de 30 personas durante protestas en julio, todas
ellas en los vecindarios más pobres del país.
“La gente está desconcertada”, dijo Mars. “Esto podría
convertirse en otro gran desastre”.
Aunque Mars está entre los muchos que afirman que el
despliegue de la fuerza keniana sería un paso importante para la estabilización
del país, expresó su esperanza de que el despliegue sea una medida temporal que
allane el camino a un proceso más largo contra la violencia descontrolada en
Haití, como el secuestro de una enfermera estadounidense y su hija.
Otros, como Jerthro Antoine, dicen la que policía keniata
no llega lo bastante pronto.
Este reparador de celulares contó que sueña con volver a
pisar una playa, pero la violencia ha empeorado tanto que hasta caminar por la
calle es arriesgado.
Janetsky informó desde Ciudad de México. La periodista de
The Associated Press Edith M. Lederer en Naciones Unidas contribuyó a este
despacho.