Para más de uno de los que tienen un vehículo es normal el hecho de tener que “mojarle la mano” al agente de la Digeset que tiene la intención de retener su transporte
Desde las cinco de la mañana se encontraban decenas de ciudadanos en el centro de Retención Vehicular ubicado en las instalaciones del antiguo Canódromo El Coco, con la misma situación que según ellos, pasan cada año cuando se acerca la Semana Santa.
“Esto es un negocio, desde que llega la Semana Santa ellos quieren quitar todos los motores buscando que uno les dé 500 pesos”, dijo Adalberto Mejía, con tono exaltado.
Para más de uno de los que tienen un vehículo es normal el hecho de tener que “mojarle la mano” al agente que tiene la intención de retener su transporte. Varios testimonios expresados ayer revelaron que hasta cinco mil pesos les ha tocado buscar.
Edison Abreu, uno de ellos, afirmó que debe “dejar un sueldo” en las manos de un agente de esa institución para que le despache su automóvil. “Dios mío, me van a botar de mi trabajo, tengo cinco días pidiendo permiso para sacar mi motor”, vociferó Yolanda Mercedes, quien permanecía ahí desde antes de que el sol saliera.
Corrían las 11:00 de la mañana cuando todavía no habían hecho pasar al primer ciudadano a sacar su medio de transporte, siquiera era posible cumplir el deber de pagar la multa impuesta por agentes de esa institución.