En esta
imagen tomada el 27 de junio de 2023, un agricultor cosecha flores de jazmín en
una granja a las afueras de MaduraiR.
SATISH BABU/AFP
AGENCIA
AFPMadurai, India
El aire se llena de aromas
embriagadores cuando hábiles recolectoras en el sur de India arrancan los
brotes de jazmín blanco, aún frescos, que luego serán procesados para extraer
su exquisita esencia usada en perfumes de todo el mundo.
El jazmín sólo exhala su perfume cuando florece en la
noche, y es por lo tanto clave que los brotes sean seleccionados antes de
florecer.
"Sabemos cuándo recolectarlos", dice Malarkodi,
que solo da un nombre y cuyos dedos expertos toman minuciosamente los retoños.
Luego, ella recolecta algunas flores abiertas que coloca en su oscura cabellera.
Refinadas, expresión de gracia y sensualidad, las flores de
jazmín son utilizadas desde hace milenios en India para honrar a los dioses.
En la vieja ciudad de Madurai,
en el sur de la India, la flor de jazmín omnipresente atrae a los más grandes
perfumistas. Se encuentra en las botellas de "J'adore" de Dior y de
"Mon Guerlain" de Guerlain.
Los conocedores afirman que se
trata de uno de los perfumes más sutiles posibles.
Pero es también "una de las esencias más caras en el
mundo", afirma Raja Palaniswamy, director de Jasmine Concrete, que exprime
grande cantidades de flores frescas para obtener unas preciosas gotas de esencia
con efluvios embriagadores.
Las recolectoras ganan
alrededor 1.50 dólar diario por cuatro a cinco kilos recolectados, con unos
4,000 brotes por kilo.
Una vez recolectados, son
rápidamente enviados al mercado y vendidos entre 200 a 2,000 rupias el kilo (de
2.40 a 24 dólares).
"EXPRESIÓN DEL AMOR"
El jazmín de Madurai, una variedad
asiática cuyo nombre científico es jazmín sambac, obtuvo en 2013 una
"indicación geográfica" de la India que destaca "profundo
fragancia".
"Es exótico, es sexy, es rico,
es vivo", declaró a la AFP Thierry Wasser, perfumista "nariz" de
la empresa francesa Guerlain que visita la granja.
El jazmín tiene una "suavidad
(...) y algo de floral que es inalterable", añade Wasser, que le compra a
la empresa de Palaniswamy.
Además de Guerlain, Palaniswamy
dice que suministra el producto a Bulgari, Dior y Lush, entre otros.
En Madurai, la flor blanca y
brillante está presente en todas las casas, en los cabellos, o en el inmenso
templo del siglo XIV dedicado a la diosa hindú Minakshi, guardiana de la
ciudad.
Cada noche, los fieles hindúes
hacen ofrenda a la diosa, que se supone se encontrará con su esposo Shiva, con
collares de flores de jazmín olorosas, durante una gran ceremonia que simboliza
la unión.
"Cuando se comprende que con
esta flor es el amor, la fraternidad, la familia y la amistad lo que se
celebra, al sentir su perfume se adquiere otra dimensión", dice Wasser.
"Para mí, esta flor es la
expresión del amor. Punto", señala.
FRAGANCIA INCOMPARABLE
Pero la extracción del aceite
esencial requiere un largo proceso.
Las recolectoras nunca tienen la
posibilidad de disfrutar de estos placeres, ya sea para honrar a la divinidad,
celebrar un matrimonio, asistir a funerales o adquirir un perfume de lujo.
En el campo de jazmín situado en la
periferia de la ciudad, las mujeres separan meticulosamente las ramas del
arbusto, en busca del retoño perfecto.
Durante la temporada de
recolección, la fábrica funciona 24h/24. "Desde que (el jazmín) comienza a
florecer, emana su perfume", señala Palaniswany.
Tarde en la noche, cuando el terco
aroma invade el aire, las obreras colocan los retoños en los extractores.
El jazmín es sumergido luego en un
solvente que absorbe las moléculas olfativas, antes de ser retomado y llevado a
ebullición, lo que produce una pasta llamada "concreto".
El concreto es luego tratado con
alcohol para eliminar rigurosamente la cera y obtener un líquido llamado
"el absoluto", que entrará en la composición de los perfumes.
Unos 700 kilos de flores de jazmín
se requieren para producir un solo litro de aceite esencial, vendido en unos
4,200 dólares, según Palaniswamy.
Pero Amsavalli Karuppuswamy posee
un puesto frente al mercado de flores, donde ella hace y vende guirnaldas y
flores de jazmín.
"Los perfumes no igualan a las flores frescas de jazmín, dice, nada puede igualar la fragancia del jazmín", dice.