EFE
Los
Ángeles, EE.UU.
Tras uno
de los meses más convulsos en la carrera de Ricky Martin, debido
a una denuncia por violencia doméstica interpuesta por su sobrino, el cantante
reapareció en los escenarios este viernes por la noche con un baño de masas en
el Hollywood Bowl de Los Ángeles (EE.UU.) que le sirvió para curar heridas.
El
artista puertorriqueño protagonizó una actuación conjunta con la orquesta
Filarmónica de Los Ángeles, dirigida por el venezolano Gustavo Dudamel, en la
que monopolizó la atención y el cariño del público desde el primer minuto.
"Es un honor presentar a este icono de la cultura latina... ¿Qué
digo? A este icono de la cultura mundial", introdujo brevemente
Dudamel para que, con un preciso juego de luces, se percibiera sutilmente la
silueta de Martin accediendo a las tablas.
A punto
de agarrar el micrófono e iniciar su show, el intérprete tuvo que parar y tomar
aire porque los asistentes gritaban enfervorecidos su nombre y, tanto por
deleite personal como por imposibilidad acústica, era inviable empezar con tal
barahúnda.
En
realidad, Martin estaba tanteando cómo sería el recibimiento del respetable
después de la enorme polémica que le ha rodeado.
Así que,
tras cerciorarse de la buena disposición del público, celebró la calidez del
ambiente cual deportista olímpico consciente de que su marca batió un récord.
"Esto
es precioso, de veras, gracias a Los Ángeles y gracias al maestro
Gustavo Dudamel", dijo emocionado mientras sonreía, cerraba el
puño y flexionaba el brazo en señal de victoria ante los casi 17.000 asistentes
que le acompañaron.
Martin
era consciente de que su figura se había visto muy comprometida con la demanda
de su sobrino, Dennis Yadiel Sánchez (21 años), por violencia doméstica.
El joven
había solicitado una orden de protección, y afirmó haber sufrido
amenazas de muerte, después de que se terminara la relación
sentimental que supuestamente mantuvo con su tío durante 7 meses.
Sánchez
retiró la denuncia este jueves, pero anteriormente medios locales de
Puerto Rico habían apuntado a que el cantante podía enfrentarse a una pena de
50 años de prisión si finalmente era declarado culpable de incesto.
Durante
las últimas semanas, Martin y su equipo legal negaron los hechos, y uno de sus
hermanos incluso adujo que el sobrino padecía problemas mentales.
Así, esta
contundente respuesta de los seguidores del intérprete de éxitos como "La
Mordidita" o "La Copa de la Vida" ha supuesto uno de
sus mayores triunfos recientemente.
"Nosotros
no somos nadie para juzgar a alguien cuando hasta la acusación se ha
retirado", comentó después del concierto Valeria, natural de Los Ángeles,
a Efe mientras su amigo, Anthony, insistía: "La vida está loca", en
una clara alusión a la conocida canción del puertorriqueño.
"Yo
creo que es inocente, pero se debe separar siempre al artista de la
persona", aseguró metros más allá Brandon, vendedor en un
puesto de camisetas y otros productos personalizados con la cara de
Martin.
El
cantante, que repetirá el show mañana, ha sido una de las estrellas elegidas
como cabezas de cartel para la celebración de eta temporada centenaria en el
Hollywood Bowl.
Otros
artistas invitados y que han pasado o pasarán este verano por el mítico recinto
ubicado en las colinas de Hollywood son Billie Eilish, Duran Duran,
John Fogerty o Kenny Logins con Jim Messina.
Mientras
tanto, Martin ha dado el primer paso para conseguir que sus heridas cicatricen
tras el revuelo suscitado y hacer de la letra de su último tema uno de sus
lemas vitales.
"Y
así va la vida, no importa lo que digan si al final somos tú y yo jugando a ser
tímidos; ácido sabor".