Los
efectos del cambio climático son cada vez más evidentes y están teniendo
consecuencias más graves a nivel mundial. Por ello, las empresas han empezado a
entender que, para alcanzar los objetivos de sostenibilidad que se están
planteando, es necesario aplicar un enfoque de transformación de 360 grados.
Para las
compañías dispuestas a avanzar en sus iniciativas de sostenibilidad y acelerar
esta transición, la tecnología es su gran aliado. A esta mentalidad se la
conoce como “ecoventaja tecnológica”, y es capaz de crear
soluciones tecnológicas rentables que también tengan un impacto positivo en la
red cero y en otros objetivos medioambientales y sociales.
La
robótica combinada con aplicaciones impulsadas por la inteligencia artificial
está ayudando a gobiernos, fabricantes y las principales partes interesadas a
gestionar y reducir la huella de carbono. ¡Te contamos cómo!
Robótica y sostenibilidad
Los
robots pueden utilizarse en diferentes aplicaciones: cartografía, búsqueda,
rescate, reconocimiento, detección de peligros, exploración de terrenos
peligrosos…
La
robótica ya está transformando numerosos sectores, especialmente el industrial,
donde está asumiendo las tareas más duras o peligrosas para que las realicen
los trabajadores humanos. Si enmarcamos estas tareas en un ecosistema
constantemente amenazado por el cambio climático y el aumento de las emisiones
de gases de efecto invernadero, es el momento de aprovechar las
capacidades de esta tecnología para mitigar los efectos negativos.
De hecho,
combinada con otras tecnologías aplicadas a combatir el cambio
climático, como el blockchan o el cloud computing, los resultados pueden
ser aún más beneficiosos y conseguibles en menos tiempo.
Cómo los robots pueden combatir el cambio climático
Las
aplicaciones de los robots al servicio de soluciones más sostenibles son muy
numerosas, y estos son algunos ejemplos:
Explorar los océanos
Hay
lugares a los que los humanos no pueden llegar, como las profundidades de los
océanos. Allí se están enviando robots específicamente diseñados para soportar
las enormes presiones y las gélidas temperaturas, con el fin de recoger
muestras y limpiar los microplásticos que se encuentran.
Estos
microplásticos tienen aplicaciones comerciales, como exfoliantes faciales, pero
también son el resultado de la descomposición de trozos de plásticos más
grandes que están contaminando los océanos. El peligro no solo queda ahí, pues
se ha demostrado que el microplástico se ha vuelto tan omnipresente en los
océanos que está causando estragos en la cadena alimenticia de todo el mundo.
El 25%
del dióxido de carbono producido por los humanos acaba en el océano; esta
cantidad puede alterar la composición química del agua y hacerla más ácida, con
lo que se diezman las poblaciones.
La
limpieza de estos plásticos no sería posible sin los robots, que hacen mucho
más fácil y menos costosa esta labor. Además, protegen la vida marina,
reducen en gran medida la cantidad de gases que el océano debe absorber y ayuda
a la cadena alimentaria de los humanos.
Agricultura y ganadería
Uno de
los sectores más afectados por el cambio climático es el agrícola y ganadero.
Con los cambios de temperatura extremos, el ganado se ve amenazado, mientras
que la escasez de producción de alimentos causada por las sequías o las
inundaciones pone en peligro la cadena alimenticia.
Si
hablamos de emisiones de gases de efecto invernadero, este sector es el cuarto
más contaminante. El cambio a maquinaria robótica sostenible puede
reducir estas emisiones, pues los robots pueden cargarse con fuentes de
energía renovables y no dependen de los combustibles fósiles tradicionales.
Por otro
lado, también hay en marcha investigaciones con robots que recogen datos para
desarrollar cultivos tolerantes a la sequía. Gracias a la tecnología 3D, se
pueden estudiar los comportamientos con más detalle y comprenderlos de forma
más profunda.
Reforestación
Se
calcula que cada año se talan 15.000 millones de árboles para uso humano, por
lo que es vital detener la deforestación de forma urgente.
En línea
con el anterior punto, ya hay organizaciones que desarrollan soluciones para
plantar árboles. Un ejemplo es Skygrow, una empresa que utiliza a “Growrobot”,
un robot capaz de plantar árboles 10 veces más rápido que una persona
especializada. Esto se traduce en mayor seguridad para los empleados,
reducción de costes y aumento de la tasa de supervivencia de los árboles.
También
se han puesto en marcha proyectos de investigación, como el de Plantoid
Project, que utiliza robots que imitan el crecimiento y comportamiento de las
plantas para detectar contaminantes en el aire y el agua. Usan impresoras 3D
para ayudar a las raíces a crecer, explorar las propiedades de los suelos y
descubrir cómo tener más éxito.
Robots de reparto
Otro de
los sectores más contaminantes es el del transporte de mercancías. Con la
pandemia, el número de robots y drones de reparto ha aumentado, por lo que se
han planteado la gran pregunta de si son menos contaminantes que una furgoneta
de reparto tradicional.
Tras
analizar 12 escenarios que iban desde el proceso de entrega operado por humanos
hasta un sistema totalmente automatizado, se ha llegado a la conclusión de que
el robot solo representa menos del 20% de la huella de un paquete. Sin embargo,
un vehículo y su fuente de combustible tuvieron un impacto muy grande en las
emisiones totales (hasta un 50% más).
Vigilancia desde las alturas
Los robots
y los sensores remotos pueden patrullar la tierra y el cielo para controlar las
emisiones de gases. Se pueden estudiar las cantidades de óxido nitroso (N2O)
que se emiten a la atmósfera, un componente 300 veces más contaminante que el
CO2.
Cuantificar
estas emisiones puede llevar demasiadas horas, pero con un robot se puede
conseguir en tan solo 60 minutos. Con estos conocimientos, los empresarios
reducen y controlan sus emisiones en, prácticamente, tiempo real.
Por otro
lado, el seguimiento de las partículas que llegan a la atmósfera se puede hacer
gracias a la instalación de sensores remotos instalados en aeronaves.
Con ellos se prevé cuándo es probable que se formen nubes y se sabe cómo van a
interactuar estas con los aerosoles. Esto da información a los investigadores
para comprender mejor los fenómenos atmosféricos y cómo o en qué condiciones se
desarrollarán las tormentas.
Tareas domésticas
Si vamos
a un nivel de menor escala, encontramos robots diseñados para realizar tareas
domésticas como cortar el césped, limpiar piscinas u objetos más pequeños, lo
que se traduce en ahorro tiempo y energía para el consumidor.
Puede que
parezca algo más banal a la hora de hablar de sostenibilidad; pero, por
ejemplo, un equipo humano de mantenimiento del jardín contribuye notablemente a
la huella de carbono de un hogar. De hecho, la Agencia de Protección del Medio
Ambiente (EPA) calcula que los cortacéspedes producen 11 veces más
contaminación que un coche nuevo. Si a eso le sumamos otras herramientas de
mantenimiento, la cantidad de contaminantes que se produce cada año es
preocupante.
Los cortacéspedes
eléctricos controlados por IA o los sopladores de nieve pueden reducir
significativamente el volumen de contaminación atmosférica que se emite cada
año.
El papel de la robótica en el desarrollo sostenible
Después
de analizar todos los datos, es bastante obvio que los robots pueden realizar,
normalmente, las mismas tareas que los humanos, pero con mayor eficiencia.
Pero que
no cunda el pánico, porque esto no significa que los robots vayan a sustituir a
los empleados humanos, sino que la unión de ambos puede contribuir a que los
lugares de trabajo sean más eficientes y ecológicos.
Aunque la
productividad aumente al incrementar el nivel de precisión y calidad de los robots,
hay características humanas como el ingenio y la innovación que son cruciales
para las empresas. La introducción de robots industriales está
suponiendo una expulsión menor de contaminantes al emplear menos energía,
lo que hace más sencillo que una empresa reduzca su huella de carbono.
En
resumen, las empresas que introduzcan robots en su cadena de valor podrán
entregar productos de alta calidad, pero usando menor recursos y cometiendo
menos errores, además de estar contribuyendo a la lucha contra el cambio
climático.
Si quieres saber más sobre cómo los robots están transformando la forma de hacer negocios, descubre a Spor, el robot cuadrúpedo más avanzado del mercado, y todos los avances que estamos haciendo con él. Por: Elena Canorea
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