Santo Domingo, RD.-Las ferias de empleos del Ministerio de Trabajo han puesto de manifiesto la necesidad que tienen los ciudadanos de conseguir un trabajo, pues en la actualidad hay 628,536 currículums en una bolsa creada por la institución para conservar las solicitudes de los aspirantes.
Los
ciudadanos que no pudieron obtener vacantes y que estaban en calidad de
“recepción” fueron colocados en la bolsa de empleos un banco que contiene los
datos de la población desempleada.
Vivian
Jacobo, directora de la Oficina del Servicio Nacional de Empleo (Senae), reveló
a LISTÍN DIARIO que esa bolsa no solo está compuesta de desempleados, sino
también de “ciudadanos que buscan mejoras salariales, en pluriempleo y
desempleados que se inscribieron, pero que en el transcurso consiguieron trabajo”.
Por medio
de la bolsa de empleos, las empresas pueden buscar los perfiles que requieran
de los solicitantes.
Sin
embargo, todavía el Ministerio de Trabajo no indica la cantidad de ciudadanos
que fueron beneficiados con empleos en las últimas tres ferias realizadas en la
capital.
Durante
el mes de julio, el Ministerio de Trabajo ha realizado varias ferias de
empleos, con la intención de contribuir con el desarrollo y crecimiento
profesional de los ciudadanos, especialmente miles de jóvenes interesados en
conseguir su primera plaza.
Las
jornadas realizadas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la
propia sede del Ministerio de Trabajo y la del programa Supérate en la plaza
Sambil, estuvieron marcadas, principalmente, por la participación de miles de
jóvenes universitarios que apenas inician sus estudios, en muchos casos, con el
deseo de encontrar el suspirado primer empleo.
Son
jóvenes recién graduados, hundidos en la desesperación de no hallar un trabajo
en el que puedan poner en práctica lo que estudiaron, y otros con años de haber
concluido su etapa de educación superior con sed de encontrar cualquier
ocupación.
En la
jornada que se realizó en la UASD el pasado primero de julio, periodistas de
LISTÍN DIARIO conversaron con la joven Marielys, quien luego de cinco años de
graduada de Odontología, fue a la feria “a ver si se iba con un empleo”.
“Uno
estudia toda su vida para crecer, ser alguien y no tiene oportunidad. El que
quiere hacer las cosas bien se mata estudiando con mucho sacrificio para hacer
una profesión y cuando termina no consigue trabajo y cuando consigue es bajo un
sueldo que es menos que una doméstica, literalmente”, expresó la joven de 27
años con desencanto.
Pero
también, en las ferias, fue perceptible la postulación de mayores de 40 y hasta
55 años de edad, que no dieron su brazo a torcer y sin titubeos entregaron su
hoja de vida llenos de esperanza a los empleadores.
A la
realizada el pasado miércoles 13 de este mes con sede en la Oficina Territorial
de Empleo del edificio gubernamental, para el sector aeronáutico, desde Haina
(San Cristóbal), Bernarda, de 53 años de edad, se trasladó con la visión de
irse con un empleo, sin embargo, “fue preseleccionada”.
“Después
de los 35 años nadie te quiere. Yo siento una frustración…, pero me arriesgo y
no me canso de solicitar”, dijo la mujer con un tono muy bajo, casi susurrando,
al momento de entrar a conversar con el personal de recursos humanos de una
aerolínea, por miedo a que sus palabras pudieran ser escuchadas por las
autoridades allí presentes.
Fácil aplicar, difícil lograrlo
Las
jornadas de empleos son solicitadas por empleadores, a través del Ministerio de
Trabajo, que sirve de intermediario y monta la actividad.
Las
convocatorias son anunciadas a través de la prensa escrita y redes sociales.
Allí se comparten los puestos de trabajo disponibles con los requisitos de
acuerdo al perfil que buscan las compañías, sin especificar en ninguno de los
casos los salarios.
Algunas
de las empresas que participan en estas ferias quieren personal a futuro, no
para el momento, pero con su intervención buscan crear una base de datos con
los perfiles de los solicitantes al ofertar sus vacantes, como precisó una de
las empresas en la feria de Supérate. Aun cuando pareciera fácil aplicar,
lograr un puesto es lo difícil.
Por orden
de llegada, se les da un turno numérico y se les entrega un formulario a los
solicitantes. Aunque se acepta a todos los ciudadanos sin discriminación, en el
formulario hay que colocar algunas especificaciones como datos personales
(edad, si posee alguna discapacidad), experiencia laboral, aptitudes,
competencias, y habilidades que tienen (idiomas, formación académica) y por los
puestos que aplican.
Luego de
llenar el formulario de registro, un comité de la Oficina Territorial de Empleo
hace una depuración para dirigir a los postulantes a los lugares que más se
adaptan a su perfil y a lo que califican.
Acto
seguido, el ciudadano entra a las aulas o quioscos donde aguardan las compañías
y que se encuentran alineados en un área específica, para dejar la
documentación y sostener una entrevista.
Las
audiencias con el personal de gestión humana de las empresas tienen una
duración de 10 o 20 minutos, “dependiendo del perfil del entrevistado”. La
conversación gira en torno al puesto que quiere el candidato. Hay excepciones
con las audiencias que son en inglés. Estas se llevan más tiempo porque se
realizan test escritos y orales (lecturas en voz alta en inglés con el fin de
examinar la fluidez y buena pronunciación).
La
compañía hace una preselección, y posteriormente, llamará a sus instalaciones
al ciudadano para una cita oficial.
Un
postulante puede dejar más de un currículum en las diferentes casetas de las
empresas o ir expresamente hacia la empresa que tiene la plaza que le interesa.
El perfil
de las vacantes o los requisitos mínimos para un candidato que más priman en
las plazas ofrecidas en estas convocatorias son ser bachiller, estudiante
universitario o graduado, experiencia de uno y tres años en el área que desea
aplicar, “disponibilidad inmediata”, conocimientos del paquete de Office,
inglés intermedio o avanzado, buenas relaciones interpersonales y hasta
vehículo propio (caso de vacante ofertada para el puesto de ejecutivo, promotor
y supervisor de negocios).
De ahí
que el perfil de un postulante cuente con competencias, cualidades personales y
habilidades profesionales obligatorias.
El joven
Sterling Cabral fue uno de los que se devolvió de la jornada de compañías
aeronáuticas.
“Es bueno
que haya oportunidades de ferias de empleos para jóvenes, pero deben tener en
cuenta, especialmente el Ministerio de Trabajo, de que sean trabajos de calidad
para lo que ellos piden”, manifestó.
Confusión en aspirantes
Cuando se
habla de feria de empleos, lo tradicional es que se trate de un lugar para
conocer a muchos empleadores potenciales, sin embargo, en la celebrada en el
Ministerio de Trabjo había sólo una compañía del sector aeronáutico ofreciendo
plazas en tres áreas.
CIFRAS
1,700 postulantes.
La
feria de la UASD ofreció sólo 1,200 vacantes, y al lugar se apersonaron más de
1,700 postulantes. Las autoridades se vieron en la obligación de cerrar las
puertas en un momento determinado y dejar de admitir personas.
600 hojas de vida.
Algunas
empresas llegaron a duplicar su tope de interesados. Sin precisar cuál
compañía, Vivian Jacobo, directora de la Oficina del Servicio Nacional de
Empleo (Senae), declaró que necesitaba solo 120 personas y se fue con unos 600
currículos.
3,000 vacantes.
Del mismo
modo, en la de Supérate, que tuvo lugar en Sambil, había 3,000 vacantes y casi
4,000 postulantes acudieron en busca de un empleo. Desde las escaleras
eléctricas que conducían hacia el último piso del centro comercial, una fila
que daba seis vueltas se adueñaba de toda el área perimetral de la planta. Shaddai
Eves, para listin diario