© PMA/Sitraka Niaina Raharinaiv Una niña de cinco años come una mazorca de maÃz en Madagascar. Su madre es granjera y alimenta a su familia con lo que cosecha.
Cerca
de 193
millones de personas de 53 paÃses o territorios sufrieron
hambre en “niveles de crisis o peores”, lo que supone un aumento de 40 millones
en el año transcurrido entre 2020 y 2021, destacaron este miércoles dos
agencias de la ONU.
El Informe Global sobre Crisis Alimentarias 2022 publicado
por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación
y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de
Alimentos (PMA), revela que este nivel récord incluye a 570.000
personas en EtiopÃa, el sur de Madagascar, Sudán del Sur y Yemen que se
encuentran en la fase de catástrofe y han requerido una
acción urgente para evitar un colapso generalizado de los medios de subsistencia
y muertes por inanición.
El
documento detalla que en la lista de paÃses que padecen el flagelo, 39
naciones se repiten cada año y que su población hambrienta
se duplicó entre 2016 y 2021 con incrementos constantes desde 2018.
PMA/Wissam Nassar Una de cada nueve personas en el mundo sufre de hambre.
Guerras,
cambio climático y crisis económicas
Según
los organismos, el aumento es resultado de diversos factores que se retroalimentan y
que van desde conflictos hasta crisis ambientales y climáticas, económicas o
sanitarias. Y la raÃz de todas estas, sostuvieron son la pobreza y la
desigualdad.
En
2021 en particular, el estudio cita los conflictos, las condiciones climáticas
extremas y los choques económicos derivados de la pandemia
de COVID-19 como los principales propulsores
del avance del hambre.
También
menciona que la guerra en Ucrania ha
puesto de manifiesto la interconexión y fragilidad de los
sistemas alimentarios mundiales con graves consecuencias para la seguridad
alimentaria y nutricional global.
Advierte
que los paÃses que ya enfrentan altos niveles de hambre aguda son
particularmente vulnerables a los riesgos creados por esa conflagración por su alta
dependencia de las importaciones de alimentos e insumos
agrÃcolas y su vulnerabilidad ante las crisis de precios de la comida.
© PMA/Tsiory Andriantsoarana La pobreza y la sequÃa causaron una aumento grave del hambre en el sur de Madagascar.
Distinta
óptica
Los responsables
de la FAO y el PMA coincidieron al resaltar el “trágico vÃnculo” entre conflicto y
seguridad alimentaria y pugnaron por cambiar la óptica con
que se aborda el problema.
“Los resultados
del informe de este año demuestran aún más la necesidad de abordar
colectivamente la inseguridad alimentaria aguda a nivel
mundial en contextos humanitarios, de desarrollo y de paz”, dijo el director
general de la FAO, Qu Dongyu.
Por su parte, el
director ejecutivo del PMA hizo hincapié en que los niveles sin precedentes a
los que ha llegado el hambre aguda siguen empeorando a la par de la situación
mundial.
“El conflicto,
la crisis climática, el COVID-19 y el aumento de los costos de los alimentos y
el combustible han creado una tormenta perfecta, y ahora tenemos la guerra en
Ucrania acumulando una desgracia sobre otra. Millones de personas en decenas de
paÃses están al borde de la inanición. Necesitamos
urgentemente fondos de emergencia para sacarlos del abismo y revertir esta
crisis mundial antes de que sea demasiado tarde”, apuntó David Beasley.
Las agencias
aseveraron que hace falta dar prioridad a la agricultura en pequeña
escala como respuesta humanitaria de primera lÃnea para
superar las limitaciones de acceso y como una solución para revertir las
tendencias negativas a largo plazo.
Asimismo,
abogaron por promover cambios estructurales en
la forma de asignar el financiamiento externo y realizar inversiones de
desarrollo a mediano y largo plazo para que la asistencia humanitaria pueda
reducirse con el tiempo abordando las causas profundas del hambre.
Llamaron también
a fortalecer un enfoque coordinado para
garantizar que las actividades humanitarias, de desarrollo y de mantenimiento
de la paz se lleven a cabo de manera holÃstica y coordinada con el fin de
impulsar la construcción de resiliencia y la recuperación.
América
Latina y el Caribe
De acuerdo con
los datos de la FAO y el PMA, 12,76 millones de personas se encuentran
en “situación de crisis o peor” en cinco paÃses latinoamericanos
y caribeños: El Salvador, Guatemala, HaitÃ, Honduras y Nicaragua. El número
supone un aumento de un millón de personas en un año.
En el apartado
dedicado a América Latina y el Caribe, el informe precisa que de esas cinco
naciones, Haità alberga la mayor crisis alimentaria de la región,
con un tercio de las personas hambrientas: 4,4 millones.
Guatemala ocupa el segundo lugar con 3,73 millones
de personas con hambre. Le siguen en la lista Honduras, con 3,29
millones y El Salvador con 985.000. En cuanto a Nicaragua,
las agencias estiman la cifra alrededor de 400.000 personas.
Entre las causas
del incremento de la inseguridad alimentaria, el estudio cita el alza
de precio de los alimentos básicos, la demanda laboral
atÃpicamente baja debida al impacto económico de la pandemia, los eventos
climáticos extremos y los altos niveles de inseguridad.
Nutrición,
crecimiento y sobrepeso
Con respecto a
la nutrición, el documento indica que la falta de información actualizada no
permite una evaluación de la situación actual, pero recuerda que el retraso
en el crecimiento ha sido tradicionalmente alto en la
región, especialmente en Guatemala.
Del mismo modo,
enfatiza que el sobrepeso está aumentando entre los
niños y especifica que, de acuerdo con los datos
disponibles, de 2019 a 2021 la emaciación estuvo dentro del rango “muy bajo”
para todos los paÃses, menos HaitÃ, donde se le clasificó como de gravedad
“media”.
En HaitÃ, en los
primeros tres meses de 2021, el número de admisiones de niños con emaciación
severa en centros de salud en el paÃs aumentó en un 26% en
comparación con el mismo periodo en 2020.
Para 2022, la FAO y el PMA prevén una disminución en la cantidad de personas con hambre en la región, calculando que serán entre 10,66 y 10,8 millones los que la sufrirán en los mismos cinco paÃses.