. La
idea inicial de las bancas fue de Crisóstomo, quien la compartió en un
principio con José Arturo Peña y Mimilo. Y luego Mimilo se la dijo al
exministro de Hacienda, Donald Guerrero
Santo
Domingo, RD
La primera
etapa de la estructura de cobros a las bancas deportivas, de lotería y las
máquinas tragamonedas estuvo activa por poco más de un año. A la cabeza estaba
Fernando Crisóstomo, pero cuando pasó a manos del diputado Sergio Moya
(Gory), el negocio decayó.
Al menos así
lo explica el principal delator en el caso Calamar, Ramón Emilio Jiménez
(Mimilo), en un interrogatorio con el Ministerio Público con relación al
más reciente caso de corrupcion administrativa.
La
idea inicial de las bancas fue de Crisóstomo, quien la compartió en un principio
con José Arturo Peña y Mimilo. Y luego Mimilo se la dijo al exministro de
Hacienda, Donald Guerrero.
La estructura,
cuando estaba a cargo de Crisóstomo, cobraba
entre 25 millones y 30 millones de pesos al mes, de esos Mimilo
recibía unos 17 millones. Pero cuando Gory entró al negocio solo le entregaban
tres millones mensuales, de acuerdo con su testimonio
Sergio
Moya les decía que Fernando Crisóstomo los engañaba con la recaudación en los
cobros a las bancas, según Mimilo. Así que Moya se fue uniendo al negocio
porque presuntamente sabía cómo era la mecánica (porque era banquero) y también
conocía a Mimilo, quien como él
había participado en juegos de azar.
“Sergio Moya
conoce de eso y él era conocido mío y también él tenía tiempo diciendo que
Fernando Crisóstomo nos vivía engañando con la recaudación, pero resultó ser
que no era como Gory pensaba. Aunque debo aclarar que ni en el período de
Sergio Moya ni en el de Fernando Crisóstomo yo tengo constancia de la
diferencia entre recaudación, solo tengo conocimiento con relación a grandes
consorcios como Loteka”, dice Mimilo en su interrogatorio.
“En el Congreso
se estaba como por pasar una ley y dar una amnistía para que las bancas
ilegales se regularizan y entonces los banqueros lo que hicieron fue una
solicitud, pero lo que pasó fue que algunos se regularizaron, la mayoría no,
algunos regularizaron algunas bancas y otros no, también vino el tema de la
pandemia del covid-19 y por eso es que no se duró más tiempo. El esquema duró
hasta que inició la pandemia”, explicó Mimilo.
En su confesión
dijo que la principal razón del fracaso fue porque Fernando Crisóstomo tenía todo el
proyecto y tenía todos los documentos referentes. Pero al
pasar a manos de Gory pasaron a recaudar la mitad de lo que estaban
acostumbrados. Así que duró solo ocho meses y terminó justo cuando inició la
pandemia del Covid-19.
“Se cae porque
Fernando Crisóstomo tenía todo el proyecto, era quien tenía todos los papeles y
entonces yo contacté al señor Sergio Moya, a quien le decimos Gory que lo
conocía de años anteriores cuando yo apostaba en juego de azar, yo lo conocía,
entonces él era banquero o ha sido banquero toda su vida y él me ayudó a
reubicar para de eso, pero el sistema se fue a la mitad de lo que Fernando
Crisóstomo recaudaba, pero también Sergio Moya bajó los gastos, pero a mí me
quedaban aproximadamente 3,000,000”, dijo en su confesión.
Según el
Ministerio Público, “El programa o el proyecto” consistía en el cobro ilegal
de una mensualidad en
las bancas de lotería, deportiva y los colmados que tenían máquinas
tragamonedas, en coordinación con el Ministerio de Hacienda,
sobre todo con el exministro Donald Guerrero.
Tanto cuando
Mimilo trabajaba para Fernando Crisóstomo como cuando el negocio estuvo a cargo
de Sergio Moya, Mimilo recibió entre los dos periodos aproximadamente
148,000,000 de pesos en efectivo.
Otro de los
colaboradores era José Pablo Ortiz, quien Mimilo define como ¨la mano derecha
del señor Fernando Crisóstomo y participaba también en el proyecto¨.
Él también fue interrogado por el Ministerio
Público y afirmó que sí conocía a Gory.
“Sí claro, el
señor Gory pagaba por sus bancas ilegales y por las máquinas ilegales dentro de
sus bancas, un personaje que me ayudó a dejar eso ya que por un problema con él
decidí salirme porque no aguantaba más presión”, explicó José Pablo Ortiz en el
interrogatorio.
Fue el 15 de
febrero de 2018 cuando José Pablo Ortiz decidió salir del negocio. Todo fue
después de una acalorada discusión con Gory por teléfono.
Ese mismo día
fue ingresado en un centro de salud porque se le explotó un divertículo y
permaneció siete días en cuidados intensivos de Cedimat y luego tres días en
una habitación hospitalaria.
Y, luego del
alta médica, al hablar con su familia decidió abandonarlo, porque según dijo su cuerpo no se lo
permitía.
“Al igual que yo
Fernando Crisóstomo salió ya que también el motivo era el software y al
descubrir que eso no iba pues ya no había motivación para eso”, comentó.
Además dijo que
le colaboró a Crisóstomo con la coordinación de la importación de todos los
artículos para suplir la crisis sanitaria surgida por el Covid-19.