Santo Domingo, RD.-“La gente dizque celebrando porque lo mataron y ahora es que nosotros estamos asustados. Ese muchacho era el que cuidaba a uno aquí. Antes yo me ponía mis prendas y todas mis cosas, ahora es miedo… no va a haber quien salga, esto se va a poner peor”, fueron las declaraciones de uno de los moradores del sector La Ciénaga, en Santo Domingo, sobre la muerte de Miguel Calderón, Bombo, de 20 años; presunto líder de la banda delincuencial “Los Menores”.
Durante
la tarde del martes las esquinas de Los Cocos, en La Ciénaga, fueron cómplices
y testigos del abatimiento a manos de la Policía Nacional de los tres
principales cabecillas de Los Menores, una banda criminal protagonista de la
agonía en los populosos sectores de Guachupita, Los Guandules, 27 de Febrero y
las comunidades aledañas.
Además de
Bombo, en el cruce de balas resultaron muertos Kelvin Santos de La Cruz (Jan
Maicol), de 23 años y Yeral David Peralta, de 20; mientras que fueron heridos
de gravedad Francisco Alberto Mereguildo Genao y Rafelín Perdomo (Felli), también
miembros de la pandilla.
Según las
declaraciones del director de Comunicaciones de la Policía Nacional, coronel
Diego Pesqueira, los también conocidos como “Chuky Malos” tenían varias
fichas policiales y órdenes de búsqueda por actos criminales.
Pagaban para que no los atracaran
Los residentes de Los Cocos afirman que existían cuotas por famosos “peajes”
que muchos negocios locales debían pagar a estos antisociales para evitar ser
atracados o heridos.
“Es así,
porque el que quiere que lo cuiden y no lo atraquen tiene que dar lo suyo. Si
ellos mandaban a un colmado a buscar 5,000 pesos o lo que sea, había que
dárselo”, declaró una allegada a los fenecidos.
Unas
horas después de los hechos, la celebración y algarabía se hizo sentir por las
localidades más cercanas, quienes afirman haber sido víctimas en múltiples
ocasiones de las fechorías del entramado de malhechores.
Mientras
en Guachupita y los Guandules se lanzaron a las calles con ánimos de
festividad, desfiles de motores, encendida de fogatas y derroche de alcohol,
los habitantes de La Ciénaga se encuentran divididos entre el dolor de la
pérdida y el “alivio”.
Muchos
formaron parte de la algarabía posterior, pero gran parte de Los Cocos alega
que su verdadero temor inicia ahora que se encuentran “sin protección” de
frente a los activistas delictivos de los demás barrios, principalmente de Los
Guandules, quienes eran los principales rivales de Los Menores.
“Mira,
ayer mismo nosotros prendimos unas velas, porque estamos de luto y vinieron
ellos, las apagaron, explotaron botellas y tiraron tiros; que si no entramos
para nuestras casas nos iban a matar aquí mismo”, expresó uno de los residentes.
Según los vecinos, Los Menores eran dueños del toque de queda en La Ciénaga,
que anunciaban al tronar de disparos de los cuales ya conocían el sonido, pero
a pesar de todo se sentían seguros al saberse cuidados por Bombo y sus
secuaces.
En el
lugar donde cayeron abatidos los maleantes, quedaron rastros de sangre,
agujeros ocasionados por balas y una puerta de hierro despegada por donde intentaron
huir Los Menores.
Pese a la
intensidad de la balacera, en La Ciénaga, comentan lo ocurrido pero pocos
aceptan hablar con los periodistas para dar detalles por temor a represalias o
ser apresado por agentes policiales, quienes continúan tras la búsqueda de los
otros tres prófugos.
“Bombo”
tenía varios años huyendo de la Policía entre cortinas de disparos y expandía
su dominio en varios barrios capitalinos en la margen del río Ozama. Era
“famoso” en las redes sociales por hacerse viral con sus balaceras, que
incluía herir o matar a sus víctimas mediante atracos o robos, señala la
Policía.