Jake Coyle/AP
“The Super Mario Bros. Movie” (“Super Mario Bros. La
película”), con sus
colores primarios, está aquí para alegrar nuestras aburridas primaveras.
Que haya
una oleada de entusiasmo por una película de Mario Bros. es algo que alguna vez
fue impensable.
Pero
mucho ha cambiado en las tres décadas desde “Super Mario Bros”, la primera
película adaptada de un videojuego.
El género que
alguna vez fue ampliamente ridiculizado ahora es una fuente de ingresos. “The
Last of Us” es un gran éxito en HBO. Pokémon y “Uncharted” son éxitos de
taquilla. Sonic the Hedgehog ya tiene dos películas, así que Mario está tratando
de ponerse al día.
Y “The Super
Mario Bros. Movie”, estrenada esta semana, es un intento enérgico y vivaz de
volver al frente de la manada.
Una colaboración
entre el legendario diseñador de videojuegos y creador de Mario, Shigeru
Miyamoto, y el fundador de Illumination, Chris Meledandri (ambos productores),
es un esfuerzo mucho más sincero por capturar la diversión y el espíritu del
juego de Nintendo.
Visualmente, es
un sueño. Los directores Aaron Horvath y Michael Jelenic y sus animadores han
representado el universo de Mario con un esplendor caricaturesco, combinando la
ingeniosa simplicidad del juego con destellos más robustos e igualmente
encantadores.
Si parte del
atractivo de jugar “Super Mario Bros.” y sus mútiples juegos derivados siempre
ha sido sumergirse en un mundo imaginario tan soleado, además de las
emblemáticas composiciones musicales Koji Kondo, la película refleja con éxito
ese placer de pisar hongos. Te hace... querer jugar a Mario.
Esto se debe a
que, por más agradable que sea ver “The Super Mario Bros. Movie”, no es tan
divertida como jugarlo. Es él, Mario, pero no es una obra maestra. La historia
está sólo un poco por encima de los fragmentos de la trama que normalmente
obtienes en los juegos.
Con la excepción
del enamorado Bowser, interpretado en el elenco de voces en inglés por Jack
Black, quien es un poco como el Fantasma de la Ópera y también un baladista
estilo Meatloaf, no hay nada que profundice a estos personajes más allá de sus
habituales aventuras en 2D.
Mario puede ser
un Mickey Mouse moderno, pero su reino está en la consola.
“La película de
Super Mario Bros.” comienza de forma muy parecida a “Do the Right Thing” (“Haz
lo que debas”) de Spike Lee: en una pizzería de Brooklyn.
Allí, Mario
(Chris Pratt) y Luigi (Charlie Day) luchan por hacer despegar su negocio de
plomería.
Muestra momentos
de la vida italiana estereotipada con pasta y una gran cena familiar, antes de
que el intento de los hermanos fontaneros por arreglar una enorme fuga de agua
los lleve a través de un portal al reino de fantasía del juego.
Por otro lado,
Bowser domina un ejército de Koopa Troopas en escenas que pueden parecer la
imitación más surrealista hasta ahora de “Triumph of the Will” (“El triunfo de
la voluntad”).
Pero si bien es
posible encogerse o agrandarse en lado de la tubería, nunca se menciona la
posibilidad de que se pierdan vidas mientras Mario se abre paso a través de
hongos y cajas de signos de interrogación.
Su situación es
tan clara como en el juego: ha sido separado de Luigi y debe ayudar a salvar a
la princesa Peach (Anya Taylor-Joy) de verse obligada a casarse con Bowser.
La lógica del
juego a menudo dicta los movimientos de Mario.
Los caparazones
de los Koopas con forma de tortuga se pueden deslizar como munición. Y elegir
un vehículo de Mario Kart es una decisión igual de difícil.
A veces no todo
es igual al juego. Una estrella de invencibilidad es el objeto más buscado en
esta aventura, pero se exagera mucho su duración, que típicamente es de
segundos.
La película es
una hora y media de marketing superlativo que despertará tu apetito por más
Mario en casa.
En todo caso,
“Super Mario Bros. Movie” solo refuerza la distancia entre dos medios
completamente diferentes. Puede ser la época de las adaptaciones de videojuegos
al cine y televisión, pero el evento principal de Mario todavía está en
Nintendo.
“The Super Mario
Bros. Movie”, un estreno de Universal Pictures, tiene una clasificación PG (que
sugiere cierta orientación de los padres) de la Asociación Cinematográfica de
Estados Unidos (MPAA, según sus siglas en inglés) por escenas de acción y un
poco de violencia.
Duración: 92 minutos. Dos estrellas y media de cuatro.