EFE
Colombia
El
ingeniero Rodolfo Hernández arrancó como candidato presidencial en
Colombia sin que nadie creyera en sus posibilidades de llegar a la Casa
de Nariño, pero una campaña populista y una personalidad explosiva lo han
encumbrado hasta el segundo lugar en las urnas, con lo que disputará la segunda
vuelta con el izquierdista Gustavo Petro.
En las
últimas semanas las encuestas ya habían perfilado un escenario donde esta
posibilidad era muy real: Hernández, de 77 años, escalando hasta acercarse al
que hasta entonces era el segundo en la preferencia del electorado, Federico
"Fico" Gutiérrez", del derechista Equipo por Colombia.
La
tendencia al alza del "ingeniero" o "el viejito", como le
llaman cariñosamente sus seguidores, se confirmó en la tarde de este domingo
cuando con el 99,62 % de los votos contabilizados, Hernández, candidato de la Liga de Gobernantes
Anticorrupción, logró 5.948.162 votos, el 28,18 %.
Petro, que
prácticamente lleva cuatro años en campaña, fue el primero, como vaticinaban
los sondeos, con 8.512.519 sufragios, es decir el 40,33 %.
El segundo lugar
de Hernández sacude el escenario político colombiano, donde se esperaba una
contienda entre Petro, representante de la izquierda que aspiraba a llegar al
poder por primera vez, y "Fico", una continuación de la derecha y del
uribismo.
El ingeniero es
uno de los candidatos más indescrifrables de la carrera presidencial
colombiana, pues su discurso se ha basado en una lucha sin cuartel contra la
corrupción, sin muchas medidas concretas que propongan cómo combatirla o
aborden temas económicos y sociales.
Y a pesar de la
falta de concreción, el discurso anticorrupción ha calado y convencido a los
colombianos, especialmente en las regiones de la zona oriental del país, donde
queda el departamento de Santander, del que es oriundo, y en el centro y sur.
Hernández,
exitoso empresario, arrancó su carrera en Bucaramanga, capital de Santander,
donde se hizo millonario en el negocio de la construcción de viviendas de
interés social.
En esta campaña
escogió como compañera de fórmula a una afrocolombiana, la académica Marelen
Castillo Torres, de 53 años que hasta antes de entrar a la política trabajaba
en la Universidad Minuto de Dios, perteneciente a la comunidad de los padres
eudistas y con cero experiencia en cargos públicos.
El candidato es
un empresario reconvertido a político que se ha hecho popular por su
personalidad irreverente, que le ha llevado a protagonizar numerosas polémicas
por su forma de expresarse, sin tapujos y llegando a la chabacanería en
ocasiones.
Fiel al
desparpajo que lo caracteriza, Hernández votó esta mañana en un colegio de
Bucaramanga a primera hora de la mañana y aseguró que se iría a dormir mientras
salían los resultados.
Para ganar, los
candidatos necesitaban obtener la mitad más uno de las papeletas, algo que
ninguno de los aspirantes ha logrado, por lo que el próximo 19 de junio los
colombianos acudirán nuevamente a las urnas para decidir definitivamente quién
será el próximo inquilino de la Casa de Nariño, sede presidencial colombiana,
nombre que el ingeniero dio también a su sede de campaña en Bucaramanga.