EFE
Nueva
York
La
Fiscalía de El Bronx (Nueva York) dijo este viernes que dos pandilleros fueron
declarados culpables de asesinato en segundo grado por la muerte del
adolescente de origen dominicano Lesandro "Junior" Guzmán Feliz hace
cuatro años.
Diego
Suero y Frederick Then, de 33 y 24 años, respectivamente, y líderes de
"Los Sures" —una sección de la pandilla Los Trinitarios— serán
sentenciados el próximo 16 de septiembre por ordenar el asesinato de Guzmán
Feliz, que tenía 15 años cuando lo mataron en el verano de 2018, según un
comunicado.
Un jurado
halló a los dos pandilleros culpables después de un juicio de cuatro semanas
por su papel en el asesinato, lo que fue considerado por la fiscal, Darcel
Clark, el cierre de "otro capítulo de esta tragedia".
"Dijimos
que obtendríamos justicia para Junior y este veredicto lo hace, y con suerte
brinda algo de consuelo a su familia que ha soportado tanto dolor”, sostuvo
Clark.
Los
condenados forman parte de más de una decena de arrestados pertenecientes a Los
Trinitarios.
En
octubre de 2019, cinco pandilleros ya fueron condenados, algunos a cadena
perpetua, por la muerte a cuchillazos y machetazos de Junior, un caso que causó
consternación adicional porque él no era el objetivo de los pandilleros, sino
que lo confundieron, según trascendió.
De
acuerdo con la fiscalía, la noche del 20 de junio del 2018, Suero, líder de la
pandilla, y Then, segundo al mando, convocaron a los miembros a la casa de
Suero, y allí este les ordenó que cometieran violencia contra otro grupo de
Trinitarios llamado “Sunset”.
Según se
desprendió durante el juicio, los pandilleros se encontraron con Junior y lo
persiguieron hasta que éste entró a una bodega en su vecindario de El Bronx,
donde trató de esconderse.
Sin
embargo, fue golpeado y arrastrado fuera de la bodega hasta la acera donde los
cinco que fueron condenados lo apuñalaron con cuchillos y un machete, recordó
además la fiscalía.
A una
corta distancia, Then supuestamente observó el ataque y luego llamó a Suero
para informarle que los miembros habían cumplido sus órdenes.
Los pandilleros regresaron a la casa de Suero para esconder las armas y brindar ayuda a un acusado que se cortó la mano durante el incidente, agrega la nota.