EFE
México
La
gastronomía del estado de Oaxaca, sur de México, es tan vasta y diversa que en
esta temporada de Cuaresma existen platillos tradicionales que se adaptan a
esta tradición católica que sugiere a los fieles no comer carne durante los
seis viernes que anteceden a la Semana Santa.
A nivel
internacional, platillos como el mole oaxaqueño, la tlayuda o los chapulines
han sido mostrados en concursos gastronómicos internacionales, ocupando los
primeros lugares, pero hay opciones nuevas, nutritivas y económicas como una
rana asada o en caldo o consomé.
LA
RANA TORO
"Come Rana
y Ponte Trucha", es el nombre de la granja acuícola Las Juntas, que
exhiben sus guisos preparados con la rana de la especie conocida como
"rana toro" (lithobates catesbeianianus), que se cultiva en Santiago
Textitlán, en la Sierra Sur de Oaxaca.
"Producimos
la rana toro, ahí tenemos los pies de cría y las engordamos y también las
tenemos a la venta para platillo y es muy rápido para preparar", explica a
EFE Teresa García, quien es trabajadora de la granja.
Para muestra, la
mujer guisó una rana desde el local móvil en la Plaza de la Danza de la ciudad
de Oaxaca, donde se celebra el Tianguis Acuícola y Pesquero 2023.
De una cubeta de
plástico extrajo una de las decenas de ranas que viajaron hasta cinco horas
para la muestra gastronómica y que fueron sacrificadas con antelación. Su
apariencia, fresca y brillante, determina la calidad del producto.
"Primero se
le quitan las vísceras y se puede preparar con piel y sin piel, ahora va sin
piel, le quitamos las manos y las patas y se marina en jugo de limón aderezado
con ajo, pimienta y orégano para después asarla en las brasas por 15 minutos y
queda lista para servirse con rodajas de tomates, pepinos y zanahorias",
precisa la mujer.
ALTERNATIVA
NUTRITIVA Y ECONÓMICA
Aunque es un
platillo que tradicionalmente se consumía en Oaxaca, principalmente en las
regiones geográficas de la Costa, Sierra Sur y Valles Centrales, donde se ubica
la ciudad de Oaxaca, las nuevas generaciones no lo conocen y al ver su
preparación, consideran al platillo como exótico.
Este alimento es
alto en nutrientes y lo mejor, muy económico, tomando en cuenta que en febrero
en México se reportó un alza en los precios del huevo y el pollo.
"Es un
alimento muy rico en colágeno, que sirve para el rejuvenecimiento, además es
recomendable para personas que tiene problemas con la artritis o diabetes
porque su carne es muy baja en triglicéridos y en colesterol", apuntó la
cocinera, de 40 años y también jefa de familia.
En cuanto al
precio, el kilo tiene un costo de 220 pesos (unos 12 dólares) y llegan a ser
siete u ocho ranas.
ALTERNATIVA
CONTRA LA MIGRACIÓN
Santiago
Textitlán, donde está la granja, es un municipio ubicado en una zona de la
Sierra Sur de Oaxaca donde la violencia generada por problemas agrarios ha
agravado la pobreza en los últimos 30 años y, debido a ello, Teresa considera
que esta alternativa de trabajo es única para las mujeres de la región cuyas
familias se desintegran por la migración hacia los estados del norte de México
o a Estados Unidos.
La mujer contó
que el cultivo de la rana toro "no requiere mucha agua a diferencia de las
granjas acuícolas de truchas y mojarras. Además, es una alternativa para la
generación de empleo en la zona, hay unos 10 empleos fijos en la granja, ha
sido un empleo para mí y ahorita estamos produciendo entre 40 y 50 kilogramos
al mes", precisa Teresa.
DE LO EXÓTICO A
LO REDITUABLE
La preparación
de la rana es vista con asombro por decenas de personas que acuden al Tianguis
Acuícola y Pesquero 2023 a comer y a comprar productos orgánicos como la miel,
chapulines y chocolate que son ofertados por 12 cooperativas de productores de
Oaxaca, pero lo que más llama la atención es este singular platillo.
"Oaxaca
tiene infinidad de climas y de ecosistemas, podemos encontrar en estos un
potencial para producir especies como la rana que lo consideran un platillo
exótico, pero no lo es", explica a EFE el biólogo Juan Antonio Ortega,
director de pesca y acuacultura de la secretaría de fomento agroalimentario del
Gobierno de Oaxaca.
A las mesas del
tianguis llegó don Moisés, quien es originario de una comunidad zapoteca y no
perdió la oportunidad de degustar un caldo de ranas, comida que fue parte de su
alimentación.
"No es tan conocido, pero como yo de niño comí rana y ahorita, vi que lo estaban vendiendo y dije: ahora es cuando, porque ya no se acostumbra comer, se perdió esa práctica", finalizó.