EFE
Washington,
EE.UU.
El
Gobierno de Estados Unidos insistió ayer jueves en que la zona afectada por los
vertidos tras el descarrilamiento de un tren en Ohio hace trece días es segura
y el agua no está contaminada, pese a los temores de los vecinos.
El tren,
de unos cincuenta vagones y que transportaba material tóxico en once de ellos,
descarrilló el pasado 3 de febrero a su paso por East Palestine, un pueblo de
menos de 5.000 habitantes a sesenta kilómetros de la ciudad industrial de
Pittsburgh y cercano a la frontera de Ohio con Pensilvania.
Zona despoblada
Aunque
East Palestine es pequeño y se encuentra en una zona bastante despoblada, el
asunto está siendo utilizado por los republicanos para criticar al Gobierno
federal por las consecuencias de lo ocurrido, pese a que la Administración del
presidente Joe Biden insiste en que no hay peligro en la zona.
El responsable de la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA), Michael Regan, visitó ayer jueves la zona para calmar los ánimos después de varios días de cruces de acusaciones sobre la respuesta federal ante el suceso.