AP
Moscú,
Rusia
El
presidente ruso Vladímir Putin dio una calurosa bienvenida a su homólogo chino
Xi Jinping en el Kremlin el lunes, una visita que envió un fuerte mensaje a los
países occidentales aliados con Ucrania de que sus intentos de aislar a Moscú
se han quedado cortos.
El viaje
de Xi, el primero que realiza al extranjero tras su reelección este mes, mostró
el nuevo talante diplomático de Beijing y dio un impulso político a Putin días
después de que se emitió una orden de arresto internacional contra él por
cargos de crímenes de guerra relacionados con Ucrania.
Ambas
potencias han descrito el viaje de tres días de Xi como una oportunidad para
profundizar su “amistad sin límites”. China considera a Rusia una fuente de
petróleo y gas para su economía, y un socio para hacer frente a lo que ambos
consideran una agresión estadounidense, su dominio de los asuntos globales y
sanciones injustas por su historial de derechos humanos.
Los dos
países, que se encuentran entre los cinco miembros permanentes del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas, también han realizado ejercicios militares
conjuntos. Funcionarios estadounidenses han percibido señales de que China
considera proporcionar armas a Rusia para su lucha en Ucrania, pero no han
visto ninguna prueba de que realmente lo haya hecho.
Putin y
Xi sonrieron y estrecharon sus manos antes de hacer una breve declaración al
inicio de su reunión, llamándose mutuamente “querido amigo” e intercambiando
cumplidos. Putin felicitó a Xi por su reelección y expresó su esperanza de
construir lazos aún más fuertes.
“China ha
dado un enorme paso en su desarrollo en los últimos años”, comentó Putin y
añadió que “está causando un verdadero interés en todo el mundo, e incluso
sentimos un poco de envidia”, ante lo que Xi sonrió.
Putin
acogió las propuestas de China para un acuerdo político en Ucrania y señaló que
Rusia está abierta al diálogo.
“Discutiremos
todos esos temas, incluyendo su iniciativa que respetamos enormemente”, dijo
Putin. “Nuestra cooperación en el ámbito internacional sin duda ayuda a
fortalecer los principios básicos del orden global y la multipolaridad”.
Tanto
Moscú como Beijing han acusado a Washington de tratar de aislarlos y de frenar
su desarrollo mientras le disputan el liderazgo regional y posiblemente global.
En un
mundo cada vez más multipolar, Estados Unidos y sus aliados no han podido
construir un amplio frente contra Putin. Aunque 141 países condenaron a Moscú
en una votación de las Naciones Unidas en el primer aniversario de la invasión
rusa a Ucrania, varios miembros del G20, como India, China y Sudáfrica, se
abstuvieron. Muchas naciones africanas también han evitado criticar
abiertamente a Rusia.
“Esperamos
que la sociedad estratégica entre China y Rusia, por un lado, defienda la
equidad y la justicia internacionales y, por otro, promueva la prosperidad y el
desarrollo comunes de nuestros países”, declaró Xi.
En sus
cuatro horas y media de conversaciones, junto con una cena que incluyó una
fuente de mariscos del Pacífico y carne de venado en salsa de cereza, Putin
ofrecería a Xi una “explicación detallada” de las acciones de Moscú en Ucrania,
de acuerdo con Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin. Tienen programadas
conversaciones más amplias sobre diversos temas para el martes.
Para
Putin, la presencia de Xi es un triunfo diplomático y prestigioso en medio de
los intentos occidentales de aislar a Rusia después de su invasión a Ucrania.
En un
artículo publicado en el periódico chino People’s Daily, Putin describió la
visita de Xi como un “evento histórico” que “reafirma la naturaleza especial de
la sociedad entre Rusia y China” y dijo que la reunión puso de manifiesto que
ninguno de los dos países está dispuesto a aceptar los intentos de
debilitarlos.
“La
política estadounidense de ejercer presión simultáneamente sobre Rusia y China,
así como a todos los que no se alinean a la imposición estadounidense, es cada
vez más feroz y agresiva”, escribió.
En tanto,
China retrata la visita de Xi como parte de intercambios diplomáticos normales
y ha ofrecido pocos detalles sobre su objetivo, aunque el portavoz del
Ministerio de Asuntos Exteriores, Wang Wenbin, comentó el lunes a los
reporteros que China “mantendrá su postura objetiva y justa respecto a la
crisis de Ucrania y desempeñará un papel constructivo para promover negociaciones
de paz”. Xi no mencionó directamente el combate en Ucrania ni su plan de paz
durante su reunión con Putin.
La
participación de Beijing en los asuntos relacionados a Ucrania surge luego de
su reciente éxito como mediador en las negociaciones entre Irán y su principal
rival de Medio Oriente, Arabia Saudí, que acordaron restablecer sus lazos
diplomáticos tras años de tensiones.
Después
de ese éxito, Xi pidió que China desempeñara un papel más grande en el manejo
de asuntos globales.
Aunque presumen de una sociedad “sin límites”, Beijing ha seguido una política en la que China va primero. Se ha abstenido de proveer al ejército ruso, una acción que podría empeorar sus relaciones con Washington y poner a importantes socios comerciales europeos en contra de China. Por otra parte, se ha negado a condenar la agresión de Moscú y ha criticado las sanciones implementadas por países de Occidente contra Rusia, al tiempo que ha acusado a la OTAN y a Estados Unidos y provocar la acción militar de Putin.