El expelotero Scott Rolen habla en una conferencia de prensa el 27 de enero de 2023, en Secaucus, Nueva
Scott Rolen es un pelotero de la
vieja escuela. Sin embargo, está agradecido con los análisis avanzados de la
actualidad. Después de todo, ayudaron a que fuera elegido como nuevo miembro
del Salón de la Fama.
Rolen, en su sexto intento, fue elegido de manera unánime
por el Comité de Peloteros de la Era Contemporánea, al igual que Fred Mc Griff,
como nuevos integrantes del recinto, al que ingresarán oficialmente este
domingo.
“Aprendí mucho sobre el
proceso en los últimos dos años. No estoy metido en todas las mediciones,
números estadísticas avanzadas ni eso, pero aparentemente me ayudaron, así
que las amo”, bromeó Rolen el sábado.
Siete veces elegido al Juego de Estrellas y ocho veces
galardonado con el Guante de Oro, Rolen fue seleccionado en 297 de las 389
papeletas depositadas por la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica
(BBWAA) o 76,3%, en su tercer año como candidato elegible. Recibió apenas el
10,2% en su primera votación, la proporción más baja en esa ronda para un
jugador que haya sido elegido después.
Su votación subió notable y
constantemente. Pero no fue sino hasta el año pasado cuando Rolen sintió que
tenía una oportunidad de llegar al Salón de la Fama. Y con ello comenzó a
sentir estrés.
“En los primeros cinco años no
había tanta presión, en absoluto”, contó. “El primer año tratábamos de obtener
cierto número para seguir en la boleta. El año pasado sí supe que había una
oportunidad. Y en el último caí en cuenta de que todo podía ser real. Sentí
presión en el pecho, antes de oír la noticia”.
Rolen bateó para .281 con 316 jonrones y 1.287 remolcadas
por Filadelfia (1996-2002), San Luis (2002-2007), Toronto (2008-2009) y
Cincinnati (2009-2012). Fue elegido de forma unánime el Novato del Año de 1997
y ostentó un promedio de .314 en 2006, cuando los Cardenales ganaron la Serie
Mundial.
McGriff, el espigado primera
base, bateó para .284 con 493 vuelacercas y 1.550 remolcadas a lo largo de 19
campañas con seis equipos de las mayores. Cinco veces elegido al Juego de
Estrellas, ayudó a que Atlanta conquistara la Serie Mundial de 1995.
Sus 493 jonrones lo tenían
empatado en el décimo sitio en la historia de las Grandes Ligas entre los
zurdos cuando se retiró. Sin embargo, McGriff se preguntó cómo habrían sido sus
estadísticas si hubiera jugado toda su carrera con los Yanquis de Nueva York,
el equipo que lo reclutó en el draft.
“¿Con ese pequeño pórtico en el jardín derecho? Eso habría
sido algo hermoso para mí”, dijo McGriff. “¿Y con el parque que tienen
ahora?... Ese lugar es increíble”.
Pero no lamenta nada, mucho
menos tomando en cuenta lo que vivió en Atlanta.
“Mi tiempo con los Bravos fue asombroso. En aquel momento no existían los Rays de Tampa Bay o los Marlins de Florida”, rememoró. “Atlanta era lo más cercano a mi casa (en Florida). Era muy importante para mí el que mis padres tuvieran más oportunidad de verme jugar, Y desde luego ganar”.