OIT//Marcel Crozet Las mujeres constituyen el 90% de la plantilla de una fábrica italiana en Albania.
El
mundo caerá en una recesión global y un estancamiento prolongado a
menos que los países industrializados cambien pronto el curso de sus políticas
monetarias y fiscales restrictivas, alertó este lunes la Conferencia de la ONU
sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), agregando que la situación podría llegar
a ser peor que la que siguió a la crisis financiera de 2008 y a la pandemia en
2020.
La edición
2022 del informe sobre Comercio y Desarrollo prevé un crecimiento
mundial de 2,5% este año y de 2,2% en 2023, advirtiendo que el alza de las
tasas de interés y el endurecimiento de la política fiscal que han aplicado las
economías industrializadas, sumada a la cascada de crisis derivadas de la
pandemia y la guerra en Ucrania, han hecho pasar la economía mundial de la
desaceleración al retroceso, dejando un espacio prácticamente nulo para un aterrizaje
suave.
Mayores tasas de interés, una
política “imprudente”
La UNCTAD
expone el poco efecto que tuvo una década de tipos de interés históricamente
bajos en los objetivos de inflación y crecimiento, y argumenta que esta
vez tampoco lograrán la meta de controlar la inflación sin dar lugar a
una recesión. Se trata de una política “imprudente”, afirma.
En la
realidad que atraviesa el mundo, con caídas de los salarios reales, ajustes
fiscales, turbulencias financieras y apoyo y coordinación multilateral insuficientes, el
endurecimiento monetario excesivo “podría resultar en un periodo de
estancamiento e inestabilidad económica para muchos países en
desarrollo y algunos desarrollados”, apunta.
Las
proyecciones de la UNCTAD indican que el aumento de las tasas de interés de
este año en Estados Unidos reducirán unos 360.000 millones de
dólares los ingresos futuros de los países en desarrollo -con
excepción de China-, y perciben la medida como una señal de más problemas por
venir.
La
publicación añade que todas las regiones resultarán afectadas, con un peor
efecto en los países en desarrollo, muchos de los cuales están cerca
del incumplimiento de la deuda.
También
pondera la crisis climática que se agudiza, causando pérdidas y
daños crecientes en países vulnerables que carecen del espacio fiscal para
encarar los desastres, y mucho menos invertir en su desarrollo a largo plazo.
Todavía se puede corregir
No
obstante el sombrío panorama, aún hay espacio para corregir el rumbo, asevera.
“Tenemos
las herramientas para contener la inflación y apoyar a todos los grupos
vulnerables. Es una cuestión de opciones políticas y de voluntad
política. Sin embargo, el curso de acción actual está perjudicando a los
más vulnerables, especialmente en los países en desarrollo, y corre el riesgo
de llevar al mundo a una recesión global”, dijo la secretaria general de la
agencia de la ONU, Rebeca Grynspan.
El
estudio explica que, dado el deterioro de las condiciones financieras, los
flujos netos de capital hacia los países en desarrollo son negativos lo que ha
creado la paradoja de que los países en desarrollo estén financiando a
los industrializados.
Alto riesgo de una crisis de
deuda
Unas 90
economías en desarrollo han devaluado sus monedas frente al
dólar este año y sus reservas de divisas están cayendo mientras que los
diferenciales en los rendimientos de los bonos ensanchándose, lo que ha dado
como resultado un encarecimiento de su deuda y un aumento preocupante del
riesgo de una crisis mundial de deuda.
Para
contrarrestar la grave situación que atraviesan las economías más atrasadas, la
UNCTAD pide que se incremente la Ayuda Oficial al Desarrollo y los
derechos especiales de giro, entre otras provisiones para apoyar a los
países en desarrollo.
“Además,
debería ser prioritario avanzar en un marco jurídico multilateral para gestionar
la reestructuración de la deuda, incluyendo a todos los acreedores
oficiales y privados”, enfatiza.
Con respecto a la inflación, el
análisis dice que en las naciones desarrolladas se ha disparado sobre
todo por la subida de los precios de los productos básicos, especialmente
la energía, y por las interrupciones de las cadenas de suministro, mientras que
en los países en desarrollo la inflación se debe a los precios de la energía y
a la depreciación de sus monedas.
Por otra parte, la guerra en Ucranio
ha incrementado las turbulencias de los mercados de materias primas, que no ha
cesado desde hace más de una década. En este terreno, la UNCTAD destaca
el papel de los especuladores, que tienen demasiada influencia en
los contratos de futuros, los swaps de materias primas y los fondos que se
negocian en la bolsa de valores.
En este sentido, aboga por una mejor
regulación y por un gravamen a las ganancias extraordinarias para
frenar las alzas de precios que empujan a millones de personas a la pobreza
extrema en tanto que las empresas se enriqueces desmedidamente.