Carlos
Mandujano / Luis Jaime Cisneros / AFP
Lima,
Perú
La
flamante presidenta de Perú, Dina Boluarte, presentó éste sábado a su gobierno,
con perfil independiente, mientras que en las calles persistían las protestas
exigiendo nuevas elecciones tras la destitución del exmandatario de izquierda
Pedro Castillo, luego de su fallido golpe de Estado.
Boluarte,
vicepresidenta hasta la destitución de Castillo, designó a un exfiscal
anticorrupción y abogado, Pedro Angulo, como jefe del gabinete conformado por
19 ministros.
La
embajadora Ana Cecilia Gervasi es la nueva ministra de Relaciones Exteriores,
en Economía y Finanzas nombró a Alex Contreras. En Defensa se nombró a Luis
Otárola, quien ocupó esa cartera con el presidente Ollanta Humala (2011-2016).
Entre los 19
ministros, figuran ocho mujeres pero aún queda por designar a los responsables
de las carteras de Trabajo, y Transportes y Comunicaciones.
La incorporación
de ministros con más perfil técnico que político, como reclamaba el Congreso,
puede abrir espacio a la tregua que pidió Boluarte.
"La
presidenta de la República debe tomar decisiones prontas, como por ejemplo su
gabinete, y decisiones inmediatas para salir de ciertos apuros y generar
confianza y tranquilidad", había pedido temprano José Williams, jefe del
Congreso peruano dominado por la derecha.
"Pido calma
a la población (...) Es un mal momento que le tocó pasar al Perú, pero tiene
que ser superado de la mejor forma", señaló a la radio RPP, en sus
primeras declaraciones desde que el Congreso destituyó a Castillo.
Boluarte prestó
juramento como la primera mujer presidenta de Perú pocas horas después de que
Castillo, quien enfrentaba una serie de investigaciones por supuestas prebendas
en la repartición de contratos públicos, fuera destituido en una votación del
Congreso.
Castillo había
tratado de evitar esa votación, la tercera en su contra desde que asumió el
cargo hace 18 meses, buscado disolver la Legislatura y anunciando que
gobernaría por decreto. Pero sus órdenes fueron desacatadas por el Congreso y
las Fuerzas Armadas.
"La
Constitución había sido violada", indicó Williams el sábado al justificar
la remoción de Castillo.
Tras su fracaso
en instaurar el estado de excepción, Castillo fue detenido por su propia
escolta mientras se dirigía a la embajada de México a solicitar asilo político
y fue puesto el jueves en prisión preventiva por siete días. La fiscalía lo
acusa de rebelión y, de ser hallado culpable, enfrentaría entre 10 y 20 años de
prisión.
- Tres
días de negociaciones –
Boluarte mantuvo
tres días de negociaciones con líderes de las bancadas de partidos de derecha
presentes en el Congreso, ante la defección de la izquierda a sumarse a las
conversaciones.
La decisión de
gobernar hasta el fin del mandato de Castillo, el 28 de julio de 2026, está en
el origen de los nuevos problemas de Boluarte.
La demanda de
nuevas elecciones se asocia con un abrumador rechazo al Congreso: según sondeos
de noviembre, 86% de peruanos desaprueba al parlamento.
La aparente
lentitud en la toma de decisiones de Boluarte destapó la olla de presión
social, con marchas de regular magnitud y bloqueos de carreteras en demanda de
nuevas elecciones y la liberación de Castillo.
Boluarte no
descartó el viernes llamar a elecciones anticipadas en busca de una salida
pacífica a la crisis política, e instó a la calma a la población.
-
Protestas y fútbol -
Mientras tanto,
la tarde del sábado la mirada estaba centrada en una marcha en Lima convocada
por colectivos de estudiantes, trabajadores y partidos políticos de izquierda
tras los partidos del Mundial Catar 2022.
En el resto del
país, los bloqueos de carreteras continúan por tercer día en las zonas
surandinas del país donde Castillo goza del mayor apoyo. Sin embargo, los
manifestantes no han crecido en número.
En las regiones
Ica y Arequipa continuaban bloqueados varios tramos de la Panamericana, la
principal carretera que atraviesa el país de norte a sur, dejando decenas de
buses y camiones de carga varados.
En Lima, miles
de manifestantes que intentaron llegar a la sede del Congreso el jueves y
viernes fueron duramente reprimidos. La policía utilizó gases lacrimógenos para
disolver la movilización que dejó algunos detenidos.
"Dina
Boluarte no nos representa porque ella está de usurpadora, no la hemos elegido
a ella", dijo a la AFP María Tolentino, un ama de casa que participaba en
las marchas del viernes en Lima.
Los sucesos
provocaron que la policía anunciara la suspensión de vacaciones y permisos de
su personal hasta "nueva orden".
Por su parte, la
fiscalía continuó interrogando este sábado a los exministros de Castillo por el
presunto delito de rebelión.
El exjefe de
Gabinete de Castillo, Aníbal Vásquez, anunció su "paso a la
clandestinidad" por haber sido denunciado también por rebelión.
En la base policial donde el expresidente está detenido por orden judicial, decenas de simpatizantes de Castillo realizaban una vigilia y olla común en solidaridad y reclaman su liberación.