AP
Washington
El
anuncio de Donald Trump de su tercera candidatura a la presidencia de Estados
Unidos no lo protegerá de las investigaciones criminales que pesan sobre él
como ciudadano común, lo que lo deja expuesto jurídica y políticamente mientras
trata de obtener la candidatura republicana de 2024.
El
Departamento de Justicia continúa realizando sus pesquisas. Y con las
elecciones intermedias casi finalizadas y la campaña presidencial de 2024 a
meses de comenzar en forma, los fiscales federales tienen mucho tiempo para
continuar su trabajo.
“No creo
que el departamento vaya a dudar como resultado de que Trump se nomine a sí
mismo y se unja como el primer candidato en las elecciones de 2024”, dijo el
exfiscal del Departamento de Justicia Michael Weinstein. “Sólo creo que lo
verán como que está tratando de usar el sistema, tal y como lo ha hecho con
éxito en los tribunales”, y están preparados para su “contragolpe”.
Trump
ingresa a la contienda enfrentando investigaciones federales relacionadas con
sus esfuerzos para anular los resultados de las elecciones de 2020 y sobre la
retención de documentos confidenciales del gobierno en su finca de Florida,
además de otra pesquisa en Georgia.
La
investigación sobre la retención de los documentos en su residencia de
Mar-a-Lago ha avanzado particularmente rápido, y este mes los fiscales
concedieron inmunidad a un cercano aliado de Trump para asegurar su testimonio
ante un jurado investigador federal. Los abogados del Departamento de Justicia
que participan en esa pesquisa dijeron que han reunido pruebas de posibles
delitos que implican no sólo la obstrucción, sino también la retención
deliberada de información de defensa nacional.
Sigue sin
estar claro si alguien será acusado formalmente, así como la fecha en la que se
emitiría una decisión. Pero exfuncionarios dijeron que la mejor manera de
garantizar que el resultado sea visto como irreprochable es llevar a cabo una
investigación conforme a las normas sin mostrar algún trato especial o maltrato
debido al antiguo cargo que ocupó Trump.
“El
público tendrá más fe en lo que están haciendo, y tendrán resultados más
exitosos, si tratan a Donald Trump como a cualquier otro estadounidense”, dijo
Matthew Miller, quien fungió como portavoz del Departamento de Justicia bajo el
mando de Eric Holder.
El actual
secretario de Justicia, Merrick Garland, así lo ha indicado, y dijo a mediados
de año en respuesta a las preguntas sobre la investigación a Trump y del asalto
al Capitolio del 6 de enero que “nadie está por encima de la ley”. En julio,
cuando le preguntaron en una entrevista televisiva cómo una potencial
candidatura de Trump podría afectar al departamento, Garland respondió:
“Haremos rendir cuentas a cualquiera que sea penalmente responsable de intentar
interferir con la transferencia —legítima y legal— del poder de un gobierno a
otro”.
Investigar
a cualquier funcionario electo, o candidato a un cargo, casi siempre invita a
la especulación política. El protocolo del Departamento de Justicia advierte a
los fiscales que no deben emprender acciones abiertas en el periodo previo a
las elecciones, pero se trata más de una convención estándar que de una regla
rígida. Y la contienda presidencial de 2024 está a dos años de distancia.
Aun así,
no es fácil investigar a un expresidente o a un candidato actual. Eso es
especialmente cierto en el caso de Trump, que pasó su presidencia atacando a su
propio Departamento de Justicia y criticando a los fiscales generales que él
mismo había nombrado. Ya arremetió contra el FBI por allanar Mar-a-Lago en
agosto, y utilizó el episodio para recaudar fondos de sus partidarios.
Ahora,
con su candidatura oficial, él y sus partidarios tratarán de replantear la
narrativa de la investigación como una persecución política por parte de un
gobierno demócrata que le teme para 2024.
De hecho, un riesgo para los demócratas es que Trump —que durante su anuncio del martes se declaró “una víctima”— podría animar de nuevo a sus partidarios con ese argumento. Por otro lado, los resultados de las elecciones intermedias de la semana pasada indican que podría ser más vulnerable políticamente de lo que muchos pensaban.