Matt
Monagan
MLB.com
Probablemente
ya hayas escuchado la noticia sobre Olivia Pichardo, quien se convirtió esta
semana en la primera mujer en hacer un equipo masculino universitario de
béisbol de División I. Sin embargo, no es la primera vez que la jugadora de
ascendencia dominicana está en el centro de la atención.
En el
2019, cuando tenÃa 15 años, alcanzó tres dÃgitos de velocidad en el Guaranteed
Rate Field de Chicago. (Ella me aclaró que realmente fue medido en kilómetros,
pero de cualquier manera, estamos hablando de casi 70 mph para alguien de su
edad.
Ese
video se regó por las redes sociales. Varios blogs y páginas hablaron de ella
en ese momento.
Pero,
desafortunadamente, como es el caso con la mayorÃa de las mujeres en un deporte
dominado por hombres, se generaron cualquier tipo de dudas. Hubo odio. Una
dinámica ridÃcula.
“Fue mi primera
vez leyendo comentarios negativos”, me dijo Pichardo en una llamada a través de
Zoom. “La gente decÃa como, ‘Su brazo es fuerte como para lavar todos esos
platos en la cocina’. Cosas por el estilo”.
El interés de
Pichardo por el béisbol viene por parte de su padre.
Max Pichardo,
oriundo de la República Dominicana, amaba el juego y querÃa que su hija también
lo hiciera. Él se mudó al Bronx cuando tenÃa 12 años y al final sentó raÃces en
Queens, donde Olivia jugó sólo béisbol, no sóftbol, desde los cinco años.
“SÃ, me lo
inculcaron”, comentó Pichardo. “De mi parte, yo lo único que querÃa era seguir
jugando béisbol”.
Pichardo jugó en
Pequeñas Ligas en Forest Hills, Queens, a unos 10 minutos del Citi Field. Es
fan de los Mets – su jugador favorito es Jacob deGrom. Defiende otras
posiciones, como los jardines, pero principalmente es lanzadora desde el inicio
de su carrera.
Pichardo asistió
a una pequeña e independiente escuela en Queens llamada Garden School. Era tan
pequeña que no tenÃan suficientes niños para armar un equipo de béisbol.
Entonces, la talentosa adolescente jugó principalmente en una liga en Long
Island. Su papá documentó la mayorÃa de sus juegos en YouTube. Para Pichardo,
sus mejores momentos fueron un hit de oro cuando tenÃa 16 años y un no-hitter
de siete innings a sus 14 años.
“Catorce ponches
con 14 años”, recordó Pichardo. “Eso me llama la atención”.
Durante aquellos
años, Pichardo era la única niña en el terreno. Aunque confiesa no haber
recibido muchas crÃticas, sà fue difÃcil. CrecÃa el pensamiento de que, con el
pasar de los años, tendrÃa que renunciar al deporte que ama. ¿Una chica jugando
béisbol en la secundaria? ¿En la universidad? Imposible, ¿no?
“A lo largo de
toda mi carrera, cada vez que avanzaba al siguiente nivel, me decÃan, ‘No vas a
poder competir’”, me contó Pichardo. “Mientras crecÃa, la gente querÃa que
parara. Pero yo soy terca. Entonces, cada vez que me decÃan algo asÃ, me decÃa
a mà misma, ‘Bueno, ahora lo voy a hacer sólo porque me dijiste que no lo
hiciera’”.
Pichardo
encontró el paraÃso del béisbol en un lugar. En el 2018, participó en la
Breakthrough Series de MLB – un programa que sirve para exaltar a las mujeres a
los equipos nacionales y programas de aceptación de las universidades,
ayudándolas al mismo tiempo a desarrollar sus habilidades en el terreno.
“Fue mi primera
experiencia con el béisbol femenino”, mencionó. “Fue una experiencia
surrealista y me hizo sentir bien emocionada ver a todas esas chicas de todo el
paÃs y del mundo. Fue algo bueno de ver. Muchas de nosotras crecimos siendo las
únicas chicas de nuestros equipos de béisbol, asà que tenÃamos ese vÃnculo”.
Se subió a la
loma para el equipo nacional durante una serie corta ante Canadá en verano
pasado. Pichardo ponchó a cinco en tres innings en blanco con dos hits. Su
recta estuvo en la parte baja de las 80 mph.
Hasta que llegó
la universidad.
Aunque el número
de jugadoras universitarias ha crecido en los últimos años, ninguna habÃa
llegado al nivel más alto, la División I-A.
Cuando fue
admitida a Brown en este otoño, la lanzadora derecha (bateadora zurda) de 18
años decidió probarse con el equipo de béisbol. El manager Grant Achilles
conocÃa las habilidades de Pichardo antes de la prueba.
“HabÃa escuchado
sobre Olivia durante el verano”, me dijo Achilles vÃa Zoom. “Vi mucho contenido
en las redes sociales y en los sitios donde organizábamos nuestros eventos. Sin
necesidad de verla en persona, el hacerlo en video me dio una buena idea de sus
habilidades”.
Cuando
finalmente la vieron jugar en persona, la decisión fue fácil.
“Lo que más nos
llamó la atención fue su preparación”, dijo Achilles. “Hizo exactamente lo que
hace el resto de los jugadores. Es algo que llama la atención en estas pruebas,
porque demuestra el nivel y talento que ha demostrado en el pasado. Defensiva y
ofensivamente, hizo cada jugada como si fuera de rutina”.
Achilles dijo
que contará con muchos veteranos en su equipo para la próxima temporada, asÃ
que, como para cualquier jugador de primer año, será difÃcil conseguir tiempo
de juego para Pichardo. De cualquier manera, es algo bien importante.
“Se siente muy
bien”, dijo Pichardo. “Se que las chicas sueñan con jugar béisbol D-1. Pero
ahora es un objetivo tangible, en vez de sólo un sueño”.
Pichardo ha
intentado responder todos los mensajes de felicitación que ha recibido. Sin
embargo, también ha seguido viendo los comentarios negativos que le llegan.
Pero ella no
guarda ningún rencor.
“Para mà es
chistoso. Es algo que puedo ver y reÃrme”.