AP
NUEVA
YORK
La
basquetbolista estadounidense Brittney Griner no quiso estar sola cuando abordó
un avión del gobierno estadounidense que la trajo de regreso a casa.
“Llevo 10
meses en prisión escuchando a los rusos, quiero hablar”, expresó Griner según
Roger Carstens, el enviado estadounidense a cargo de situaciones de rehenes,
quien ayudó a lograr la libertad de la deportista y organizar su retorno a
suelo norteamericano.
Luego
preguntó a Carstens, refiriéndose a otras personas que iban en el avión: “Pero,
en primer lugar, ¿quiénes son estos tipos?”
“Pasó por
delante de mà y se dirigió a todos los miembros de la tripulación, los miró a
los ojos, les estrechó la mano y les preguntó por ellos, les pidió sus nombres,
estableciendo una conexión personal con ellos”, recuerda Carstens. “Fue
realmente asombroso”.
Al final,
Griner pasó unas 12 horas de un vuelo de 18 hablando con los demás en el avión,
dijo Carstens. La dos veces medallista de oro olÃmpica y estrella del equipo de
baloncesto profesional Phoenix Mercury habló de su estancia en la colonia penal
rusa y de sus meses de cautiverio, recordó Carstens, aunque declinó entrar en
detalles concretos.
“Me quedé
con la impresión de que era una persona inteligente, apasionada, compasiva,
humilde, interesante y patriota”, dijo Carstens. “Pero, sobre todo, auténtica.
Lamento haberla conocido de esta manera, pero en realidad me sentà bendecido
por haber tenido la oportunidad de conocerla”.
Aunque
Griner está siendo sometida a una completa evaluación médica y mental, Carstens
dijo que parecÃa “llena de energÃa, tenÃa un aspecto fantástico.”
Griner,
quien también jugaba basquetbol en Rusia, fue arrestada en el Aeropuerto
Sheremetyevo de Moscú luego que las autoridades rusas la acusaron de tener
dispositivos de vapeo y aceite de cannabis. Estados Unidos sostuvo que fue
detenida ilegalmente, lo que Moscú rechaza.
El
presidente Joe Biden anunció el jueves que Estados Unidos habÃa conseguido la
liberación de Griner. A cambio, la administración dejó en libertad al notorio
traficante de armas Viktor Bout, que cumplÃa una condena de 25 años acusado de
conspirar para vender decenas de millones de dólares en armas que, según las
autoridades estadounidenses, iban a ser utilizadas contra estadounidenses.
Pero
Estados Unidos no pudo conseguir la libertad de Paul Whelan, retenido en Rusia
desde hace casi cuatro años. Funcionarios del gobierno han insistido
repetidamente en que siguen trabajando para liberar a Whelan, a quien las
autoridades rusas han encarcelado por cargos de espionaje que tanto su familia
como el gobierno estadounidense consideran infundados.
“Retienen
al señor Whelan de forma diferente debido a estos cargos de espionaje”, dijo el
domingo John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional. “Asà que
estamos trabajando en eso ahora. Ahora estamos más informados, claramente
después de haber pasado por este proceso en los últimos meses. Estamos más
informados. Tenemos una mejor idea del contexto, de cuáles son las expectativas
de Rusia y vamos a seguir trabajando en ello”.