UNICEF/Adriana ZehbrauskasUn grupo de adolescentes participa en un taller de salud sexual y reproductiva en una escuela de San Antonio Las Vegas, una comunidad vulnerable ubicada a las afueras de la capital salvadoreña.
Un nuevo
informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO) reveló este miércoles que 350
millones de niños y jóvenes del mundo asisten a escuelas no estatales. En
América Latina y el Caribe, la proporción de estudiantes de primaria y
secundaria inscritos en escuelas privadas asciende a 20%.
La UNESCO destacó que, pese a la alta
participación de las escuelas no estatales, en América Latina no existe
una regulación eficaz de la educación privada, lo que conlleva un alto
riesgo de desigualdad y segregación, una tendencia contraria a la educación
inclusiva, de calidad y equitativa que plantean los Objetivos de Desarrollo
Sostenible.
El
reporte también indica que muchos países de la región no tienen la capacidad de
hacer cumplir esa reglamentación cuando existe, lo que mina la calidad y ensancha
la brecha educativa entre ricos y pobres.
Entre
otros hallazgos, subraya que sólo 17 de 42 países
latinoamericanos analizados prohíben explícitamente el lucro en las escuelas primarias
y secundarias, que menos de la mitad de los países de la región tienen una
reglamentación sobre los procedimientos de admisión en escuelas no estatales, y
que sólo el 8% implementan acciones afirmativas para mejorar el acceso de los
estudiantes más pobres a las escuelas.
La UNESCO
detalló que en 2018, varios países entre los que se contaron Argentina, Brasil,
Chile y México, registraban niveles elevados de segregación y
citó que la matrícula privada en la educación superior en la región sigue
siendo la más alta del mundo.
El gasto de las familias
Por otra
parte, la agencia de la ONU señaló que las familias de los países de renta baja
y media-baja asignan una cantidad desproporcionada de sus ingresos a la
educación de sus hijos. A nivel mundial, en esos países las familias
asumen el 39% del gasto en educación, frente al 16% en las naciones de renta
alta.
Con
respecto a América Latina y el Caribe, las familias de El Salvador, Nicaragua,
Honduras y la República Dominicana corren con más de 40% de ese gasto, mientras
que en Haití esa cifra llega al 81%.
El
estudio encontró que el 8% de los hogares se endeuda para pagar la
educación de los hijos y detalla que en naciones como Haití, el 30% de
las familias pide préstamos para cubrir ese gasto.
No
obstante lo oneroso de esa carga, dos terceras partes de los países de la
región no regulan las cuotas de educación primaria y secundaria.
Gastos ocultos
Además,
el informe muestra que en los países de bajos ingresos la educación pública
conlleva costos ocultos significativos por concepto de uniformes y
útiles escolares, por ejemplo.
La
directora de la Oficina Regional de la UNESCO para América Latina y el Caribe
recordó que la educación es una responsabilidad de toda la sociedad.
“La equidad, la inclusión y la calidad de la educación sólo es posible cuando
la política educativa incorpora a todos los actores, sean estatales o no
estatales”, afirmó.
Claudia
Uribe Salazar también recalcó la urgencia de atender “la desigualdad que
todavía prevalece en los procesos educativos, los resultados del alumnado y las
condiciones del trabajo docente tanto en escuelas estatales como no estatales”.
Recomendaciones
En este
renglón, la UNESCO instó a los países a evaluar sus reglamentaciones vigentes y
emitió cinco recomendaciones para los gobiernos:
- Cumplir el compromiso de
volver gratuitos un
año de preescolar y 12 años de primaria y secundaria para todos los niños
y jóvenes
- Establecer
estándares de calidad que se apliquen a todas las instituciones educativas
estatales y no estatales
- Reforzar
la capacidad gubernamental para realizar el seguimiento y hacer
cumplir la reglamentación
- Fomentar
la innovación para el bien común y reunir a todos los actores que la desarrollan
- Tener en cuenta las opiniones y perspectivas de todas las partes
interesadas, protegiendo la educación de los intereses económicos y
políticos. Fuente Comunicaciones ONU