AP
Ciudad de
Panamá
La
mayoría de los pasajeros que viajaban en el autobús que cayó a una pendiente y dejando
al menos 39 fallecidos eran migrantes de Ecuador, Haití y Venezuela, informaron el jueves las autoridades
panameñas.
El primer informe oficial sobre las
nacionalidades de los 66 migrantes que viajaban en el bus accidentado, la
presidencia de Panamá informó de que había 22 ecuatorianos, 16 haitianos, 11 venezolanos, seis brasileños, cinco
colombianos y dos cubanos. También dijo que viajaban cuatro
africanos, dos de Camerún, un nigeriano y uno de Eritrea.
Precisó
además que 42 eran hombres y 24, mujeres. Entre ellos, había 20 menores de edad.
Además de
los 66 migrantes, en el autobús viajaban dos panameños: el conductor -que
falleció en el lugar- y un ayudante que resultó herido. Entre los heridos, hay
otros dos panameños que estaban en otro vehículo estacionado y que fue impactado
por el bus cuando rodó por la pendiente.
Las
autoridades panameñas no han identificados aun a las víctimas ni a los
heridos, que fueron todos hospitalizados.
Más
temprano, el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses dijo que requerirá
información de los países de origen de los migrantes para obtener los registros
de sus huellas digitales y/u odontológicos, así como muestras de los familiares para hacer cotejos genéticos para la
identificación de los cuerpos.
Los
trabajos para identificar a las víctimas y para establecer las causas de muerte
se realizan en la morgue judicial de la provincia de Chiriquí fronteriza con
Costa Rica, donde la víspera ocurrió el accidente.
“Este
proceso tomará tiempo. Mientras tanto los cadáveres serán conservados con la debida dignidad que los estándares
internacionales establecen”, dijo el Instituto en un comunicado.
El accidente
ocurrió el miércoles en la localidad panameña de Gualaca, en el occidente del
país, cuando el autobús en el que viajaban los migrantes hacia un albergue en
su tránsito a Estados Unidos cayó a la pendiente. Es el peor percance carretero
desde que el país centroamericano autorizó hace años el traslado en autobuses
de los migrantes que cruzan la peligrosa jungla del Darién, en la frontera con
Colombia, a un campamento limítrofe con Costa Rica para que sigan su ruta hacia
Norteamérica.
El
percance tuvo lugar luego de que el año pasado se estableciera una cifra récord
del flujo migratorio irregular por la selva del Darién y otros puntos de esa
provincia, con el paso de casi 250.000 extranjeros, en su mayoría
venezolanos y ecuatorianos. En lo que va del 2023 ya han cruzado más de 37.000,
incluidos migrantes haitianos, cubanos, africanos y asiáticos, según las
autoridades.
El bus
accidentado era uno de los que están habilitados por las autoridades para
transportar a diario a migrantes al albergue de Los Planes, desde donde siguen
su ruta al norte a través de la frontera con Costa Rica. Los migrantes pagan un
pasaje de traslado en estos buses.
A
mediados del año pasado, algunos autobuses con migrantes sufrieron daños al ser
atacados por personas que bloqueaban la carretera Panamericana internacional
durante protestas antigubernamentales, sin reportarse heridos.
Hasta
ahora, los informes de migrantes que han fallecidos en su tránsito por Panamá
tenían que ver con percances ocurridos durante el tránsito a pie o en
botes por la selva y ríos del Darién.
A muchos de los poblados de esa provincia, sólo se accede por aire y mar, una zona que por su cercanía con Colombia, está señalada por tráfico de drogas y personas.