El candidato presidencial Bernardo Arévalo y su compañera de fórmula Karin Herrera saludan durante una conferencia de prensa luego de que los resultados preliminares los mostraran como los vencedores en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en la Ciudad de Guatemala, el domingo 20 de agosto de 2023. (AP Foto/Moisés Castillo) (Moises Castillo / Associated Press)
BY POR SONIA PÉREZ D. Y CHRISTOPHER
SHERMAN
ASSOCIATED PRESS
CIUDAD DE GUATEMALA — La rotunda victoria del progresista Bernardo Arévalo el domingo en la segunda segunda vuelta presidencial de Guatemala encajó en el país como una reprimenda de los votantes a la élite política gobernante en medio de críticas a la corrupción generalizada.
Los resultados preliminares
mostraron una ventaja abrumadora sobre su oponente de derecha Sandra Torres,
pero está aún por verse si el defensor de la lucha anticorrupción será
reconocido como nuevo presidente, después de numerosos intentos de la actual administración
y de la justicia guatemalteca de suspender a su partido para impedir que
participara en el balotaje.
Con el 99,89% de los votos
escrutados, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) informó en su página web que el
candidato del Movimiento Semilla lideraba el conteo oficial con un 58,04%
frente al 37,20% de Torres, de Unión Nacional de la Esperanza (UNE), quien
intentaba por tercera vez hacerse con la presidencia.
El legislador e hijo del exmandatario Juan José Arévalo
(1945-1951) repitió en sus primeras palabras al conocer los resultados
preliminares su promesa de combatir la corrupción que se ha extendido a varios
sectores políticos y económicos.
La proclamación de resultados se espera para los próximos
días, una vez que las autoridades electorales revisen las actas y las
eventuales impugnaciones que puedan presentarse.
“Ahora, unidos como pueblo de Guatemala, lucharemos contra
la corrupción”, dijo el candidato de Semilla, una fuerza política joven que se
creó en 2018. “Aceptamos con humildad esta victoria que nos ha dado el pueblo”,
dijo Arévalo en una conferencia de prensa en la que estuvo acompañado de su
compañera de fórmula, Karin Herrera.
Horas antes la jueza del TSE Blanca Alfaro lo había
adelantado: “Podemos decir que don Bernardo (Arévalo) es el virtual ganador”.
En una publicación en la red social X, antes llamada
Twitter, el presidente saliente Alejandro Giammattei felicitó a los
guatemaltecos por unas elecciones “en paz, con pocos incidentes aislados” y
agregó: “Felicito también a @BArevalodeLeon y extiendo la invitación para
iniciar la #TransiciónGT ordenada”.
En las afueras del hotel donde ofreció su conferencia de
prensa cientos de simpatizantes con banderas de Guatemala coreaban “Sí, se
pudo”.
Quien también felicitó a Arévalo fue el secretario general
de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien sostuvo
en la red social X: “Saludamos al pueblo y @GuatemalaGob x una jornada
electoral ejemplar, una verdadera fiesta cívica. Felicitamos al Pdte electo
@BArevalodeLeon”.
Sin embargo, es poco probable que los resultados cosechados
marquen el fin de los comicios. Los guatemaltecos aún recuerdan que se
necesitaron más de dos semanas para que se certificaran los de la primera ronda
del 25 de junio y que el mismo día en que fueron proclamados la Fiscalía
anunció una investigación contra el partido Semilla y una orden de suspensión.
Esa investigación continúa y los fiscales parecen estar en
camino de despojar a Arévalo de su partido.
“Es presumible que podría haber una secuencia de acciones
oficiales que buscarían, digamos, modificar de una u otra manera lo que ha
pasado en las elecciones de junio y podría pasar ahora en las elecciones de
agosto”, presumió el analista, que identificó tres momentos clave.
El primero y más inmediato, el de los pronunciamientos que
hagan tanto Arévalo como Torres tras los resultados. El segundo, el 31 de
agosto, cuando termine oficialmente el proceso electoral y, por tanto, el
Movimiento Semilla quede despojado de la protección legal que impide ahora su
suspensión como partido; y el tercero, el 14 de enero cuando Giammettei debe
cumplir con el mandato constitucional de dejar el cargo.
El politólogo Renzo Rosal explicó que después del cierre
“podremos confirmar si hay una ola de impugnaciones como se había denunciado
(por parte de fiscales del partido de Torres), si el perdedor acepta y reconoce
los resultados y el TSE va a dar en corto tiempo el resultado y se logra
oficializar”.
Salvo algunas quejas y denuncias sobre acarreo de personas
o entrega de víveres a cambio de votos por parte de partidarios de Torres, la
jornada transcurrió sin mayores incidentes. La fiscalía confirmó que se
recibieron 17 denuncias por diversos delitos electorales y que se detuvo a ocho
personas por obstruir centros de votación o hacer proselitismo a favor de un
partido.
Arévalo sufragó temprano en medio de aplausos y vítores de
seguidores. “Todo el mundo vaya a votar, vamos a votar temprano, vamos a votar
con alegría, con tranquilidad. Es el momento, es una fiesta cívica”, expresó.
Torres -ex esposa del fallecido expresidente Álvaro Colom (2008-2012)- también
votó temprano, pero no hizo declaraciones.
Erick Ruiz, un analista de datos de 29 años, fue con su
madre a votar a un centro en la zona 21, un área periférica de la ciudad. “Creo
que hay poca gente votando en comparación con la primera vuelta, quizás es por
todo lo que ha ocurrido en el proceso, pero votar es muy importante”, señaló.
Guatemala pasó por varias transiciones democráticas luego
de la guerra civil de 36 años entre 1960 y 1996. Desde entonces los
guatemaltecos se han sentido cada vez más frustrados con un sistema político
que parece amañado para beneficiar a unos pocos.
El gobierno de Estados Unidos suspendió la cooperación con
la oficina de la Fiscal General Consuelo Porras y luego la sancionó por
presunta participación en “la corrupción significativa y el socavamiento de la
democracia”. El Estado de Derecho se ha venido deteriorando desde hace varios
años, proceso que se aceleró en 2019 cuando el entonces presidente Jimmy
Morales (2016-2020) expulsó a una exitosa misión anticorrupción respaldada por
las Naciones Unidas. El esfuerzo multinacional había logrado avances contra la
corrupción y empoderó a un grupo de jueces y fiscales.