Spike Lee alienta a los Knicks de Nueva York en un partido de playoffs ante los Cavaliers de Cleveland, el miércoles 26 de abril de 2023 (AP Foto/Phil Long) (Phil Long / Associated Press)
NUEVA YORK —
Durante años, LeBron James profesó su amor por el
Madison Square Garden. Luego rechazó la oportunidad de que ese recinto fuera su
casa.
Kevin Durant no sólo desairó a los Knicks de Nueva
York, sino que eligió al otro equipo de la ciudad. Y así, atormentó a los
Knicks jugando apenas del otro lado del río.
El siglo XXI ha deparado muchas miserias para la
franquicia y sus fanáticos. Las derrotas se han acumulado como los vehículos en
los puentes y túneles de la urbe en hora pico. Y las derrotas más dolorosas
llegaron a veces después de las campañas.
La
suerte en la lotería no favoreció a los Knicks. Tampoco lo hicieron los agentes
libres más codiciados. Y Nueva York no pudo ni siquiera capitalizar tantas
derrotas.
Ocasionalmente,
la ineptitud silenció a sus seguidores. Incluso Spike Lee renunció fugazmente a
seguirlos mirando.
Pero
el público nunca abandonó realmente al equipo. Siempre creyó que Nueva York era
el epicentro del mundo del basquetbol.
“Para
mí, lo más asombroso de los fanáticos de los Knicks es que vienen y apoyan y se
toman cada partido como si fuera el séptimo de una final. Hay fanatismo y un
optimismo increíble”, comentó el exentrenador de Nueva York, Jeff Van Gundy.
“Pueden sentirse decepcionados en la temporada, pero se recuperan en el receso
y vuelven a vislumbrar un camino al éxito”.
Tal
vez ahora no es un espejismo.
Ahora,
los Knicks han avanzado a la segunda ronda de los playoffs, algo que no habían
conseguido en 10 años. Y sus fanáticos están de vuelta, más apasionados que
nunca.
Y
piensan en las Finales de la NBA, incluso si los pronósticos en Fanduel
Sportsbook consideran que los Knicks perderían ante cualquier conjunto que gane
la serie entre Boston y Filadelfia.
En
la gran ciudad siempre hay alardes.
“Así
es Nueva York, para que lo sepan, y estoy contento de ser parte de esto”, dijo
el base Jalen Brunson.
Esa
misma noche, los Knicks se enteraron de que enfrentarían al Heat de Miami, su
rival enconado de la década de 1990, en una época en que se sentía siempre que
Nueva York podía conquistar el título.
Los
Knicks se quedaron a un partido de ganarlo en 1994 y volvieron a las Finales de
la NBA en 1999.
Luego
llegó el nuevo siglo, y todo se convirtió en una pesadilla.
Luego
de llegar a la final de la Conferencia Este en 2000, los Knicks arribaron sólo
dos veces a los playoffs en los 10 años siguientes. Se convirtieron en el
hazmerreír de la liga.
Algunos
miembros del Salón de la Fama, como Isaiah Thomas y Phil Jackson, recibieron
las llaves de la franquicia, sólo para estrellarse.
John
McEnroe, el brillante extenista y fanático de los Knicks, comparó la temporada
de 2017, última de Jackson como presidente del equipo, precisamente con un
descarrilamiento.
Para
colmo, eligió irse al odiado Heat. Durant optó por Brooklyn, junto con Kyrie
Irving, en 2019.
Para
los fanáticos de los Knicks, esos jugadores que debían ser salvadores quedaron
como cobardes. Habrían tenido miedo al reto de ser protagonistas en Broadway y
no quisieron echarse la franquicia sobre los hombros.
“Imaginen
los tuits que he recibido de los fanáticos de los Knicks desde que decidí venir
a los Nets”, dijo Durant tras una victoria en el Madison Square Garden. “Quiero
decir que todavía se molestan por las cosas que digo, y hay cierto golpeteo
aquí y allá”.
El
verano que deparó la decepción con Durant marcó también el comienzo de la
recuperación de los Knicks. Esperaban obtener la primera selección en el draft
para reclutar a Zion Williamson, pero terminaron con el tercer turno y
obtuvieron a RJ Barrett, cuyo nombre fue coreado por el público durante el buen
cierre de la serie ante Cleveland.
Lee,
McEnroe y muchos famosos más están en la arena. Ellos y los demás seguidores
harán mucho ruido el domingo, desde el momento en que los Knicks salgan a
calentar.
“Los
fanáticos de los Knicks son notables, asombrosos”, dijo Brunson. “Me quedo sin
adjetivos para hablar de lo grandes que han sido”.