EFE
Miami,
EEUU
Un hombre de Florida (EE.UU.) al que le revocaron
la anulación de una condena que recibió por un homicidio sobre el que insiste
que es inocente, se entregará a las autoridades locales el lunes, luego de
haber agotado sus recursos judiciales, informaron este domingo medios locales.
Crosley Green, condenado por el asesinato en 1989
del joven de 22 años Charles Flynn, se entregará el lunes al Departamento de
Correcciones de Florida luego de que una corte federal del Distrito Medio de
este estado ordenara su reingreso a la prisión para continuar la sentencia a
cadena perpetua.
La decisión de ese tribunal se da luego de que un
tribunal federal de apelaciones revirtiera la decisión de 2018 de una corte
federal en Orlando, que ordenó un nuevo juicio o que Green sea puesto en
libertad.
El tribunal de Orlando concluyó que por este caso
ocurrido en Titusville, en el centro del estado, Green había sido condenado
injustamente y que se habían violado sus derechos constitucionales, tal como
informó su equipo legal, la firma de abogados Crowell & Moring.
El magistrado encontró que los fiscales del condado
de Brevard retuvieron información relacionada a las sospechas de los agentes
policiales que habían concluido que fue la exnovia de la víctima la que cometió
el crimen.
Green, que estuvo preso 32 años, 19 de ellos en el
"corredor de la muerte", abandonó la prisión en abril de 2021 y fue
puesto en régimen de arresto domiciliario mientras el proceso de apelación
seguía su curso.
Durante estos dos años, Green "ha tenido un
empleo a tiempo completo, se ha convertido en parte de una comunidad
eclesiástica y ha pasado tiempo con la familia, incluso conociendo a sus nietos
por primera vez", señaló su equipo legal, según recoge el canal local News
6 de Orlando.
El tribunal federal señaló en su decisión que la
evidencia en cuestión no era material para este caso.
"Se negaron a mirarla, se negaron a investigar
esa posibilidad", dijo Jeane Thomas, abogada del equipo legal de Green,
que en 2009 logró que la pena de muerte recomendada por un jurado (cuyos miembros
eran todos de raza blanca) fuera cambiada a la cadena perpetua.
Los abogados de Green enviaron luego una apelación
al Tribunal Supremo de EE.UU., que a comienzos de este año la rechazó y
desestimó oír el caso.
La defensa califica este proceso como un ejemplo del prejuicio racial que hay dentro del sistema de justicia estadounidense.