EFE
Nueva York, Estados Unidos
Disfrazados de piratas, marineros, peces, moluscos,
pulpos, tritones y sirenas, sobre todo de sirenas, miles de personas
participaron este sábado en la playa neoyorquina de Coney Island, en el mítico
Desfile de las Sirenas, después de dos años de parón por la pandemia, y que
marca el arranque oficioso del verano.
"Llevo participando 30 años, todos los
años", asegura a Efe, emocionada, Laura, una sirena de 60 años con un
sombrero a juego con las conchas que le sirven de sostén.
Para Laura, "superviviente de un cáncer de
mama" participar en el desfile la "rejuvenece". "Me
muestra que la vida es maravillosa y que toda la gente que hay aquí tiene su
propia energía, una energía que todos necesitamos compartir", subraya esta
mujer que se ha desplazado desde el condado de Long Island para unirse a los
neptunos, medusas y demás fauna marina que participa en el evento.
La conocida como "Mermaid Parade", que
esta temporada cumple su cuarenta aniversario, se celebra coincidiendo con el
solsticio de verano y fue creada por el artista Dick Zigun, que la definió como
"el mejor día del año", en el que se dan cita gente con una
"creatividad salvaje".
Una creatividad y también una desinhibición a la hora de vestir
que lo inunda todo en esta orilla neoyorquina, a escasos metros de la montaña
rusa y la noria desde donde se puede contemplar el océano en su extensión y
avistar el lejano perfil de los rascacielos de Manhattan.
Por
la avenida Surf, que corre paralela al mítico parque de atracciones de Coney
Island, desfilaron carrozas, bandas de música, comparsas y gente disfrazada de
productos del mar o de su imaginación, incluida Miss Nueva York que concluyeron
su marcha en el paseo marítimo.
Pero
la fiesta desborda el recorrido oficial y más allá de las vallas, entre el
público también triunfan los disfraces de todas las hechuras y la purpurina que
lo invade todo y deja un rastro que llega hasta los vagones del metro, donde
una madre francesa camino de la marcha les explica a sus hijos que la fiesta se
caracteriza por la presencia de numerosas personas de la comunidad LGTBI y
"desnudez".
La
reina sirena y el rey neptuno de este año recayeron en la artista Mx Justin
Vivian Bond y el exdirector municipal de Salud de Nueva York, Dave Chokshi, el
personaje público más vinculado a la lucha contra la pandemia de la covid-19 en
la ciudad.
Después
del desfile, cada año se celebra un ritual frente al mar que da el pistoletazo
oficial de la temporada de baño y, por su puesto, una fiesta donde continúa la
fiesta hasta antes de la media noche y en la que se anuncian los ganadores del
concurso de disfraces.