El
exjesuita Pedro Lima, llega al aeropuerto El Alto, el lunes pasado, antes de
viajar a La Paz para declarar en la fiscalía por presuntos abusos cometidos por
curas.(AP FOTO/JUAN KARITA)
AGENCIA
APChicago, EE.UU.
El fiscal general de Illinois dio a conocer ayer
martes los resultados de una amplia investigación sobre las denuncias de abuso
sexual por parte de la Iglesia católica, y dijo que los investigadores
encontraron que 451 miembros del clero abusaron sexualmente de casi 2.000 niños
desde 1950, muchas más que las 103 personas que la Iglesia mencionó cuando la
revisión estatal comenzó en 2018.
En una conferencia de prensa donde anunció los
hallazgos de su oficina, el fiscal general Kwame Raoul reconoció a los acusadores
por hacer posible la revisión. Dijo que los investigadores estatales
encontraron que 1,997 niños en todo el estado fueron abusados por el clero
entre 1950 y 2019.
“Espero
que este informe arroje luz tanto sobre aquellos que violaron sus posiciones de
poder y confianza para abusar de niños inocentes, como sobre los hombres en el
liderazgo de la iglesia que encubrieron ese abuso”, dijo Raoul. “Es posible que
estos perpetradores nunca sean responsables ante un tribunal de justicia, pero
al nombrarlos aquí, la intención es proporcionar una rendición de cuentas
pública y una medida de curación a los sobrevivientes que han sufrido durante
mucho tiempo en silencio”.
"CREÍBLES"
Según una investigación preliminar realizada por el
predecesor de Raoul, las diócesis estatales consideraron que solo el 26% de las
denuncias que recibieron eran “creíbles”, y no investigaron o consideraron que
el 74% restante carecía de fundamento.
En un comunicado publicado el martes, la Red de
Sobrevivientes de los Abusados por Sacerdotes calificó el informe de
“impresionante”, pero enfatizó que es probable que se minimice el número de
víctimas y abusadores citados por los investigadores estatales.
“No hay duda de los hechos del informe: hasta 2018,
cuando comenzó la investigación, los jerarcas de todas las diócesis de Illinois
mantuvieron en secreto a los abusadores conocidos, se negaron a incluirlos en
sus listas de acusados y se negaron a reconocer la verdad de aquellos
sobrevivientes de abuso que denunciaron”, dijo el comunicado. Es para nosotros,
en una palabra, repugnante que estos supuestos pastores mientan tan
descaradamente”.
El informe preliminar realizado por la predecesora
de Raoul, Lisa Madigan, encontró que las seis diócesis de la iglesia hicieron
un trabajo lamentablemente inadecuado al investigar las denuncias y, en algunos
casos, no las investigaron ni notificaron a la agencia estatal de bienestar
infantil. Las denuncias de abuso se remontan a décadas atrás y se hicieron
contra algunos sacerdotes que ya habían muerto, pero el informe preliminar no
incluyó ciertos detalles clave, como cuándo se hicieron las denuncias.
CASOS EN BOLIVIA
Ayer, el papa Francisco envió a Bolivia a uno de
los miembros más importantes de la congregación para la Doctrina de la Fe en
momentos en que un escándalo de pederastia sacude a la Iglesia católica en el
país sudamericano, donde el presidente boliviano Luis Arce ha solicitado al
pontífice la revisión de convenios con la Santa Sede.
La carta del mandatario a Francisco en la que
expresa “consternación e indignación” por las denuncias se conoció en la noche
del lunes horas después de la llegada del español Jordi Bertomeu procedente de
Paraguay, donde investiga denuncias similares. En 2018, Bertomeu encabezó las
pesquisas sobre abusos de sacerdotes a menores cometidos en Chile.
Arce
condena el “silencio cómplice de la estructura eclesial local” y pide el jefe
de la Iglesia católica “pasar de los pronunciamientos a las acciones concretas para
evitar la impunidad”. También solicitó a al papa Francisco que la justicia
boliviana “acceda a todos los archivos referidos a las denuncias” y revisar los
antecedentes de los religiosos extranjeros. ”Nadie con antecedentes debe
permanecer como educador o guía espiritual”, dijo el mandatario en su carta
Por su parte, la Conferencia Episcopal de
Bolivia aclaró que la visita de Bertomeu no tiene relación directa con las
denuncias recientes sino que estaba programada con antelación y busca analizar
“los avances realizados en la línea de la cultura de prevención” impulsada por
el Vaticano.
Los encuentros “serán llevados en un clima de
profunda cercanía hacia todos aquellos que han sido víctimas de la lacra de los
abusos en la Iglesia”, dijo la Conferencia Episcopal en un comunicado.
Bertomeu “es una persona de mucha confianza del
papa Francisco, se encarga de ver estos temas y viene a dar algunas
orientaciones para cómo podemos ir manejando este tema, escuchar y acompañar a
las víctimas”, declaró el secretario de la Conferencia, monseñor Giovani Arana.
Poco antes de conocerse la carta de Arce al papa,
el canciller boliviano Rogelio Mayta dijo: “No queremos nosotros generar un
incidente con el Vaticano, pero hay sacerdotes de la Iglesia católica que han
cometido delitos”.
La visita del enviado del Vaticano tiene lugar poco
después del estallido del caso del jesuita español Alfonso Pedrajas quien,
según un diario íntimo al que tuvo acceso el periódico español El País, habría
abusado de unos 85 menores en internados católicos de Bolivia en las décadas
del 70 y 80 del siglo pasado. Pedrajas falleció de cáncer en 2009.
La Fiscalía inició una investigación --que se
mantiene en reserva— y ha convocado a las víctimas a presentar denuncias. Por
su parte, la Compañía de Jesús en Bolivia pidió perdón a las víctimas y se ha
comprometido a apoyar la investigación al tiempo que ha denunciado a los
superiores de Pedrajas --muchos de los cuales ya no están en funciones o han
fallecido-- por su presunto encubrimiento.
En el marco de esa investigación un exseminarista
jesuita boliviano, considerado por las autoridades un testigo importante, se
declaró víctima y prometió colaborar con las autoridades.
“No sólo soy testigo sino víctima de abusos de
poder, abusos sexuales y abusos de conciencia de la Compañía de Jesús en
Bolivia”, dijo el exseminarista Pedro Lima a su arribo a La Paz el lunes para
declarar ante la Fiscalía.
En una rueda de prensa a su llegada acusó a tres
jesuitas de haber encubierto los presuntos abusos. “No es suficiente pedir
perdón, estos abusos no pueden quedar en la impunidad, debe haber reparación a
las víctimas y estoy acá para que estos hechos dolorosos nunca más se repitan”,
dijo Lima, quien no quiso dar detalles de los supuestos abusos que sufrió.
Las declaraciones de Lima fueron cuestionadas por
la abogada de los jesuitas Audalia Zurita, quien dijo que “tuvo una posición de
poder” para denunciar los presuntos abusos y no lo hizo cuando fue asambleísta
por el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) en 2006 y 2007 en la Asamblea
Constituyente que reformó la carta magna boliviana.
"PERSECUCIÓN
POLÍTICA"
En 2001, el exseminarista dejó la Compañía de
Jesús, donde era maestro de colegios e internados. Pasó a la política y en 2012
salió del país alegando una “persecución política” del MAS para refugiarse en
la orden de los jesuitas en Paraguay, donde trabajó hasta hace poco.
“Claro que trabajé (con los jesuitas en Paraguay).
Haber trabajado con ellos no es para que me calle... cuando quería denunciar
decían que no hay víctimas, no hay pruebas”, señaló.
El de Pedrajas abrió otros casos ventilados en la
justicia en el pasado. El procurador Wilfredo Chávez dijo que “son 23 los
sacerdotes implicados en pederastia en el país” y que uno de ellos fue enviado
a la cárcel en prisión preventiva la semana pasada.
Desde que estalló el caso de Pedrajas ha habido
protestas en algunas iglesias y colegios católicos. También padres de familia
han salido en defensa de la educación católica y han pedido que no se la
estigmatice.