AFP
La
Habana, Cuba
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel fue
reelegido el miércoles sin sorpresas para un segundo y último mandato de
cinco años, con el voto del 97,66% de los diputados del Parlamento, informó el
jefe la Asamblea nacional.
Ingeniero electrónico de 62 años, este sólido
cuadro instalado en el poder por el castrismo encabezará su segundo
gobierno en un contexto de crisis económica, escasez y descontento popular en
la isla comunista.
El mandatario recibió 459 votos a favor de los
462 diputados presentes en la sesión legislativa.
Gobierna
Cuba desde 2018 y es el primer civil en tomar las riendas del país tras los
mandatos de los hermanos Fidel y Raúl Castro, que mantuvieron el poder desde el
triunfo de la Revolución en 1959.
“Tomando
en cuenta los resultados anunciados, declaro electo al diputado Miguel Mario
Díaz-Canel Bermúdez presidente de la República", dijo Esteban Lazo,
presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, ante el pleno y en
presencia del líder de la Revolución, Raúl Castro.
En
su tradicional uniforme verde oliva, Castro felicitó con un apretón en las dos
manos al mandatario, que acudió a la cita de traje azul oscuro.
En
la sesión parlamentaria también se reeligió al vicepresidente de la República
Salvador Valdés Mesa, de 77 años y que ocupa el cargo desde 2019.
El
cónclave, al que solo tuvo acceso la prensa estatal, fue transmitido en partes
por la televisión nacional.
Los
462 diputados de los 470 que integran el parlamento votaron de manera directa y
secreta por
un solo candidato para cada cargo en este país donde la oposición es ilegal.
En
la jornada se renovaron 10 de los 21 miembros del Consejo de Estado, que
constituye la directiva de la asamblea nacional.
La
ley establece que el presidente, que tiene un mandato de cinco años, puede ser
reelegido una sola vez.
Al
instalar la décima legislatura, la asamblea reeligió también en la presidencia
de este parlamento unicameral a Esteban Lazo, de 79 años, quien ocupa ese cargo
desde 2013, así como a Ana María Mari Machado, de 59 años, en la
vicepresidencia
"Me
siento insatisfecho"
Díaz-Canel
emprendió en 2018 la tarea de acelerar la lenta reforma económica iniciada por
su antecesor y mentor político Raúl Castro, cuando comenzaba la crisis actual
en la isla.
A
principios de 2021, implementó una reforma monetaria que terminó con la tasa de
un dólar por un peso cubano que había prevalecido por décadas y provocaba
grandes distorsiones en la economía nacional.
También
impulsó el trabajo independiente y dio luz verde a las pymes, pero estas
medidas resultaron insuficientes para mejorar la economía.
El
analista político Arturo López-Levy destaca que aunque el gobierno de
Díaz-Canel ha impulsado leyes que dan respaldo constitucional al modelo
económico diseñado desde 2011, "no ha realizado una transición completa y
abarcadora a una economía de corte mixto".
"Algunos
cambios económicos no han tenido lugar, y otros que han tenido lugar, han
dejado mucho escepticismo sobre su implementación", estima.
La
reforma monetaria provocó una espiral inflacionaria y una fuerte devaluación
que han irritado a la población.
La
moneda cubana se disparó en dos años de 24 a 120 pesos por dólar en la tasa
oficial, mientras que en el mercado negro se cotiza a 185 pesos por divisa.
Actualmente
Cuba atraviesa su peor crisis económica en 30 años, con escasez de alimentos,
medicinas y combustible, debido al endurecimiento del embargo estadounidense,
vigente desde 1962, y los efectos de la pandemia.
Reelección
"cantada"
Para
el opositor Manuel Cuesta, su "reelección" estaba "cantada"
y se produce "en medio de una doble crisis a nivel económico: del modelo y
de las competencias políticas del Estado para encaminar soluciones
apropiadas".
Uno
de los "pocos logros" atribuibles a Díaz-Canel ha sido conducir
"la transición a un régimen encabezado por una nueva generación nacida
después de 1959 que no lleva el apellido Castro", considera Jorge Duany,
académico de la Universidad Internacional de Florida.
Sin
embargo, destaca que su "mayor fracaso fue el pobre manejo de las
protestas" de julio de 2021, las más grandes en la isla desde 1959, que dejaron
un muerto, decenas de heridos y más de 1.300 encarcelados, según la
organización de derechos humanos Cubalex, con sede en Miami.
Tras las protestas hubo un éxodo migratorio sin precedentes: más de 300.000 cubanos abandonaron la isla solo en 2022.