AP
San
Salvador, El Salvador
El régimen
de excepción declarado en El Salvador ante la violencia de las pandillas
cumplió el lunes un año de vigencia con 66.417 detenidos, 4.304 liberados y
5.802 supuestas víctimas de violaciones a derechos humanos.
El
presidente salvadoreño, Nayib Bukele, dijo en Twitter que “marzo 2023 se acerca
a ser el mes más seguro” de la historia de El Salvador recordando la matanza de
62 homicidios el 26 de marzo de 2022. “Este fue uno de los días más difíciles
de mi vida y de este gobierno. Ahora, un año después, cerramos con 0
homicidios”, indicó. A raíz de esa jornada, se decretó la excepción que se ha
ido prorrogando recurrentemente hasta cumplir un año de vigencia.
Bukele
compartió el lunes un vídeo que recuerda la “jornada más sangrienta del país en
su historia reciente”, con 87 muertes en tres días, del 25 al 27 de marzo de
2022 y la aprobación del estado de excepción.
“Si
fuera maquillaje de cifras, las cifras estuvieran bien pero la realidad dijera
otra cosa”, defendió. “Al fin nuestro pueblo vive una verdadera paz”, retomó el
video palabras expresadas por el mandatario durante el último año.
Por su
parte, el lunes, una red de organizaciones salvadoreñas, entre las cuales está
Cristosal y la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (Fespad),
reportaron en el primer año 111 muertes de detenidos, 4.723 casos de
violaciones a derechos humanos en los cuales hay 5.802 presuntas víctimas
directas por capturas arbitrarias, tortura, falta de debido proceso,
allanamiento de morada, amenazas, acoso policial, malos tratos o tratos crueles
o degradantes.
Las
organizaciones aseguraron que El Salvador se ha convertido en el país con la
tasa de reclusos más alta del mundo, 2.303 por cada 100.000 personas adultas,
ya que existen 101.558 personas privadas de libertad y las cárceles tienen
capacidad de 69.363. El gobierno reportó el viernes la liberación de 4.304
personas.
El ministro
de Seguridad, Gustavo Villatoro, aseguró en una entrevista televisiva que falta
capturar al “35 por ciento de los miembros” de las pandillas.
Villatoro
negó que el gobierno haya pactado con la MS13 como lo sostiene una acusación
estadounidense en la corte de Nueva York. Argumentó que “no puede ser posible”
que los cabecillas de pandillas de 2018 se hayan conectado “con los
funcionarios que el presidente Nayib Bukele iba a poner en algunos cargos”, en
referencia a los directores de centros penales y tejido social mencionados en
dicha acusación. “Falso, esa acusación es contra las 15 sillas que llegaron de
la MS hasta 2018”, dijo.
En el
Congreso salvadoreño, el estado de excepción fue defendido por el partido
oficial y criticado por la oposición. El jefe de la bancada oficial Nuevas
Ideas, Christian Guevara, lo calificó como “sumamente rentable para los
salvadoreños” por la atracción de turismo e inversión y la libertad de
movimiento de los estudiantes.
La diputada
del opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Anabel
Belloso, aseguró que hay “capturas masivas sin investigación, culpables e
inocentes por igual” y la diputada del opositor Vamos, Claudia Ortiz, pidió
sancionar a los criminales y “liberar ya” a los inocentes.
También, la
Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) criticó el lunes que
más del 90% de detenidos lo ha estado por un tiempo prolongado, sin que un juez
conozca sus casos, y que el gobierno usa “lo que debería ser una medida de
emergencia temporal” como estrategia de seguridad a largo plazo que permite al
Estado hacer “detenciones masivas arbitrarias, torturas y malos tratos”.
El cardenal
salvadoreño Gregorio Rosa Chávez aseveró que muchos visitan “un país virtual”
que la “propaganda multimillonaria” ha creado y otros “vienen al país real” en
el cual “no solo existe un gran aeropuerto, excelentes carreteras, playas
maravillosas”, reconoció, “sino también el dolor y el sufrimiento”. En su
homilía del viernes, dijo que el régimen de excepción afecta “sobre todo a
jóvenes que viven en zonas de riesgo” que son arrestados “sin contar con un
motivo específico de detención”.
Algunos
salvadoreños consultados por la agencia AP cuentan que han visto cambios en los
lugares donde viven o trabajan durante el régimen de excepción aunque señalan
algunas capturas injustas.
Claribel,
una mujer de 49 años, cree que la medida “está muy bien” porque “si no es así”
el país no hubiera salido de la crisis. “Tal vez no es lo correcto, pero igual
lo hicieron ellos, ¿me entiende?, contra gente inocente. Ahí tienen el vuelto,
aunque yo sé que lo que el presidente está haciendo no está tan correcto porque
en algunos casos hay personas que no tienen nada que ver”, expresó.
La mujer,
quien se desempeña como barrendera en la ciudad capital, San Salvador, relató
que antes no podía entrar a barrer en cualquier colonia. “Ahora barremos por
todos lados y ahí vamos, cuando íbamos a otras áreas a barrer, como la
Tutunichapa, nos sacaban”, afirmó. Sin embargo, criticó que no se capture a importantes
cabecillas de pandillas y cree que los han dejado huir.
Adonai, un
hombre de 66 años que trabajó como albañil en una de las grandes empresas
constructoras de El Salvador, dijo que no podría estar sentado tranquilo en
medio de la ciudad sin el régimen de excepción. “Antes yo no podía pasar aquí,
una vez me toparon a la pared esa, ‘vaya, viejo, somos de la MS’, como que era
la autoridad, ‘enseñá la mochila’ y registrándome, ’¿dónde vivís?, ‘ahí vivo en
el condominio Saavedra’, ‘vaya, pues, ándate, pues’... Hoy estoy descansando”,
relató.
A su juicio,
la situación “está mejor” aunque “a varios no les gusta, como tienen
familiares, hijos... Yo como no tengo hijos, todos se me murieron ya”, agregó
Adonai, quien ahora está jubilado. Ahora, aseveró, puede llegar a cualquier
hora a su apartamento ya que antes los pandilleros cerraban el lugar a las 9:00
de la noche.
Un taxista,
que se manifestó en desacuerdo con el régimen de excepción, no quiso expresarse
porque teme que le pase algo si lo hace.
Muy cerca,
Jorge Ezequiel Bran, un joven de 25 años, cree que “está bien” el régimen de
excepción. “Como soy una persona tranquila...”, expresó, mientras preparaba un
hot dog para venderlo a dólar. Agregó: “No es un secreto que ha habido
detenciones injustas. Siempre hay errores, nada es perfecto, pero para mí está
bien”.
La población
califica el régimen de excepción con un 8,2 de acuerdo sobre 10 a la encuesta
de la Fundación Dr. Guillermo Manuel Ungo (Fundaungo) realizada del 1 al 6 de
marzo de 2023 y publicada el lunes. El estudio encontró que el 86 por ciento de
salvadoreños está de acuerdo con el régimen de excepción pero solo el 27% avala
que se capturen personas sin orden de arresto y 11% apoya que a los familiares
no se les informe sobre el paradero de una persona detenida.
Durante el
régimen de excepción, el gobierno ha reportado 227 homicidios, un promedio
diario de 0,6 y una tasa de 3,6 por cada 100.000 habitantes, datos oficiales
que excluyen a pandilleros asesinados. Tomando en cuenta todos los homicidios,
datos oficiales indican que la violencia ha caído de 1.211 homicidios en 2021 a
615 en 2022 y a 42 crímenes en los primeros 85 días de 2023.