"La mayoría de las víctimas fueron asesinadas por tiradores que les dispararon de manera aleatoria mientras las víctimas estaban en sus casas o en la calle"
AFP
Ginebra, Suiza Unas 530 personas fueron asesinadas, muchas de ellas por francotiradores, y cerca de 280 secuestradas por pandillas que operan con impunidad en Haití, declaró el martes la ONU, que pidió el despliegue de una fuerza de apoyo especializada.
La Oficina
del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos informó que desde
enero y hasta el 15 de marzo, "531 personas murieron, 300 resultaron
heridas y 277 fueron secuestradas en incidentes relacionados con bandas que
tuvieron lugar principalmente en la capital, Puerto Príncipe".
"La
mayoría de las víctimas murieron o resultaron heridas por francotiradores que
presuntamente dispararon al azar contra personas que se encontraban en sus
casas o en la calle", declaró a la prensa en Ginebra Marta Hurtado,
portavoz de la OACDH.
Solo en las
dos primeras semanas de marzo, los enfrentamientos entre pandillas se saldaron
con al menos 208 muertos, 164 heridos y 101 secuestrados.
La Oficina
de Derechos Humanos de la ONU está muy preocupada por la violencia en Haití,
donde "los enfrentamientos entre bandas son cada vez más violentos y
frecuentes", apuntó Hurtado.
"Le
pedimos a la comunidad internacional que considere con urgencia el despliegue
de una fuerza de apoyo especializada (...) con un plan de acción completo y
preciso", afirmó Hurtado.
Según la ONU
las pandillas intentan ampliar su control territorial en la capital y otras
regiones atacando a las personas que viven en zonas controladas por sus
rivales.
Entre las
víctimas de las balas perdidas hay alumnos y profesores de escuelas, y la ONU
también denunció un aumento de los secuestros de padres y de escolares en las
inmediaciones de los centros de estudios, lo que ha obligado al cierre de
muchos colegios.
Sin la
protección de un entorno escolar "muchos niños han sido reclutados a la
fuerza por bandas", afirmó Hurtado.
Miles de desplazados
Haití - el país más pobre del continente americano - lleva años sumido en una crisis humanitaria, económica y política exacerbada desde el asesinato del presidente Jovenel Moise, en 2021 y acentuada por el auge de la violencia de las pandillas.
La
inestabilidad crónica y la violencia han disparado los precios de los alimentos
y la mitad de la población de Haití carece de comida suficiente , dijo Hurtado.
Al menos
160.000 personas han sido desplazadas y viven en la precariedad y un cuarto de
ellos malviven en campamentos, con un acceso limitado a servicios básicos de
saneamiento, añadió.
"La
violencia sexual también es utilizada por las bandas contra las mujeres y las
niñas para aterrorizarlas, someterlas y castigar a la población", denunció
Hurtado que afirmó que las bandas secuestran a chicas para presionar a las
familias para que paguen un rescate.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, instó a las autoridades de Haití a que enfrenten la situación de la seguridad, con un refuerzo de la policía y una reforma del sistema judicial.