Los líderes políticos
se reunieron en la residencia presidencial Camp David, en Washington, Estados
Unidos.ANDREW HARNIK
AGENCIA AFPCAMP DAVID, EEUU
Joe Biden acogió este viernes a
los dirigentes de Japón y Corea del Sur en Camp David para una cumbre que
calificó de "histórica" y en la que envió un mensaje de unidad frente
a China.
En la bucólica residencia
presidencial Biden elogió la "valentía política" del presidente
surcoreano, Yoon Suk Yeol, y del primer ministro japonés, Fumio Kishida, por
pasar página a la animosidad histórica.
"Su liderazgo, con el pleno
apoyo de Estados Unidos, nos ha traído aquí porque cada uno de ustedes
comprende que nuestro mundo se encuentra en un punto de inflexión",
declaró el presidente estadounidense en una rueda de prensa conjunta en las
colinas boscosas de las afueras de Washington.
Biden insistió en que la cumbre
no iba dirigida contra China, que bajo la presidencia de Xi Jinping ha sacado
músculo, incluso con maniobras cerca de Taiwán, una isla con gobierno propio
que Pekín quiere controlar, si es necesario por la fuerza.
Pero en una declaración
conjunta, los tres líderes dijeron que se oponían al "comportamiento
peligroso y agresivo" de China en las disputas marítimas en el Mar de
China Oriental y Meridional.
"Nos oponemos firmemente a
cualquier intento unilateral de cambiar el status quo en las aguas del
Indo-Pacífico", dijeron.
Los dos aliados de Estados
Unidos están de acuerdo sobre muchos temas internacionales -y juntos acogen a
unas 84.500 tropas estadounidenses-, pero una cumbre así habría sido impensable
hasta hace poco debido al legado de la ocupación japonesa de la península
coreana entre 1910 y 1945.
Una 'visión de
futuro'
Pero Yoon, asumiendo riesgos
políticos en su país, ha pasado página al resolver una disputa sobre los
trabajos forzados en tiempos de guerra, y ahora llama a Japón socio en un
momento de fuertes tensiones tanto con China como con Corea del Norte.
Yoon apuesta por una
"visión de futuro" y calificó la cumbre de "día histórico"
por aportar una "base institucional firme" a la relación entre las
tres naciones.
Los tres dirigentes acordaron un
plan plurianual de ejercicios militares regulares en todos los ámbitos, más
allá de los simulacros puntuales en respuesta a Corea del Norte, y se
comprometieron formalmente a consultarse en caso de crisis.
También acordaron compartir
datos en tiempo real sobre Corea del Norte y celebrar cumbres cada año.
Es la primera vez que los
líderes de los tres países se reúnen en una cumbre independiente y el primer
acto diplomático desde 2015 en Camp David, un lugar que es sinónimo de
pacificación en Oriente Medio.
Como cabe esperar, Pekín se
opone a este nuevo diálogo. Su ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, lo
dejó claro recientemente.
"No importa lo rubio que te
tiñas el cabello o cuánto te afines la nariz, nunca puedes convertirte en
europeo o estadounidense, nunca puedes convertirte en occidental", declaró
en referencia a Seúl y Tokio en un video compartido en los medios oficiales.
"Debemos saber dónde están nuestras raíces", dijo.
E instó a China, Corea del Sur y
Japón a "trabajar juntos".
Cooperación a tres
bandas
También han aumentado las
tensiones con Corea del Norte, que ha lanzado una andanada de misiles en los
últimos meses y se teme que responda a la cumbre con nuevas acciones de este
tipo.
La declaración conjunta de los
líderes renovó el llamamiento a Corea del Norte para que renuncie a sus armas
nucleares e instó a todas las naciones a hacer cumplir las sanciones.
La cumbre ha
trascendido Asia
Tokio y Seúl han ofrecido un
gran impulso a Ucrania como principales potencias no occidentales contra la
invasión rusa.
La cumbre se propone
institucionalizar la cooperación a tres bandas para dificultar que se dé marcha
atrás en el futuro, por ejemplo si sale elegido un presidente surcoreano hostil
a Japón.
Para sorpresa de muchos
observadores, el acercamiento de Yoon a Japón ha suscitado algunas protestas en
el país.
Yoon, un conservador, se ha convertido rápidamente en un aliado cercano de Estados Unidos, y Biden le dio la bienvenida en una visita de Estado en la que el líder surcoreano deleitó a la audiencia cantando "American Pie". Pero solo puede cumplir un mandato que finaliza en 2027.