El candidato presidencial Bernardo Arévalo saluda a sus
simpatizantes desde un balcón después de que los resultados preliminares lo
mostraran como el vencedor en la segunda vuelta de las elecciones
presidenciales en la Ciudad de Guatemala, el domingo 20 de agosto de 2023
El académico Bernardo Arévalo de León, elegido este domingo
como el próximo presidente de Guatemala, será el primer mandatario con una
mirada progresista que lidere el país centroamericano, alejado de su la naturaleza conservadora de sus
antecesores en el cargo.
Sin
tachas en su carrera política y con un carácter ampliamente conciliador,
Arévalo de León llega a la Presidencia después de una sorpresiva primera vuelta
electoral el pasado 25 de junio, cuando se coló en el segundo lugar mientras
los sondeos lo ubicaban en séptimo u octavo puesto.
Las encuestas, sin embargo, no
se equivocaron este domingo, ya que el candidato de la agrupación política
Movimiento Semilla superó por un amplio
margen de votos a su contrincante, la ex primera dama Sandra Torres Casanova.
La Presidencia será un premio para Arévalo de León, actual
diputado tras fungir como uno de los fundadores del Movimiento Semilla hace ya
casi una década.
CON UNA MIRADA DISTINTA
Desde la implantación de la
democracia en Guatemala en 1986, todos sus presidentes han sido de carácter
conservador, con una amplia inclinación a la derecha en el espectro político.
Con Arévalo de León, la situación es distinta, ya que
tratará de emular la presidencia de su padre, Juan José Arévalo de León
Bermejo, quien entre 1945 y 1951 tuvo uno de los Gobiernos más eficientes en la
historia del país, con la creación del
Seguro Social y la libertad de la emisión del pensamiento.
Considerado como progresista o
de una izquierda moderada, el académico ha dicho que su principal lucha al
tomar posesión será contra la corrupción, sin olvidar en un futuro temas
principales como la lucha contra la desnutrición o la mejora de los servicios
de salud.
"Yo no soy mi padre",
señaló Arévalo de León el miércoles en el cierre de su campaña. "Pero
recorro el mismo camino que él construyó y lo vamos a recorrer juntos como
pueblo. Tengo el mismo anhelo que él y los revolucionarios de 1944",
apuntó.
UN OBSTÁCULO PENDIENTE
La llegada de Arévalo de León
a la Presidencia, sin embargo, aún está por confirmarse de cara a la
investidura del próximo 14 de enero, por un período de cuatro años.
Ello debido a que el
Ministerio Público (Fiscalía), cuya cúpula está
sancionada por Estados Unidos, emprendió desde el 12 de julio varios
intentos por suspender al Movimiento Semilla debido a un supuesto caso de
firmas falsas en el partido durante su creación en 2018.
De acuerdo a la misma
Fiscalía, en los próximos días se podrían efectuar capturas en contra de
miembros del partido, por lo que analistas políticos no descartan que existan
fuertes intentos para que Arévalo de León no pueda ser investido en enero
próximo.
Antes de saltar a la vida
política, el actual diputado era conocido como un académico dedicado a escribir
libros y artículos sobre las relaciones cívico-militares y seguridad.
El hoy
presidente electo también tuvo su paso por la diplomacia, ya
que entre 1995 y 1996 fue embajador de Guatemala en España y un año antes había
sido viceministro de Relaciones Exteriores del Gobierno del expresidente Ramiro
de León Carpio.
De igual forma, en la década de 1990 fungió como secretario consular de Guatemala en Israel y también laboró como conciliador de conflictos para distintas organizaciones en Asia y África.