AP
Los
investigadores han encontrado pruebas a largo plazo de que el monitoreo activo
del cáncer de próstata localizado es una alternativa segura a la cirugía o
radioterapia inmediatas.
Las
conclusiones, dadas a conocer el sábado, son alentadoras para los hombres que
desean evitar problemas de incontinencia o de sexualidad relacionadas con los
tratamientos, dijo el doctor Stacy Loeb, especialista en cáncer de próstata en
el hospital NYUA Langone Health que no participó en la investigación.
El
estudio comparó directamente los tres enfoques: la cirugía para extirpar
tumores, la radioterapia y la vigilancia.
Como en
la mayoría de los casos el cáncer se desarrolla lentamente los efectos de la
enfermedad tardan años en manifestarse.
“No hubo
diferencia en la mortalidad por cáncer de próstata a 15 años entre los grupos”,
dijo Loeb. Y fue alta la tasa de sobrevivencia en los tres grupos: 97%
independientemente de la opción de tratamiento. “Esas también son buenas
noticias”.
Las
conclusiones fueron publicadas el sábado en la revista New England Journal of
Medicine y presentados durante la conferencia de la Asociación Europea de
Urología en Milán, Italia. El Instituto Nacional de Investigaciones de Salud y
Cuidados financió la investigación.
Los
hombres a los que les diagnostique cáncer de próstata localizado no deben
entrar en pánico ni apresurar su decisión para un tratamiento, dijo el
principal autor del estudio, el médico Freddie Hamdy, de la Universidad de
Oxford.
Lo que sí
deben hacer es “considerar cuidadosamente los posibles beneficios y perjuicios
de las opciones de tratamiento”.
Un
reducido número de hombres en situación de alto riesgo o con la enfermedad
avanzada necesitan tratamiento urgente, agregó.
Los
investigadores observaron a más de 1.600 hombres británicos que aceptaron ser
asignados al azar a cirugía, radioterapia o vigilancia activa.
Los
pacientes tenían localizado el cáncer en la próstata, una glándula del tamaño
de una nuez que forma parte del sistema reproductivo.
Los
hombres que estaban en el grupo de vigilancia eran sometidos con regularidad a
exámenes de sangre y algunos fueron sometidos a cirugía o radiación.
Los fallecimientos por cáncer de próstata alcanzaron 3,1% en el grupo de vigilancia activa, 2,2% en el grupo enviado a cirugía y 2,9% en el grupo de radioterapia, diferencias consideradas estadísticamente insignificantes.