Europa
Press
Unas 30 personas han fallecido en varios países de
Centroamérica por el paso del huracán 'Julia', que pese a haberse degradado con
su avance a la categoría de tormenta tropical ha dejado a su paso un reguero de
destrucción al que ahora las autoridades intentan hacer frente.
'Julia' se formó el viernes pasado y tocó tierra en
Nicaragua el fin de semana como un huracán de categoría uno en la escala de
cinco de Saffir Simpson. El Gobierno de Daniel Ortega decretó la alerta máxima
y aún no ha dado un detalle claro de lo ocurrido, ya que según la vicepresidenta,
Rosario Murillo, "eso va a estar listo más adelante".
El Comité de Evaluación de Daños y Pérdidas se
encargará de poner cifras a estos estragos, después de que varios ríos se hayan
desbordado, según el oficialista Canal 6. Las clases han quedado suspendidas en
principio hasta este miércoles, según el Ministerio de Educación.
Los Bomberos recuperaron el lunes el cadáver de una
joven de 17 años arrastrada por la corriente en el departamento de Boaco,
informa el diario 'La Prensa'.
En Honduras, las autoridades han confirmado al
menos cuatro fallecidos, entre los que figuran una niña de seis años y su padre
que perdieron la vida en la zona de La Mosquitia. En este mismo lugar falleció
una tercera persona, mientras que la cuarta víctima es una mujer arrastrada por
la corriente en Choloma, en el norte del país.
La Comisión Permanente de Contingencias (COPECO) ha
advertido de que, pese a que 'Julia' ya ha dejado atrás Honduras, el país aún
puede sufrir este martes precipitaciones más fuertes de lo normal, especialmente
en la zona sur y oeste.
Por su parte, el paso de la tormenta por El
Salvador se ha saldado también con numerosos daños y el desbordamiento de al
menos ocho ríos. En total, los servicios de emergencia estiman que al menos
diez personas han perdido la vida, entre ellos cinco militares salvadoreños
sepultados por el derrumbe de una vivienda en la que se resguardaban en el
municipio de Comasagua.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, que
había decretado el lunes como Día Nacional de Oración para "pedir
protección a Dios" ante la llegada del temporal, reconoció a última hora
que había sido "un día trágico" para el país.
En Guatemala, el presidente Alejandro Giammattei ha
decretado el estado de calamidad para tener más margen para tomar "medidas
urgentes" con las que hacer frente a la emergencia. "Lo que más nos
preocupa en estos momentos es el remanente de agua, y se esperan en las
próximas 72 horas lluvias muy copiosas", ha advertido Giammattei tras
celebrar un gabinete de crisis.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de
Desastres (Conred) ha respondido a "224 incidentes" que han afectado
a más de 450.000 personas. Las autoridades estiman que unos 167.000 hogares se
han quedado sin suministro eléctrico, según el diario 'Prensa Libre'.
Hasta la noche del lunes, los servicios de
emergencia tenían confirmados al menos 13 fallecidos por el temporal. Cinco de
estas víctimas corresponden a un deslizamiento de tierras en la zona de Panzos,
en Alta Verapaz, mientras que otras tres murieron por otro deslave en Santa
Eulalia, en Huehuetenango.