La Presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola,
pronuncia un discurso en la Conferencia de Presidentes de los Parlamentos de la
Unión Europea (EUSC), en Praga, República Checa
Familiares de presos políticos acuden a la UE buscando
apoyo con sus esfuerzos
Cincuenta familiares de presos políticos cubanos
pidieron este miércoles a Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo,
que exija a La Habana el cumplimiento de las resoluciones aprobadas por la
Eurocámara y que la Comisión Europea utilice el Acuerdo de Diálogo Político y
Cooperación para pedir la liberación de todos los presos políticos y
de conciencia en Cuba.
En una carta entregada en esa sede por el Observatorio
Cubano de Derechos Humanos (OCDH), los firmantes indicaron que acuden
"buscando solidaridad en nuestro afán incansable por lograr la liberación
de nuestros seres queridos injustamente presos".
El documento recuerda que en septiembre de 2021 el
Parlamento Europeo aprobó la histórica resolución P9_TA(2021)0389 sobre la
represión gubernamental de las protestas y de los ciudadanos en Cuba, pero, "cuando
han pasado 18 meses de aquella resolución, humildemente le pedimos que se
reitere a las autoridades cubanas la exigencia de liberación de nuestros
familiares".
"A inicios de febrero, el Cardenal Beniamino Stella
expresó el deseo del Papa Francisco de que nuestros familiares sean liberados y
que regresaran a sus casas. Pasan los meses y las autoridades no toman esa
medida, quizás por sus acostumbrados cálculos políticos", recoge la
petición enviada a los medios por la OCDH.
Y añade, "pro mientras el poder cubano juega su
ajedrez y otros actores políticos, democráticos o no, mantienen o refuerzan sus
intereses en la isla, nuestros familiares languidecen en las mazmorras cubanas,
muchos de ellos enfermos y sin esperanza alguna de ser liberados o tratados con
imparcialidad".
Los firmantes, entre los que se encuentran familiares
pertenecientes al grupo Cuba de
Luto, recordaron que "Cuba es
el país del hemisferio Occidental con más presos políticos y de conciencia en
sus cárceles; y esto es algo que debería ser una preocupación de las
democracias".
Además incidieron en la calidad de vida de los
encarcelados, "que sufren encerrados la hambruna, la falta de atención
médica y las enfermedades de todo tipo, la intimidación con presos comunes, las
golpizas y castigos extremos, incluyendo las amenazas a sus
familiares".